Berlinale: Día 3

Berlinale: Día 3

por - Críticas
13 Feb, 2011 08:38 | 1 comentario

Hay días en los que las películas que se ven en un festival no despiertan ganas de escribir sobre ellas. Ayer fue uno de esos días. Raro, porque la primera película que vi fue tal vez la mejor de todo el festival, pero ahora, habiendo visto tres más en plan «caída libre», el entusiasmo se […]

Hay días en los que las películas que se ven en un festival no despiertan ganas de escribir sobre ellas. Ayer fue uno de esos días. Raro, porque la primera película que vi fue tal vez la mejor de todo el festival, pero ahora, habiendo visto tres más en plan «caída libre», el entusiasmo se me ha aplacado y tengo mucho más presente el fastidio que me provoca cierto cine y las elecciones de algunos festivales que el placer que me provocó el filme de Ulrich Köhler, SLEEPING SICKNESS, que vi por la mañana.

Volveré sobre el filme de Köhler al final, y también podrán leer algo en la edición de hoy de www.clarin.com/espectaculos, lo que me preocupa ahora es entender porque películas como la francesa E-LOVE, la norteamericana YELLING TO THE SKY y la austríaca FOLLOW ME están en este festival. La segunda, norteamericana, es una especie de versión pobrísima de PRECIOSA, película que era insoportable pero al menos tenía una digna factura. Esta tiene el mismo miserabilismo de ghetto negro violento pero está hecha con los codos… Ah, y está en competencia. ¿Explicaciones? No las encuentro. Lo que sé es que toleré casi 40 minutos de cola y de gente empujando para verla, y todavía no lo puedo creer del todo.

E-LOVE y FOLLOW ME están en el Forum, y lo curioso es que no parecen formar parte de la misma sección. La primera es una comedia romántica sobre una francesa de 50 años que tras separarse entra en el mundo del «online dating» con resultados inesperados, mientras que la segunda es un drama austríaco, algo experimental, sobre una familia bastante disfuncional. No soy de los que piensan que un festival, o una sección de un festival, deba presentar todas películas similares entre sí, pero al menos que muestren un criterio en su conexión. Nada parece unir a la primera -formalmente tradicional, adaptada de una novela, etc etc-, con la segunda, una película en blanco y negro, fotografiada y editada de modo completamente anticonvencional (y malo, parece un filme de estudiante intentando «poner la cámara en lugares raros»).

Si las películas fueran buenas (E-LOVE, al menos, es pasable dentro de lo que propone), su diferencia no molestaría. Pero ninguna lo es del todo y eso es lo que confunde. ¿Para qué están? ¿Con qué criterio se las elige? ¿Qué «programa» en común siguen?

Al verlas, además, volví a sentir algo que pensé que había logrado superar en los últimos meses: el fastidio con la imagen digital. En los últimos años se han logrado cámaras digitales de una calidad tal que ya la distinción con el celuloide se hace irrelevante. Uno puede hacer que el digital imite al celuloide o que busque su propia «identidad», si se quiere. Lo que me molesta en estas películas no tiene nada que ver con lo que a muchos le molesta, que es suponer que la imagen digital no tiene la calidad del celuloide. Por el contrario. La tiene. El problema es el contrario: se ve tan bien, tan claro, tan directo, que parece televisión o una grabación en vivo.

Es curioso quejarse de que algo se ve demasiado bien, pero no me refiero necesariamente a la calidad técnica de la imagen, sino a que el trabajo que se hace sobre ella resulta chato, plano, le falta una «dimensión cinematográfica». Es raro ver un drama en blanco y negro austríaco, severo, y que los planos del chico, digamos, parezcan de un noticiero televisivo, con esa «electricidad» que rodea a la imagen. No pretendo con esto decir que el digital no podrá nunca tener ese «calor» del celuloide –he visto muchas películas que sí lo logran y otras que ni lo intentan pero que generan su propia «estética digital»–, sólo que  me da la impresión de que si no se cuida o se busca un estilo específico con las cámaras digitales, el resultado puede llegar a ser irritante.

O tal vez sea uno el que todavía no acomodó su vista a este nuevo tipo de imagen, más real que lo real.

PD. Sobre el filme de Köhler escribiré más adelante, acabo de notar que pasé más de una hora escribiendo sobre lo que me fastidia y ahora ni llego a escribir sobre lo que me gusta…