Estrenos: «Fuga de la Patagonia» y «El sacrificio de Nehuén Puyelli»
Dos muy diferentes thrillers que transcurren en el sur argentino y trabajan la compleja relación con los pueblos originarios se estrenan el 1 de diciembre. La película de Javier Zevallos y Francisco D’Eufemia recupera la historia real del escape del Perito Moreno a fines del siglo XIX mientras que el filme de José Celestino Campusano se centra en los problemas carcelarios que genera la presencia allí de un curandero de origen mapuche.
FUGA DE LA PATAGONIA, de Javier Zevallos y Francisco D’Eufemia
Narrado como un western clásico, suerte de cruza en escala menor de EL RENACIDO y JAUJA, la película de Zevallos y D’Eufemia se centra en el escape que emprende el Perito Moreno y sus acompañantes tras ser sentenciados a muerte por una tribu mapuche en 1879. La película incluye algunos flashbacks que dejan en claro los esfuerzos por entenderse y compartir conocimientos entre el cacique de la tribu y el explorador, pero eso no logra evitar la condena y Moreno debe huir por agua y tierra, caminando o a caballo, como sea.
Atacados por cuatreros se separa de sus compañeros y emprende un recorrido solo, perseguido por ellos, encontrando a un desertor y con la presencia cercana del cacique que parece no perderle pisada. Las fugas y persecuciones llevarán a un notable enfrentamiento entre tres hombres con diferentes concepciones del lugar que atraviesan: el explorador Moreno que en su inocencia de descubridor no sabe que sus mapas pueden terminar sirviendo a los militares para aniquilar a los mapuches, los cuatreros que quieren sacar provecho de lo que puedan y los habitantes originarios que quieren vivir sin ser molestados, cosa que –Conquista del Desierto mediante, poco después– se sabe que no podrán hacer.
Contada como un western seco y austero de duros hombres de acción y, por lo general, pocas palabras, pero también con intensidad y nervio narrativos propios de un filme de suspenso (la cámara de Lucio Bonelli captura a la perfección la belleza y soledad del paisaje pero también sus constantes e inminentes peligros) y con un muy buen elenco de actores poco conocidos, los dos directores (uno es, además, guionista y el otro, el montajista del filme) entregan una muy sólida y lograda opera prima que, es de esperar, consiga repercusión en Mar del Plata y, de aquí en adelante, con los festivales internacionales y el público en general en su estreno comercial.
EL SACRIFICIO DE NEHUEN PUYELLI, de José Celestino Campusano
Después de dos películas muy fallidas, el director de VIKINGO regresa a un territorio más conocido aunque geográficamente diferente al de sus filmes previos, ya que su nueva película transcurre entre una cárcel y los barrios marginales de las afueras de una ciudad rionegrina. El material genera una serie de intrigantes y potencialmente fascinantes cruces para un policial: Nehuén, curandero del pueblo de familia indígena, es encarcelado, acusado de envenenar a una anciana y de abusar de un chico. Allí se enreda con Ramón, un lider carcelario que está por salir y no quiere meterse en problemas. Pero también deberá vérselas con Henderson, hijo violento de una familia acomodada con sed de venganza hacia Nehuén.
Varios personajes se van sumando el entramado de traiciones, arreglos, peleas y trampas, incluyendo a la familia de Nehuén, el padre de Henderson, otros presos nuevos y veteranos, guardias y familiares. Si bien por momentos las subtramas son demasiadas, por lo general el relato es claro y avanza con precisión narrativa hacia un enfrentamiento final en el que varias cosas se ponen en juego: corrupción policial, violencia, lucha de clases, los problemas entre los habitantes de pueblos originarios como Nehuén y los que no lo son y así.
Como sucedía con EL PERRO MOLINA, este es otro de esos filmes en los que Campusano parece manejarse cómodamente en el terreno policial, con una destreza técnica en lo visual que ya luce muy profesional y hasta con elegantes planos secuencias, a años luz del “cine bruto” que se pregona desde el nombre de su productora y que era más evidente en sus inicios. Pero como en ese filme, esa forma más clásica de narración visual se choca con las acostumbradas actuaciones desparejas y los excesivamente formales diálogos entre los protagonistas lo que genera una gran dificultad en lograr la credibilidad necesaria para entrar en el mundo de la ficción.
Si bien es entendible la búsqueda de naturalidad de los no-actores que profesa el director, mientras más profesionales lucen sus películas más resaltan e incomodan ese tipo de performances “recitadas” y esos diálogos acartonados y sentenciosos. Y es una pena porque tanto la trama como los temas que pone en juego Campusano aquí son lo suficientemente atractivos como para generar una película de más alto impacto, algo que se pierde muchas veces por esta búsqueda o tono que, a esta altura, no logro terminar de comprender.
¿Porque pensar que las malas actuaciones de los films de Campusano son «búsquedas» o «tonos»? Es simplemente un tipo que no sabe dirigir actores, o no-actores, que son mucho mas difíciles de dirigir y exigen un talento especial para eso… La naturalidad en las actuaciones se logra con esfuerzo y talento para elegir y dirigir actores, no poniendo a cualquier adelante de cámara y ya. En este caso se trata simplemente de un mal director.
El siempre trata de explicar que es un concepto de realismo, que le importan los cuerpos, los rostros y que cada uno sea como es en la vida real. Entiendo el concepto pero no me cierra lo que veo. Tal vez, como decís vos, sea una excusa, no lo sé. Antes, cuando las películas eran tan toscas visualmente como las actuaciones, había una lógica interna que hacía que funcionaran. Ahora, tal vez por el laburo del DF, las pelis lucen bien y están bastante bien montadas por lo que ese estilo actoral a mí ahora me hace más ruido que antes. Tal vez sea hora de que contrate un coach actoral, no sé.
Igual hay otra cosa que es problemática, que son los diálogos. Siempre me parece que están diciendo algo que no es natural a ese tipo de personajes, que hablan como habla él, que dicen las cosas que diría él en esas situaciones, pero no siempre son creíbles en boca de los personajes. Los mundos y las historias que describe en estas películas me parecen fascinantes, pero siento que eso se pierde cuando alguien abre la boca. No todos, pero algunos…
slds,
d
Claro Diego; en Fantasmas de la Ruta, un cafishio dice «acaso» en una frase ampulosa. Hay muchas muestras de esos diálogos en todas las pelis que vi de él. Tengo entendido entonces que la cuestión es a propósito. No actores que no actúan (salvo algunos casos como en Perro Molina) y que dicen diálogos que esos personajes (si fueran reales) no dirían ni a palos.
Ayer vi en Bariloche Fuga de la….Debo rescatar el trabajo de los operadores de steady, y del DF en las escenas de bosque que no tanto en las de estepa. Pero los lindos paisajes no logran empañar un mal guión. Creo que podría haber sido un gran western si no les preocupara tanto a los directores como queda parado el Perito moreno, o que sueñan los mapuches. Y aparte algunas cosas como que (spoiler) Sayhueque lo tiene prisionero en una cueva y lo deja sólo junto a una bolsa con un cuchillo para desatarse, o que tras matar a un bandolero, no agarre su winchester para defenderse de otro que lo persigue o…varias situaciones inexplicables de sentido común. Acá también se aprecia un problema del cine de época nuestro y el lenguaje de los personajes. Acá no critico el tema, porque me parece sumamente difícil encararlo de alguna manera que no genere rechazo o lejanía.