Online: crítica de «JT LeRoy», de Justin Kelly

Online: crítica de «JT LeRoy», de Justin Kelly

por - cine, Críticas, Streaming
25 Jul, 2019 08:22 | Sin comentarios

La película con Kristen Stewart y Laura Dern no se centra en la escritora célebre que usaba un nombre falso en sus libros sino en la mujer que la personificó en su vida pública. Un intrigante film que no aprovecha del todo su compleja historia.

Antes de las redes sociales y los avatares online, un poco antes de que la diferencia entre lo virtual y lo real fuera algo cotidiano, y las definiciones sexuales un tanto menos binarias, existió J.T. LeRoy. O, digámoslo de otra manera, una escritora inventó un personaje así llamado con el que escribió una novela, un libro de relatos y varios artículos y textos en revistas que la/lo convirtieron en celebridad. Pero J.T. (o Jeremiah Terminator LeRoy) nunca existió. La tal Laura Albert creó esta “persona literaria” por motivos que ya verán en la película y, en un momento, cuando su fama creció, decidió ponerle un cuerpo a ese nombre. Y fue ahí que empezaron los problemas.

Para los que conocimos el fenómeno en su momento, la película dirigida por Kelly revela algunas cosas nuevas, especialmente por basarse en un libro escrito por Savannah Knoop (Kristen Stewart), la chica que le puso el cuerpo a este andrógino personaje, que años antes de que sea común que las personas se autodefinieran como “no binarias”, era considerado de sexo masculino. De cualquier modo es lo menos importante ya que JT no existía. Pero al ser Savannah su “representante en vida” hubo que hace algunas alteraciones a su look y a su voz.

JT LEROY no cuenta la historia de Laura –la que sería el personaje principal de esta historia si se la contara en su totalidad, la que escribió los libros con ese seudónimo– sino la de Savannah y es por eso que empieza cuando ya la escritora es una celebridad mediática cuyos libros quieren ser llevados al cine y cuyos textos son leídos por celebridades en eventos públicos. Ella suele dar entrevistas telefónicas alterando y masculinizando su voz, pero se niega a mostrarse poniendo su timidez como excusa. Tomando en cuenta el tipo de historias de infancia complicada y turbulenta que cuenta en sus relatos, en general todos aceptan su reticencia social. Pero son tantas las demandas de apariciones en vivo que Albert (Laura Dern), finalmente, termina pidiéndole a la hermana de su pareja que la “encarne” en persona.

Este es el disparador de la trama. Las complicaciones que surgen de ahí son casi de comedia de enredos en las que Savannah tiene que hacerse pasar por un personaje que no existe mientras Laura sigue siendo LeRoy en el teléfono –un poco como en la reciente película de Spike Lee EL INFILTRADO DEL KKKLAN–, además de acompañarla a Savannah interpretando a su «agente literaria inglesa». Savannah no sabe muy bien cómo debe comportarse en público, teme ser descubierta, no logra ser tan locuaz en persona como Laura lo es telefónicamente y, lo peor de todo, es que no vivió ni inventó las historias que hicieron famoso a LeRoy.

El film no se adentra mucho en lo que tiene que ver con saber cuánto de lo que escribía Laura como JT era cierto –aparentemente algunas cosas sí lo eran, pero el resto era, bueno, literatura–, sino que prefiere tensar las cuerdas en los conflictos que se van generando entre ambas mujeres (y entre ellas y sus respectivas parejas masculinas), especialmente a partir de la aparición de una tercera en discordia.

La tercera es Eva (Diane Kruger), una actriz y directora que quiere llevar la novela de LeRoy al cine. El personaje, claramente basado en Asia Argento, pero con muchos detalles cambiados, es una diva que se engancha con Savannah en su rol como JT y logra que ella se enamore también de Eva. Ese conflicto entre el deseo, la confusión sexual, los celos que en Laura genera la popularidad de su “otro yo” y la utilización de estos personajes por la industria del cine están en el centro del relato, que incluye un paso por el Festival de Cannes. Y si bien es un eje interesante de analizar, acaso es allí donde la película pierde la oportunidad de ir más profundo en las zonas ambiguas de la historia para apostar por una trama de des/amor y despecho.

Si bien es cierto que el libro retrata la experiencia de Savannah y se limita a eso, da la impresión que una película llamada JT LEROY podría indagar más acerca de la complejidad de la situación, meterse más a fondo en lo que entonces (el personaje existió por más de una década hasta ser descubierto, desde mediados de los ’90 al 2006, pero recién tuvo “cuerpo” en el 2000) fue considerado un escándalo y una suerte de mentira y traición al lector, y que hoy sería seguramente mirado de otra manera, tomando en cuenta los cambios culturales de la última década. De todos modos la película presenta una intrigante premisa y plantea una serie de preguntas (¿Cuáles son los límites entre la realidad y la ficción? ¿Somos quienes nos toca en suerte ser o lo que queremos?) que todavía nadie sabe responder del todo bien.