Berlinale: Día -1

Berlinale: Día -1

por - Críticas
09 Feb, 2011 11:18 | comentarios

Ante festivales que presentan una edición plagada de nombres desconocidos, o medianamente conocidos pero no demasiado memorables, la pregunta que uno inevitablemente se hace es si se trata de una buena o una mala noticia. Cierto «oficio» nos hace sentir más cómodos ante lo que conocemos, nombres que hemos seguido a lo largo de sus […]

Ante festivales que presentan una edición plagada de nombres desconocidos, o medianamente conocidos pero no demasiado memorables, la pregunta que uno inevitablemente se hace es si se trata de una buena o una mala noticia. Cierto «oficio» nos hace sentir más cómodos ante lo que conocemos, nombres que hemos seguido a lo largo de sus carreras y de los que deseamos ver (para bien o para mal) qué es lo nuevo que han hecho. Y en esta ocasión, la competencia de la Berlinale apenas ofrece a… Bela Tarr.

Pero también uno podría entregarse a otra mirada, a pensar que cada película de un cineasta ignoto, cada opera prima de un desconocido, es una posibilidad abierta al descubrimiento, a la sorpresa. Es cierto, Berlín no tiene la reputación de ser un festival de descubrimientos y uno no lo pone a la altura de Rotterdam, Locarno u otros festivales (el propio Bafici) en los cuales uno va casi a ciegas sabiendo que, por el criterio de sus programadores, lo que le pondrán enfrente tendrá algún tipo de interés, aunque sea para discutirlo.

Berlín hace temer lo opuesto: no conseguimos nombres de primera línea, nos contentamos con mostrar lo nuevo de… lo que conseguimos. Esperemos que no sea así, pero cuando uno ve en competencia nombres como Joshua Marston (el de «María llena eres de gracia») o Asghar Farhadi («About Elly») -y cito a los más conocidos-, piensa que deberá bajar sus expectativas. Aunque nombres como Ulrich Köhler y Miranda July la levantan… un poco.

Pero allí vamos, otra vez, a ver qué nos depara el frío de Berlín, con una retro de Ingmar Bergman que suena más interesante que el 80% de lo que se lee, con una gran presencia argentina que va desde la competencia («Un mundo misterioso», de Rodrigo Moreno y, en un punto, Paula Markovitch, la argentina radicada en México que estrena «El premio», que transcurre en San Clemente del Tuyú pero es de producción mexicana) hasta Panorama («Medianeras», de Gustavo Taretto), pasando por Forum («Ocio», de Lingenti/Villegas y «Ausente», de Marco Berger) y hasta algo llamado Culinary Cinema, donde darán «El camino del vino», de Nicolás Carreras.

Si uno se toma el trabajo de recorrer todo lo que Berlín tiene para ofrecer, y aún desconociendo buena parte de la oferta, se topa con algunas cosas potencialmente interesantes. Una buena cantidad de películas asiáticas y de documentales en Panorama, y obras de cineastas bastante conocidos (Werner Herzog, Jonas Mekas, Julie Gavras, James Benning, Christian Petzold, Chen Kaige, Wim Wenders, Isabel Coixet, Joe Swanberg, Iciar Bollain, Rosa von Prauheim, Jeff Nichols, Guy Maddin, Nanouk Leopold, Aditya Assarat, Hugo Vieyra da Silva, Dante Lam, etc etc etc) hacen pensar que, tal vez, revolviendo aquí y allá, uno termine armándose un buen festival. Pero será a puro ensayo y error.

También el festival será un show de preestrenos, desde TEMPLE DE ACERO a EL DISCURSO DEL REY, pasando por UNKNOWN, el thriller con Liam Neeson que se estrena también, como las otras, al mismo tiempo en la Argentina y en el resto del mundo. Y con una serie de títulos dando vueltas por las incontables galas y proyecciones especiales que huelen como impulsadas por la necesidad de contar con famosos en las galas y cámaras en la alfombra roja.

Para mí, además, será un festival inusual. Además de la doble cobertura (para el diario Clarín y para este blog, donde seguramente hablaré más de las películas de las secciones paralelas), debo sumar mi trabajo como Delegado para América Latina del Festival de Venecia, lo que me obliga a una serie de funciones y reuniones alejadas del clásico recorrido por las salas de Potsdamer Platz.

De cualquier manera, como miembro del jurado FIPRESCI, no me quedará otra que seguir al pie de la letra la competencia oficial y rezar por que no sea decepcionante, o no más que en años anteriores. En el peor de los casos, por suerte, son pocas películas.