Series: crítica de «Years and Years» (Miniserie)

Series: crítica de «Years and Years» (Miniserie)

por - Críticas, Estrenos, Series
07 Jul, 2019 01:21 | comentarios

Ideológicamente confusa y dramáticamente banal, esta serie de la BBC que emite aquí HBO es algo así como un “¿qué nos pasa a los británicos?” que se estira durante seis horas mezclando compilados de noticieros, videoconferencias familiares, risas y llantos, en medio de un mundo que se va volviendo como un episodio de «Black Mirror» que no termina nunca.

Producto de «prestigio» de HBO y la BBC, YEARS AND YEARS cumple con todos los requisitos del caso: es un drama humano que habla de la actualidad, que lidia con cuestiones políticas y tecnológicas y que especula sobre el futuro mundial a partir de datos concretos de hoy. Es una saga familiar –todos esos items están concentrados y esparcidos por las vidas de varias generaciones de una misma familia, los Lyons de Manchester– que arranca en la actualidad y se extiende por más de una década. Y tiene a Emma Thompson en un rol que, sin ser protagónico, es clave en el desarrollo de la trama.

El inicio es promisorio ya que el habitual estilo mordaz y ácido de mucha ficción británica hace que el costado más obvio, remanido y subrayado de la serie se disimule bastante bien… por un tiempo. Pero las señales ya están ahí. Los Lyons, más que una familia, son un compendio de posiciones en un mapa político, económico, social y racial. La abuela es una señora que supo tener una muy buena posición económica y ahora conserva el señorial caserón. Los padres –por motivos justificados, pero muy difíciles de explicar dramáticamente, como si los creadores de la serie decidiesen no lidiar con esa generación– no son parte de la historia más que como referencias. Y los verdaderos protagonistas son los nietos de la señora, que componen una familia llamativamente unida tomando en cuenta la época, las edades, las distancias y las diferencias entre cada uno de ellos. A tal punto están «unidos» que el modo de avance narrativo más usado en la serie es una serie de videoconferencias que tienen entre todos ellos.

Uno es asesor financiero y está casado con una mujer de ascendencia afrocaribeña, contadora también, con la que tiene dos hijas, una de las cuales está obsesionada con la tecnología al punto de querer someterse a una operación que la volvería «transhumana» (datos en la nube, digamos). Hay una hermana militante progresista, de esas que viajan por el mundo filmando y denunciando distintos abusos de poder. Hay un hermano gay que trabaja con refugiados políticos y que se enamora de uno de ellos, de origen ucraniano. Y una chica que anda en silla de ruedas (nació con «spina bífida»), que es la jefa de un comedor escolar, y que tiene dos hijos de distintas parejas ocasionales.

Para resumir una historia irresumible, digamos que cada uno representa y actúa en un sector diferente, conectado y problemático de la cultura contemporánea (los bancos, la inmigración, los desastres ecológicos, la política local, etc) y YEARS AND YEARS se construye como una ficción especulativa en la cual la situación política de hoy –Trump, Brexit, calentamiento global, dominación de la tecnología, etc– va degenerando cada vez más hacia una cultura totalitaria, cercana a la distopia futurista que vimos en tantas películas de ciencia ficción pero puesta en un contexto supuestamente creíble. Es un «cómo nos convertimos en eso» a partir de las experiencias de una familia.

El problema principal de la serie –de los muchos que tiene, una vez que queda al descubierto su manipulador sistema– es que combina una suerte de telenovela familiar de engaños amorosos, divorcios complicados, hijos rebeldes, padres ausentes y la clásica mezcla de amor/odio con la que viven estas familias televisivas con un catálogo de desastres propio de un noticiero que apila informaciones dramáticas. Trump desatado aislando a Estados Unidos del mundo. Inglaterra haciendo lo propio con el ascenso de una líder populista (Emma Thompson) de ilegible ideología. Lluvias permanentes, la desaparición de algunas especies animales, la violencia ejercida contra los inmigrantes, una nueva caída del sistema bancario, bombas, calentamiento global y tecnología que lo controla todo. Una checklist de todo lo malo que podría pasarnos tras un siglo XX que, según la serie, fue muy positivo y calmo (?)

A los Lyons no solo los afecta todo lo que pasa en el mundo de manera muy directa sino que participan en los grandes eventos de esa década como si fueran una suerte de Forrest Gump británicos y sin ironía alguna. Cada uno es parte, a su manera, de hacer crecer y luego de intentar quebrar el sistema. Y la manera en la que eso deriva en un melodrama familiar bastante ridículo es evidente, en especial a partir del tercer episodio, cuando ya las decisiones narrativas de los personajes no responden a ninguna lógica y sí a las necesidades dramáticas de los guionistas. No quiero adelantar nada de la trama pero en los últimos episodios algunas situaciones provocan directamente risa por lo forzadas y absurdas que son.

Ideológicamente confusa y dramáticamente banal, YEARS AND YEARS es algo así como un «¿qué nos pasa a los británicos?» que se estira durante seis horas mezclando compilados de noticieros, videoconferencias familiares (el concepto de la centenaria abuelita como «faro ideológico» de la nación es bastante ridículo), risas y llantos, en medio de un mundo que se va volviendo cada vez más como un episodio de BLACK MIRROR que no termina nunca. Cuando llega el tecnológico y absurdo final –y, especialmente, si uno se queda totalmente afuera de las manipulaciones a lo CRASH o BABEL del episodio final– solo queda como opción reírse y ponerse a hablar con la tostadora.