TV: «True Detective» (Temporada 2)

TV: «True Detective» (Temporada 2)

por - Series
10 Ago, 2015 06:00 | comentarios

Hay una regla de oro en el policial –especialmente en el policial negro californiano del que la segunda temporada de TRUE DETECTIVE bebe– y es que las relaciones entre los personajes tienen que ser lo suficientemente interesantes para convertir a la trama en sí en algo que valga la pena seguir. Esto, el lector podrá […]

tdmp1-jpgHay una regla de oro en el policial –especialmente en el policial negro californiano del que la segunda temporada de TRUE DETECTIVE bebe– y es que las relaciones entre los personajes tienen que ser lo suficientemente interesantes para convertir a la trama en sí en algo que valga la pena seguir. Esto, el lector podrá decir, es válido para cualquier cuento, novela, película, obra teatral, lo que sea, y tendrá toda la razón. Pero en el policial negro, creo yo, lo es todavía más, ya que lo que la tradición dispone es que esos personajes se van a encontrar con una serie tan enrevesada y compleja de acontecimientos que uno necesita tener un timón del que agarrarse para seguir con interés sus desventuras. Un objetivo, un desafío personal más allá del complejo MacGuffin de crímenes, pistas y potenciales sospechosos que nos pueda proponer el autor.

En la reciente VICIO PROPIO, adaptada de una novela de Thomas Pynchon, Paul Thomas Anderson tenía muy claro eso y no sólo construyó un mundo delirante y muy original a partir de su personaje sino que reforzó claramente cuál era su objetivo –y nuestro interés principal– dentro del cada vez más enrarecido mundo que el hombre atravesaba. Es ya un mito de la historia de Hollywood que el propio Raymond Chandler le confesó a Howard Hawks que no sabía quién había matado a un personaje en su novela THE BIG SLEEP cuando éste y sus guionistas lo consultaron sobre el tema. Pero la novela y la película (EL SUEÑO ETERNOAL BORDE DEL ABISMO, respectivamente, en castellano) son excelentes. Ninguno se acuerda muy bien la trama, pero todos recordamos al Marlowe de Humphrey Bogart y a la intrigante Vivian de Lauren Bacall.

true-detectiveYendo a TRUE DETECTIVE, dejemos en claro algo: la serie es complicadísima de seguir, ya que su creador Nick Pizzolatto puso una cantidad de subtramas y de personajes propios de una novela de 800 páginas. Y si bien ocho horas de temporada podrían ser suficientes para abarcarlas, queda clarísimo que es imposible entender bien lo que sucede, la cantidad de nombres que se tiran y de personajes (debe haber casi 100) que pasan fugazmente en un momento determinado y uno debería recordarlos cuatro episodios después. Pero eso no sería un problema –como lo dijimos– si nos importaran los personajes. Pero eso nunca sucede.

Sí, por momentos Colin Farrell logra sacar jugo a un personaje creado como una suma de clichés y Rachel McAdams hace lo propio con su mujer policía dura, independiente y también traumada. Pero el gangster encarnado por Vince Vaughn no es convincente y ni hablar del innecesario –en todo sentido– personaje de Taylor Kitsch. El cuarteto protagónico de TRUE DETECTIVE es su principal agujero creativo: las relaciones entre ellos nunca fluyen, las prehistorias de cada uno se vuelven reiterativas y/o obvias, y nunca hay un foco en la serie más allá de la banal idea de Pizzolatto de que todos tienen (tenemos) un pasado traumático que cargamos a lo largo de la vida y que en ciertas situaciones, etc, etc, etc.

td2-desertSi a eso se le suma que los personajes se toman todo lo que sucede demasiado en serio cuando queda en claro que todo es bastante absurdo, que visualmente y narrativamente (el modo en el que está contada) la temporada es anodina y reiterativa, que la trama tiene que ser expuesta por algún personaje en un largo monólogo para que la entendamos y que la mitad del tiempo no sabemos de qué ni de quiénes está hablando, la temporada se va volviendo una tortura sin fin. Y ahí está la diferencia con la primera: su trama también era enrevesada (mucho menos que ésta), pero la estructura narrativa era más original e interesante, y tenía a dos personajes centrales poderosísimos, que hacían tolerable hasta los diálogos más «fumados» y banalmente profundos de sus personajes.

En la segunda temporada Pizzolatto quiere que nos preocupe el whodunit («¿quién mató a Caspere?», como primer problema a resolver) cuando es un personaje que no le importe a nadie y quiere que nos preocupemos por el pasado de los protagonistas cuando debería preocuparnos más su presente. Los villanos son una línea indistinguible de caras y apellidos, y ninguno tiene una personalidad mínimamente desarrollada como para que se nos plantee como un desafío que nuestros antihéroes deben superar. El enemigo, es cierto, es la corrupción escondida detrás de la burocracia de una pequeña ciudad industrial californiana, pero es difícil tener como rival a un concepto abstracto. Al menos en este tipo de narraciones relativamente clásicas…

true-detective-finale-farrell-mcadamsPor momentos, TRUE DETECTIVE 2 bordea la autoparodia –la mujer de Frank, la melancólica cantante del bar, el hijo y el padre de Velcoro y así– que algunos hasta llegaron a creer si no lo era realmente y su creador se estaba riendo de nosotros con todo esto. Al ver a quién eligió como el asesino en cuestión (no lo spoilearé aquí, pero es… cualquiera) da la sensación de que tal vez sea cierto, tal vez Nic nos estuvo tomando el pelo desde el principio, vendiéndonos un noir californiano cuando en el fondo lo que quería era contar un historia del tipo «el asesino era el mayordomo»…

En realidad, no creo que sea así. Creo que en HBO se toparon, sorprendidos, con el éxito de la primera temporada y lo mandaron a Pizzolatto a escribir una segunda, rápido. Y el hombre, que habrá pensado y repensado la primera durante años, escribió lo que pretendía ser una densa novela policial sobre Los Angeles en unos meses y le dieron el visto bueno para llegar en fecha al estreno pautado. Sin revisiones, sin otros guionistas, sin un «no» o un «¿te parece?», Pizzolatto se perdió en su propio laberinto narrativo y la serie es la prueba. Me dirán que todas las series funcionan a ese ritmo de temporada anual, pero generalmente las series ya tienen sus personajes construídos y tienen que hacerlos avanzar desde donde los dejaron la temporada anterior. Acá había que crear todo. De cero. Y es claro que no pudo hacerlo. Y que nadie en HBO le dijo: «tomate un año más y vamos con la segunda temporada en el 2016″…

Espero que Pizzolatto no solo aprenda la lección –que empiece a colaborar con otros, que entienda que no es tan genial como parece creer que es– sino que tambien mueva un poco su aguja en torno a sus personajes, ya que están creados con un molde tan similar unos con otros (el trauma del pasado, la relación sentimental complicada o imposible, la violencia latente y el caso que pone todos esos elementos en juego) que pronto terminarán volviéndose previsibles desde el primer momento que los veamos en la pantalla. Y que los canales de televisión prestigiosos no entren en el mismo juego en el que entraron sus hermanos mayores, los estudios de cine, y abandonen el cuidado de lo que producen con tal de llenar los agujeros del calendario de estrenos y generar fenómenos de marketing. Sin algo de sustancia, esos fenómenos no suelen durar demasiado…