Estrenos online: crítica de «La calle del terror (Parte 3): 1966», de Leigh Janiak (Netflix)

Estrenos online: crítica de «La calle del terror (Parte 3): 1966», de Leigh Janiak (Netflix)

Al menos durante dos tercios de su duración, la última película de la saga de horror es la mejor de la trilogía, yendo a contar el origen de la historia de hechizos y brujerías que azota a la ciudad de Shadyside.

Durante dos tercios de sus casi dos horas de duración, LA CALLE DEL TERROR (PARTE 3): 1966 es la mejor parte de esta trilogía de género que estrenó Netflix durante tres semanas consecutivas. De cronología invertida, yendo de sucesos más o menos recientes (1994) a otros anteriores (1978) para de ahí irse al posible origen de esta historia de hechizos, brujerías y crímenes que atraviesan los siglos y azotan a una pequeña ciudad, la trilogía inspirada en los libros de R.L. Stine no se caracterizó por ser original ni por contar grandes historias. Se podría decir que no era otra cosa que un remix de ciertos tropos conocidos del género de terror.

PARTE 3: 1666 no cambia eso, pero al menos sostiene bastante mejor que las anteriores/posteriores su lógica y coherencia narrativa. Me refiero a dos tercios de la película porque, en un momento que ya verán –y que no conviene adelantar–, la historia se ira de esa aldea del siglo XVII que funciona en plan LA BRUJA con intenciones más «abarcadoras» respecto a la saga en su totalidad. Pero mientras se sostiene allí, Janiak cuenta un cuento tradicional sostenido en pilares que, por más que sean conocidos y hasta previsibles, funcionan relativamente bien.

Si se entiende que 1666 está narrada desde el punto de vista de Deena (Kiana Madeira), la protagonista de 1994, lo que verán aquí es a los mismos actores de la primera parte hacer roles «similares» en la última. ¿Se trata de la imaginación e información recogida por la chica de cómo sucedieron los hechos entonces o hay algo más que eso? Lo cierto es que la película coloca al espectador en una clásica situación de caza de brujas contada con los parámetros actuales respecto a héroes, villanos, crímenes y pecados. No de 1994, sino de 2020/21, haciendo que la cronología sea aún más interpretativa.

Y allí nos topamos con que Sarah Fier –la bruja que atosiga a todos en las primeras dos películas– es una chica aparentemente feliz que vive en una comunidad de inmigrantes que parece sólida, más allá de la presencia de algunos tipos agresivos e intolerantes. El problema de Sarah es que está enamorada de Hannah (interpretada por Olivia Scott Welch, la misma que encarnaba a su pareja, Sam, en 1994) y que ese hecho será considerado blasfemo y, de un modo caprichoso, convertido en causal de la muerte de una docena de chicos del pueblo, algo que claramente tiene otros orígenes y motivos, ahí sí de un orden un tanto más «satánico».

Quizás no tenga sentido contar más. Es claro que la película posee un muy evidente grupo de héroes y villanos y que todos más o menos responden a los parámetros contemporáneos de esos roles, más que nada: bullies, religiosos, intolerantes de todo tipo, adultos que miran con mala cara ciertas libertades que se toman los más jóvenes, autoridades del lugar que buscan chivos expiatorios (los políticos y policías del futuro, probablemente) y todos aquellos que, al descubrir que dos mujeres se besan, asumen que el Diablo ha entrado a Shadyside para arruinarlo todo. Alguien deberá caer.

SPOILER ALERT

Si no vieron la película y prefieren no seguir leyendo, una vez cerrado –y más o menos aclarado– el concepto de lo sucedido en 1666, empieza un cuarto y breve film: 1994 (PARTE 2), en el que a partir de los descubrimientos de entonces se trata de «resolver» el presente. Y ahí, fundamentalmente, tendrá lugar un largo combate y masacre en un shopping (el que ya vimos en la primera película) que no agrega mucho a la saga más allá de permitirle cerrar con algo más de acción y violencia, quizás pendientes de un posible «aburrimiento» del espectador adolescente actual con el cuento más clásico que se venía desarrollando hasta entonces. Esa «secuela» quizás también sea la manera que esta saga de Netflix tenga de abrir las puertas a futuras encarnaciones y películas de LA CALLE DEL TERROR.

FIN DE ZONA SPOILER

A juzgar por el supuesto «éxito» de la saga –con Netflix nunca se sabe realmente qué cosas funcionan o no, ya que no dan cifras oficiales más que su propio y un tanto curioso Top 10–, es muy posible que existan secuelas. Y, a juzgar por los años que separan los acontecimientos, todo parece listo para una edición 2020 Y así, hasta que se queden sin subgénero de terror sin repasar, revisar y actualizar. ¿Es una mala saga LA CALLE DEL TERROR? Quizás no. O no del todo. Es, sí, poco memorable, funcional, epidérmica. Y así como llega se olvida.