TV: «Stranger Things» (Temporada 1)

TV: «Stranger Things» (Temporada 1)

por - Series
23 Jul, 2016 09:16 | comentarios

La nueva serie de Netflix, STRANGER THINGS, es un mash-up hecho y derecho del cine popular de la primera mitad de los ’80, un compilado de temas, estéticas, personajes y situaciones de buena parte de las películas para jóvenes y adolescentes que se hacían en aquella época. Teniendo más o menos la misma edad que […]

Stranger-Things-posterLa nueva serie de Netflix, STRANGER THINGS, es un mash-up hecho y derecho del cine popular de la primera mitad de los ’80, un compilado de temas, estéticas, personajes y situaciones de buena parte de las películas para jóvenes y adolescentes que se hacían en aquella época. Teniendo más o menos la misma edad que el grupito de niños que protagonizan esta historia, la estética de este tipo de películas la llevo impregnada en la memoria, en cada detalle. Lo cual, en cierto sentido, le juega a favor y en contra a la serie. Para los que vivimos este tipo de películas/series en tiempo presente y no como ejercicio de nostalgia de una época desconocida (para mí los ’80 no son una construcción estético/mediática sino una experiencia real) es imposible no sentir el juego siendo jugado a cada minuto al punto de que, por momentos, el homenaje supera en interés a lo que dramáticamente está sucediendo.

Pero si los Duffer Brothers bebieron de este cine en su momento o lo hicieron después, es lo de menos. Lo que han conseguido en STRANGER THINGS, por suerte, trasciende la mayor parte del tiempo el ejercicio o el juego de referencias gracias a un grupo de encantadores personajes, empezando por los niños protagonistas hasta llegar a los adultos (bah, al menos dos de ellos) pasando por los adolescentes, la tercera pata de este cóctel ochentoso. Lo que quiero decir es que si solo fuera por los guiños estaríamos hablando de algo que se agota muy pronto. Pero no sucede. Y si bien la serie tiene algunos otros problemas (la trama, digamos, no amerita ocho episodios ni por lejos), lo que la mantiene viva son los personajes.

stranger-things-2Volviendo al mash-up, las referencias más fuertes aquí son Stephen King en lo que respecta al universo y al desarrollo de ciertas figuras argumentales y Steven Spielberg (en especial, E.T., y películas producidas y coescritas por él como POLTERGEIST, GOONIES y otras del sello Amblin) en la estética y los personajes. La saga de referencias podría continuar con John Carpenter (especialmente, los motivos musicales) y, en menor medida, las sagas ALIEN o DEPREDADOR en la monstruosa criatura, las películas de John Hughes en lo que respecta al mundo de los adolescentes un tanto más grandes (y la música británica que tienden a escuchar) y un combo interminable de guiños (el primer Cronenberg, Chris Columbus, Sam Raimi, la saga PESADILLA y así) que puede llegar a ser abrumador si uno se dedica a verla solo por eso.

Los Duffer han hecho muy bien sus deberes, eso es innegable. Nadie les quita el mérito. Pero STRANGER THINGS funciona a partir del carisma que le imponen sus personajes, empezando por Will, a quien vemos muy poco porque desaparece en el primer episodio y es el centro de la trama sin casi aparecer en pantalla más que en algunas situaciones y flashbacks, y siguiendo por su grupo de amigos y fans de Dungeons & Dragons: Mike, Dustin y Lucas. El primero es el verdadero protagonista de la historia, el amigo de Will que encabeza su búsqueda; el afroamericano Lucas es el más intrépido e intenso de esta bandita de nerds, mientras que el gordito, seseoso y llamativamente lúcido Dustin se roba todas las escenas en las que aparece. A ellos se les sumará Ellle (o Eleven, la «E.T» de este universo), una misteriosa niña con poderes especiales que ha escapado del lugar en el que, aparentemente, está ahora atrapado Will. Y que abre las puertas a un mundo paranormal.

strangerthingsWinona Ryder, como la madre un tanto enloquecida de Will –quien insiste que está vivo aunque todos lo dan por muerto y que actúa como una poseída buena parte del tiempo– y David Harbour, como el jefe de policía del pueblito de Hawkins que advierte que algo fuera de lo normal está sucediendo, son también dos grandes personajes. Y a ellos hay que sumarle una tercera pata de la historia: el hermano y la hermana mayores de Will y Mike, con sus respectivos problemas y conflictos, quienes terminan sumándose a la búsqueda por su lado. La «pata» más floja, tengo la impresión, son los villanos, encabezados por Matthew Modine: es el típico organismo gubernamental misterioso que esconde algo raro. Ni los personajes ni sus objetivos están demasiado bien delineados y requieren de la criatura monstruosa que circula por ahí para tener cierto peso narrativo y ser, en un punto, verdaderamente amenazantes.

La debilidad, para mí, de STRANGER THINGS, está en que toda esa serie de referencias y cantidad de personajes requieren de un entramado narrativo complejo que no siempre funciona del todo bien. Por momentos uno parece estar viendo tres películas avanzando en paralelo (una de John Hughes por acá, otra de Spielberg por allá y una de Carpenter/King en el medio) y las resoluciones narrativas o dramáticas son por momentos bastante endebles. Los ocho episodios se toman casi siete horas para desarrollar una historia que, en la época en la que transcurre la serie (1983) y la que homenajea, se podían resolver en poco más de 90. Pero el problema excede a los Hermanos Duffer o a la serie en sí: es casi una necesidad de la producción televisiva contemporánea que estas historias tienen que contarse en esa cantidad de tiempo o aún más (algo similar pasaba con 11.22.63, basada en una novela de King). Y, para cierto tipo de productos –esos que necesitan una trama con cierta precisión argumental–, puede ser un tanto excesivo, dando lugar a baches y notorios agujeros de guión.

stranger-things-1Pero casi todo eso lo salva el encanto que disparan los personajes –primero– y el «look ochentoso» después ya que, convengamos, la trama no es mucho más que una algo confusa excusa para poner las piezas en movimiento, al menos por ahora. A diferencia de otras series basadas en universos cinematográficos previamente existentes (aquí no es uno concreto sino varios mezclados), STRANGER THINGS logra no ser fagocitada por las referencias, como si pasaba por ejemplo en FARGO, cuya segunda temporada es claramente mejor que la primera al tomar más distancia del universo de la original. Y eso, tengámoslo en claro, es lo que la vuelve un éxito, más allá de que lean miles de notas sobre los homenajes y citas a series, novelas y películas de los primeros ochentas. Si fuera simplemente eso, la broma se acabaría muy pronto y el aplauso sería el respetuoso pero no más que el que se le da a una banda que hace un muy respetable cover de una canción conocida. Los Duffer apuestan a la nostalgia, eso es evidente, pero es el cariño y el afecto por las criaturas que viven en ese universo, las emociones que ellos despiertan, lo que les hace ganar la partida esta vez.