La serie británica que se puede ver por Netflix mezcla drama y comedia negra para contar la fuga de dos adolescentes torturados que se meten cada vez en problemas más y más complicados. Pese a utilizar recursos estilísticos y narrativos usados hasta el hartazgo en el cine de los ’90, la serie consigue tornarse apasionante gracias a sus dos notables personajes principales y los actores que los interpretan.