BAFICI 2013: Ignacio Agüero y Lois Patiño (6 críticas)

BAFICI 2013: Ignacio Agüero y Lois Patiño (6 críticas)

por - Críticas
03 Abr, 2013 07:01 | Sin comentarios

Pasando a otros sectores de la programación del festival, es hora de hablar de dos joyitas de la programación: la Retrospectiva del documentalista chileno Ignacio «Nacho» Agüero y el Foco en el joven cineasta gallego Lois Patiño. Dos cineastas radicalmente distintos entre sí, pero igualmente recomendables. Vi sólo dos películas de Agüero por lo que […]

bafici logoPasando a otros sectores de la programación del festival, es hora de hablar de dos joyitas de la programación: la Retrospectiva del documentalista chileno Ignacio «Nacho» Agüero y el Foco en el joven cineasta gallego Lois Patiño. Dos cineastas radicalmente distintos entre sí, pero igualmente recomendables.

Vi sólo dos películas de Agüero por lo que no puedo considerarme ningún experto en su obra, pero los filmes que he visto (uno de 1988, el otro del año pasado) lo muestran como un humanista notable y un creador de historias que, bajo una aparente sencillez formal, esconden una ambiciosa formulación ética y estética: darle a la cámara -y al cine- un claro valor político.

En cierto sentido Patiño propone algo similar. Sus imágenes trabajan sobre el mundo y los misterios de la naturaleza, pero en todos los casos -vi tres de los cinco cortos, o grupos de cortos, que se exhiben aquí- siempre aparece la figura humana, o la presencia humana, trazando una relación directa entre ese universo y sus habitantes, alejándolo de la mera observación paisajística.

De Agüero se exhiben cuarto mediometrajes  (que van de 30 a los 56 minutos) y cuatro largos propios (muchos filmes se exhiben de a dos en un mismo programa), además de QUÉ HISTORIA ES ESTA Y CUAL ES SU FINAL, un trabajo de José Luis Torres Leiva sobre Agüero y su obra. De Patiño se da toda su obra presentada aquí (no es su obra completa) en un solo programa de cortos.

IGNACIO AGUERO

BAFICI cien-ninos-esperandoCIEN NIÑOS ESPERANDO UN TREN, de Ignacio Agüero (1988) La más conocida de las películas de Agüero -al menos, para mí- es este documental que registra el trabajo de Alicia Vega en una población de niños de bajos recursos, enseñándoles rudimentos básicos del cine y algo de su historia. A partir del trabajo de Vega con los chicos -la mayoría de ellos jamás vio una película-, Agüero entrevista a esos niños y a sus familias, y va desgranando en este filme de apenas 56 minutos una pintura de Chile en las postrimerías de la dictadura militar. Cuando una niña cuenta que la entrevista que Agüero les hace no es la primera y le revela cuál fue la anterior, esta humanista y sensible película revela un costado mucho más siniestro y oscuro. De cualquier modo, esta película de Agüero deja en claro de entrada que, al hacer de su mecanismo parte de la historia, la película resulta mucho más compleja que la pintura bienpensante de los chicos sin recursos aprendiendo arte en una escuelita y hasta podría leerse como un comentario/aporte a la histórica reivindicación de la educación pública allí. Es el mecanismo del cine el que permitirá que estos niños, en su momento (que es hoy), sean capaces de crear sus propias versiones de la historia. Y que, a través de ellos, el cine chileno pueda no ser territorio casi exclusivo de las clases altas y medias altas.

BAFICI EL OTRO DIAEL OTRO DIA, de Ignacio Agüero (2012) En este notable documental, Agüero trabaja -como en CIEN NIÑOS…– con dos espacios enfrentados y relacionados: la casa del director y las charlas entre el director y sus entrevistados. A partir de una situación que imaginamos real (Agüero quiere hacer una película en su casa sobre su historia familiar pero es constantemente interrumpido por timbrazos a su puerta) lo que se propone el director es simple: ofrecerle a cada persona que le toca el timbre ir a sus casas y filmar cómo viven, contar sus historias. Este ida y vuelta entre el realizador contando su historia personal que se conecta con la historia política de su país (en tiempo, si se quiere, pasado) se articula con Agüero encontrándose con los que aceptan esa «devolución de gentilezas» y se abren a contarle al cineasta sus propias historias, además de mostrarles sus modos de vida. Esta pintura doble, dialéctica, puede ser vista como uno de los más ricos retratos de Chile, la historia de vida -de antes, de ahora, de siempre- de las personas que lo habitan. Es en ellos que la historia de un país se hace presente.

bafici aqui se construyeAQUÍ SE CONSTRUYE, de Ignacio Agüero (Chile) Lo que más me gusta de Agüero es lo que, tal vez, le ha impedido ser más famoso de lo que es: su discreción. Como cineasta y como entrevistador, Agüero siempre utiliza el tono bajo y si bien sus películas tocan temas centrales a la sociedad chilena, siempre lo hace hurgando el lado humano, pequeñas cosas, personajes olvidados, detalles. Sí, habla del Chile que dejó Pinochet, pero no hace una película que se llame PINOCHET sino una sobre edificios horrendos que se construyen al lado de casas bonitas y antiguas, barrio enteros destruidos por topadoras y con casas tiradas abajo para ser reemplazadas por condominios. Es el Chile de fin de los ’90, tan neoliberal como hace mucho que lo es el país hermano, en el que la gente prefiere vivir en un departamento de un edificio con “comodidades” que en una casa con historias que contar y bosques que descubrir. La denuncia no es el estilo de Agüero, sino las historias. Aquí el director se apoya en un biólogo de unos 50 años cuya familia vive desde 1947 en una casa que hoy se ve obligado a vender, pese a no querer perder sus recuerdos y su historia. Agüero, como es su costumbre, se engancha con los personajes que entrevistas, se deja llevar por ellos y se va por tangente tras tangente, al punto que en un momento estamos  hablando del by pass del biólogo y de la salud de su madre. Todo aporta: más conocemos a los personajes y sus historias, más nos duele el desastre ambiental, estético e histórico de este proceso que se come al pasado y lo transforma en escombros, para ir desapareciendo.

LOIS PATIÑO

BAFICI PATIÑO

PAISAJE-DURACION (CARRETERA-ROCAS), de Lois Patiño (2012) Estos fascinantes cortos (aquí se dan dos de los cuatro que, según entiendo, integran el programa PAISAJE-DURACION) fueron los que más me gustaron de los que vi de Patiño, trabajando sobre la captura de imágenes fijas (una ruta, unas piedras en un río o mar) pero distorsionando la imagen mediante algún mecanismo que se me escapa pero que por momentos se parece al vapor empañando la ventana de un coche, o un «time-lapse» que no es realmente tal. CARRETERA, especialmente, es una hipnótica pintura impresionista con pequeños movimientos de color, de luz que -al menos para mí- merecería durar mucho más que los breves 4 minutos y algo que dura.

NA VIBRACION, de Lois Patiño (2011) Otros dos cortos ensamblados (uno de 4 minutos y otros de 8) que investigan visualmente los procesos de formación de la Tierra, uno sobre el agua y el otro sobre la tierra (lava, zonas volcánicas, etc), generan imágenes muy potentes, en especial el del agua impactando y haciendo estremecer el cuadro. El de la tierra -si bien es un poco largo- reserva una sorpresa para el final. Ambos se toman el trabajo de integrar, de distintas maneras, la presencia humana en el cuadro… ya verán cómo.

bafici loispatiñoEN EL MOVIMIENTO DEL PAISAJE, de Lois Patiño (2012) El choque hombre-naturaleza se reitera con más fuerza que en los otros cortos antes mencionados en en estos filmes que enfrentan a un paisaje en movimiento (sutil movimiento: nubes, niebla, agua, etc) con una figura humana que, en medio de la inmensidad de esos paisajes permanece inmóvil, de espaldas a la cámara, como testigo de un universo que parece tragarlo en sus dimensiones. El es, de un modo claro, nuestros ojos en el paisaje, el observador observado, la figura misteriosa que complementa y que completa el cuadro. Un cuadro que es, finalmente, el mundo entero.

Más info y algunos extractos de la obra de Lois Patiño en: www.loispatino.com