Berlinale: Día 9

Berlinale: Día 9

por - Críticas
19 Feb, 2011 10:40 | Sin comentarios

No fue un festival demasiado provechoso para ver buenas películas esta Berlinale. Habré visto unas 30 películas en total, lo que es poco para mi promedio habitual (37 si se suman las que había visto previamente en Buenos Aires), que llegó a picos absurdos de 46 o algo parecido en el último Cannes, pero que […]

No fue un festival demasiado provechoso para ver buenas películas esta Berlinale. Habré visto unas 30 películas en total, lo que es poco para mi promedio habitual (37 si se suman las que había visto previamente en Buenos Aires), que llegó a picos absurdos de 46 o algo parecido en el último Cannes, pero que en tiempos de sanidad mental debería andar por los 35-38. El problema es que muy poco, finalmente, generaba tanto interés como para correr entre cines y salas de prensa, para apurar textos y volar de un lado a otro. Era mejor, sinceramente, sentarse a escribir, que aventurarse a salas para comprobar, al rato, que no valió la pena el esfuerzo.

Podría decir que de las películas que fui a ver fuera de mi obligación de ver toda la competencia como jurado de Fipresci fueron pocas las que valieron la pena la corrida. La mayoría las veía eligiendo entre los huecos horarios que me quedaban libres, y no siempre a partir de la decisión previa de verlas, y muy pocas veces me llevé sorpresas positivas. Dejando la competencia para más adelante, de las películas que vi en el Forum me gustaron las de Jonas Mekas, la trilogía de “Dreileben” y la de Dante Lam -cinco cineastas que ya conocía- mientras que de las “pruebas” sólo me rindieron AN ANGEL AT DOEL y DREAM OF IRON que, sin ser maravillosas, me dieron la sensación de que valió la pena el recorrido.

Me decepcionó un poco SWANS, del portugués Hugo Vieyra da Silva, y directamente me parecieron flojas, mediocres o una pérdida de tiempo, películas como E-LOVE, LATE AUTUMN y FOLLOW ME. Lo poco que vi de PANORAMA o OFICIAL-FUERA DE COMPETENCIA tampoco me atrapó: odié LATE BLOOMERS, de Julie Gavras, y LAS MUJERES DEL SEXTO PISO. Me parecieron aceptables y no más que eso PINA, de Wim Wenders y TOMBOY, de Celine Sciamma. La única que valió la pena realmente de este grupo fue CAVE OF FORGOTTEN DREAMS, de Werner Herzog.

De la competencia separaría las películas en cuatro grupos. Las que me gustaron mucho fueron tres: THE TURIN HORSE, de Bela Tarr; NADER AND SIMIN, de Asghar Farhidi, y SLEEPING SICKNESS, de Ulrich Köhler. Las que me parecieron buenas son cuatro: EL PREMIO, de Paula Markovitch, la coreana COME RAIN, COME SHINE, la rusa INNOCENT SATURDAY y la argentina UN MUNDO MISTERIOSO. Apenas tolerables, o tirando a flojas, me parecieron otras siete: MARGIN CALL, de JC Chandor; TALES OF THE NIGHT, de Michel Ocelot, THE FUTURE, de Miranda July; CORIOLANUS, de Ralph Fiennes; la turca OUR GRAND DESPAIR; la alemana IF NOT US, WHO; THE FORGIVENESS OF BLOOD, de Joshua Marston. Y dos, decididamente impresentables, como la norteamericana YELLING TO THE SKY y la israelí ODEM.

Dicho así no parece terrible, pero si uno lo compara con cualquier otro festival grande, diría que realmente hay sólo tres películas de nivel de competencia y uno se estira a siete porque se empieza a conformar. En un festival con mayor calidad general, películas como la rusa o la coreana deberían ser de mitad de tabla para abajo y no estar entre las mejores de una competencia. Y no hubo ninguna obra maestra indiscutida, aún tomando en cuenta las tres mejores películas.

Me queda el consuelo del gran programa que fue ir a ver DREILEBEN, con una increíble saga de tres películas que levantaron el promedio general e hicieron, prácticamente, que venir al festival sea provechoso. Alguien decía que si hay una gran película que se descubre, ya el viaje valió la pena. Aquí fueron tres, por lo que no tengo de que quejarme, ¿no?

Post-Data: Las películas que vi ayer fueron la coreana LATE AUTUMN (melodrama bastante impresentable), la holandesa AN ANGEL AT DOEL (un documental interesante, minimalista, sobre una ciudad en vías de desaparecer) y SLEEPLESS NIGHT STORIES (otro genial diario de Jonas Mekas, éste arrancado de sus noches de insomnio y copioso consumo de alcohol).