De la falta de pantallas a la «sequelitis»

De la falta de pantallas a la «sequelitis»

por - Críticas
06 Jun, 2011 08:44 | comentarios

Dos noticias relacionadas entre sí aparecieron estos días y ambas son preocupantes. Por un lado, el estreno de una serie de tanques de taquilla en más de 200 salas está dejando sin posibilidades de estrenar (salvo que algún productor local se conforme con salir sólo en salas del Gran Buenos Aires) a muchas películas argentinas […]

Dos noticias relacionadas entre sí aparecieron estos días y ambas son preocupantes. Por un lado, el estreno de una serie de tanques de taquilla en más de 200 salas está dejando sin posibilidades de estrenar (salvo que algún productor local se conforme con salir sólo en salas del Gran Buenos Aires) a muchas películas argentinas y a otras independientes, europeas y también estadounidense. La noticia de que KUNG FU PANDA salía en más de 260 salas, sumadas a las que ya ocupan PIRATAS DEL CARIBE 4, RAPIDOS Y FURIOSOS 2, X-MEN PRIMERA GENERACION, RIO, etc, etc, imposibilitan cualquier estreno pequeño, salvo en relegadas salas donde -nos guste o no- poca gente concurre a ver ese tipo de películas. Pasó con VAQUERO, de Juan Minujin, y hoy mismo fueron varios más los estrenos que se bajaron por la poca disponibilidad de salas.

Todos sabemos que las películas citadas anteriormente son buscadas y taquilleras, nadie va a negar lo que es obvio. Pero si existe una política de protección al cine nacional en términos de producción (y también se pregona la necesidad de una «pluralidad de voces») sería interesante que la política de Estado fijara posiciones también en este aspecto y no sólo en cuestiones locales. Esas películas son convocantes –nadie va a negar eso–, pero si terminan impidiendo el estreno más o menos digno de algunas películas alternativas, estamos ante una situación complicada. De hecho, la ley de cine se ocupa de estos aspectos, pero o bien no se cumple o bien se trampea con las cadenas mandando a sus multicines más marginales las películas que no quieren solo para cumplir «la cuota», evitando problemas con esa ley.

Asi, VAQUERO no se estrena. Asi, UN MUNDO MISTERIOSO tampoco. Asi, una película estadounidense, premiada y con estrellas como BLUE VALENTINE no se la puede encontrar en ningún Cinemark de la ciudad. Y podría seguir y seguir… Insisto: en todo el mundo esos mismos títulos están dominando taquillas y carteleras, pero debería existir algún tipo de tope, de limitación, de porcentaje, que asegure que el resto de las películas puedan estrenarse en condiciones más o menos dignas, y que no se tiren «a la basura» con una semanita en cines a los que, se sabe, jamás nadie irá. Es una profecía autocumplida: es obvio que UN MUNDO MISTERIOSO no resistirá en Pilar, o VAQUERO. Pero tal vez tengan un poco más de suerte en el Cinemark Palermo, en el Hoyts Abasto o en algún Village.

Esta noticia, sumada a la del cierre del Atlas Santa Fe (que tiene que ver con motivos ligeramente diferentes) se topa con otra que se relaciona directamente. Con el estreno este jueves de KUNG FU PANDA 2, tendremos casi con seguridad un Top 5  de taquilla este fin de semana compuesto exclusivamente por secuelas. Y no tanto por secuelas nuevas (esto es, segundas partes). A excepción de KUNG FU PANDA 2 y QUE PASO AYER 2, las otras (PIRATAS DEL CARIBE, X-MEN y RAPIDOS Y FURIOSOS) son cuartas y quintas partes.

¿Por qué una cosa tiene que ver con la otra? Porque, claramente, esa cantidad de salas y pantallas se les da a películas que ya son marcas, que tienen un público cautivo, relativamente seguro, y que -se sabe- tienen un promedio de espectadores relativamente alto –para arrancar– por el simple hecho de que ya conocen el producto de antemano. Y si nos vamos más abajo, a RIO y LA NOCHE DEL DEMONIO, si bien son películas originales, hay algo en ellas que grita «secuela». La primera, una película de los mismos creadores de LA ERA DE HIELO. La segunda, de los «autores» de la saga de terror SAW.

Y esto, claro, no terminará aquí. Viene CARS 2, TRANSFORMERS 3, HARRY POTTER 7.5 (como le dicen ahora) y siguen las firmas… Insisto. Muchas de estas películas pueden ser muy buenas y no es el fin de este post hablar de eso. Es, entiendo, confrontar una dominación del mercado por parte del cine de Hollywood a niveles casi insospechados y por productos ya recontraprobados. De hecho, uno podría decir que esa misma dominación de tanques y secuelas hacen que no podamos conocer aquí a películas más pequeñas de la misma industria hollywoodense como PAUL, BRIDESMAIDS y algunas otras que tal vez lleguen, tal vez vayan directo a DVD y que, probablemente, sean mejores que las que dominan la taquilla.

¿Habrá forma de encontrar un balance a esta situación? ¿Limitar la cantidad de salas a las que esas películas llegan? ¿Darle alguna posibilidad a esas otras voces que quieren, buscan, necesitan ser escuchadas? Teniendo un gobierno que se manifiesta abierto al acceso de más y más voces, y que asegura defender esa pluralidad contra todo intento de dominar pantallas, espacios, medios, etc, ¿no es un poco irónico que el 90% de las pantallas de cine estén cubiertas de películas de grandes estudios hollywoodenses?. Y no de muchas, variadas, de distintos estudios y tamaños. Si no de cuatro, cinco películas, que se dan en casi todos los cines del país.