San Sebastián: «Le Nouveau», de Rudi Rosenberg
Es ya un clásico comentario tanto de los festivales de cine como de las entregas de premios a las mejores películas del año (sean Oscars, Césars, Goya o, ejem, Premios Sur) que las comedias nunca son valoradas lo suficiente, que no son consideradas para ese tipo de galardones, como si sus méritos nunca estuvieran a […]
Es ya un clásico comentario tanto de los festivales de cine como de las entregas de premios a las mejores películas del año (sean Oscars, Césars, Goya o, ejem, Premios Sur) que las comedias nunca son valoradas lo suficiente, que no son consideradas para ese tipo de galardones, como si sus méritos nunca estuvieran a la altura de los de los dramas. Pasa algo similar con el cine de género, pero con las comedias en aún más fuerte. Son pocas, poquísimas, las que son premiadas como lo merecen y menos aún en festivales de cine. No es solo por eso, claro, que con el jurado en el que estuve aquí en San Sebastián decidimos premiar LE NOUVEAU, o THE NEW KID, del francés Rudi Rosenberg, pero era un elemento agregado que hacía que premiarla fuera aún más disfrutable. Como la película…
En una competencia que tuvo, como definimos en nuestras discusiones, «varios cuentos bastante bien contados» y películas bastante sólidas desde lo narrativo, pero que no se definió por la experimentación formal ni nada parecido –una debilidad de una sección que se llama Nuevos Directores–, LE NOUVEAU se destacó claramente por su alegría, generosidad, efervescencia y, sí, su frescura. Varios de estos términos han sido usados hasta el cansancio para definir las comedias, pero en este caso le sientan increíblemente bien. Se trata de una high school comedy acerca del típico chico nuevo que llega a una escuela y al que nadie le presta atención y que empieza a armar un grupo de pertenencia con otros «descastados» del colegio. Es FREAKS AND GEEKS, en versión afrancesada, digamos…
El espíritu de John Hughes y del primer Judd Apatow sobrevuela esta historia de Benoit, un chico tímido de 13 años que llega de una ciudad de provincia y tiene que empezar una nueva escuela en París en la que, literalmente, nadie le presta el mínimo de atención. De hecho, cuando alguno lo hace es finalmente para aprovecharse de él, como es el caso de los clásicos «chicos populares» de colegio que en esta ocasión no son terriblemente densos sino apenas un tanto «cancheros», molestos e irritantes. Una de las grandes decisiones de la película es que los problemas de Benoit nunca son excesivamente tremendos, sino los clásicos inconvenientes de ser «el nuevo del colegio», que debe encontrar su lugar en el «ecosistema».
Para llegar a eso –y tras un desengaño amoroso con una chica también nueva que llega al colegio desde Suecia– Benoit termina conociendo a otros personajes, igualmente descastados como él, con los que de a poco va formando una suerte de comunidad o familia sustituta, con la que encuentra su lugar en el mundo. El grupito de amigos incluye al bizarro Joshua, al supernerd Constantin y a una chica con una dificultad física, Aglaee, que es casi la voz cantante de la banda. Su primo –otro loser ya más grande que ve TV y juega a los videogames todo el día, de esos que uno ve en las posteriores películas de Apatow–, completa por momentos el batallón de amigos que encuentran uno en otro algo parecido a un lugar de pertenencia y de felicidad compartida.
Y la película transmite y contagia esa felicidad: el humor es constante e ingenioso (muy alejado del humor más bien básico que muchas veces tiene la comedia francesa), los personajes son queribles a más no poder, las escenas funcionan todas con un timing propio de un profesional en la materia (es su primera película: Rosenberg es actor) y hay momentos musicales de lo más divertidos que recuerdo haber visto en mucho tiempo. Sí, es cierto que LE NOUVEAU no representa una «nueva búsqueda» en la materia y que, en cierto sentido, es una aplicación perfecta, en Europa, de un tipo de comedia que en Estados Unidos se viene haciendo muy bien en las últimas décadas, pero lo novedoso dentro de la competencia era que ese tipo de filmes sí son originales en ese contexto, mucho más que la mayoría de los filmes que participaban allí.
Al margen de premios y aceptación del público (quedó segunda en el voto de la juventud, curiosamente detrás de la muy popular aquí LA PATOTA), el filme de Rosenberg es de una ternura que desarma, de esas películas que seguramente alguno querrá hacer una remake pero le será difícil, ya que esos chicos, con esas particularidades y ese perfecto beat cómico que el filme tiene de principio a fin, no es fácil de copiar, repetir o imitar. LE NOUVEAU es la película perfecta para cualquier chico o adolescente que cambió (o cambiará) de colegio o de ciudad, que no se sintió cómodo fácilmente entre los nuevos amigos y que se vio enfrentado a situaciones complicadas en su adolescencia. Pero más que nada es una película sobre la amistad, una celebración de ese lazo que nos ayuda –entonces y después también– a hacer nuestras vidas un poco menos complicadas y mucho más disfrutables…
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