Cannes 2019: crítica de «Ang Hupa», de Lav Díaz (Quincena de Realizadores)
Más allá de su duración, la nueva película del premiado realizador filipino es bastante clásica en su estructura: se trata de un thriller de ciencia ficción que plantea un futuro en el que el sol ha dejado de brillar y un líder fascista se enfrenta a revolucionarios que lo quieren derrocar para sobrevivir.
Acaso la película más “convencional”, al menos en el sentido estrictamente narrativo, del realizador filipino, ANG HUPA imagina un futuro relativamente cercano (2034) en el que una serie de desastres naturales han dejado, en el Sudeste asiático, millones de muertos y un hecho extrañísimo: el sol ha dejado de salir. O, al menos, de brillar en esa zona. Esto es: se vive en una permanente noche. Pero el cataclismo es solo el principio. Un líder fascista maneja Filipinas de la manera más cruenta y absurda posible –un personaje muy parecido al actual presidente de ese país– y una serie de virus y epidemias van matando gente de a millares. Si a eso se le suma los muertos que acumulan las milicias paramilitares que asesinan tanto a los grupos revolucionarios como a cualquiera que les moleste o incomode sin parpadear, estamos en una clásica distopía futurista de esas que claramente representan, a partir de motivos de la ciencia ficción, tensiones políticas actuales.
Con sus cuatro horas y media y sus escenas mucho más largas que las de un BLADE RUNNER, digamos, Díaz de todos modos construye una narración bastante clásica en la que una serie de revolucionarios intentan liquidar al maníaco e infantil líder, algunas ex colegas de la resistencia hoy se han pasado de bando y trabajan para él, hay infiltrados en ambos lados y secretos planes gubernamentales bastante parecidos a los de Thanos en las películas de Marvel aunque un poco más elaborados que un chasquido de dedos. Como ejemplos de esta ciencia ficción filipina Clase B solo verán drones pasando de aquí para allá y controlándolo todo, y varios “androides”, muchos de los cuales se dedican especialmente a satisfacer sexualmente a los humanos.
ANG HUPA es, claramente, una película política que habla de la actual Filipinas. Díaz es directo y brutal con el régimen de esta suerte de heredero de Duterte que se ve a sí mismo como un lider enviado por Dios y que no teme liquidar a quien sea para permanecer en su cargo. Mientras el mundo, literalmente, se oscurece y los derechos desaparecen, el planteo narrativo funciona con un modelo clásico de película política centrada en la resistencia a las dictaduras. Y lo hace muy bien, de manera poderosa, efectiva y por momentos muy sarcástica.
Claro que el que espere un thriller hollywoodense se encontrará con que los tiempos de Díaz son otros, pero aquí no están dedicados a la contemplación o a la observación sino al debate político, a entrar en detalle en las personalidades de los protagonistas (el grotesco líder político, sus secuaces principales, algunos infiltrados y nuestro potencial héroe revolucionario) y a tratar de potenciar, si no emocionalmente al menos visualmente, el drama que se puede vivir en un país que, desastres naturales o no, parece ir hacia un destino parecido al que se ve aquí.