La nueva película del realizador de «Buenos muchachos» lo muestra en una búsqueda similar a la de «La última tentación de Cristo» al plantear los conflictos que atraviesan dos jesuitas que viajan a Japón en el siglo XVII para tratar de mantener vivo allí al cristianismo, prohibido por las autoridades. Un filme épico pero, a la vez, un cuestionamiento íntimo sobre los límites de la fe.