Estrenos online: crítica de «Frutos del viento», de Charlie McDowell (Netflix)

Estrenos online: crítica de «Frutos del viento», de Charlie McDowell (Netflix)

Un intruso se mete en una lujosa casa sin imaginar que sus millonarios dueños llegarán y que terminará enredado en un impensado secuestro. Con Jason Segel, Lily Collins y Jesse Plemons. Estreno de Netflix.

El término «windfall» que da a esta película su título original tiene dos significados muy distintos. Uno, un tanto más literal, es el mismo de la traducción al castellano ya que se refiere a las frutas que caen de los árboles a causa del viento. Pero la palabra tiene otro significado que nadie le aviso a los traductores de Netflix, uno que tiene mucho más sentido que el usado para entender un poco de qué va este thriller. Esa otra acepción tiene que ver con la sorpresiva llegada de una importante cantidad de dinero, algo así como una «suerte inesperada». En España, de hecho, se llama GOLPE DE SUERTE, título mucho más lógico.

Si es suerte o no será cuestión de decidirlo una vez terminado el relato. Al principio, es difícil saberlo porque este pequeño thriller que transcurre en una lujosa casa de campo en la zona de Ojai, California, entre apenas tres personajes (típico producto pandémico) no termina de definir cuál es ese dinero y quién de los tres será el afortunado a la hora de quedárselo. Tampoco define algo más esencial. ¿Quién de todos lo merece?

Sabemos que uno de ellos no, pero los otros dos compiten por nuestra simpatía. La historia arranca cuando un hombre (interpretado por Jason Segel, un muy buen actor al que se lo ha visto poco últimamente) parece estar disfrutando de su lujosa casa con una enorme piscina. Pero su disfrute se acaba rápido cuando nos damos cuenta que los verdaderos dueños de casa llegan y que el hombre era un intruso que estaba ahí con otros planes. ¿Cuáles? No queda muy claro.

Los dueños son un multimillonario CEO de una empresa tipo Facebook (el gran Jesse Plemons) y su esposa, interpretada por Lily Collins (si no ven los nombres es porque en el film nunca se dicen). Han venido a pasar unos días a la que es su casa y el intruso es descubierto mientras trata de esconderse y huir. A falta de opciones y habiendo alcanzado a recoger un arma, al tipo no le queda muchas más opciones que tomarlos de rehenes y pedirles plata.

Todo parece resolverse más o menos bien hasta que el hombre descubre, al salir de la casa, que hay cámaras de seguridad que lo registraron todo, por lo que no le queda otra que volver. Y ahí el asunto se pone un tanto más espeso, ya que reclama más dinero asumiendo que tendrá que entrar en una fuga interminable. El CEO en cuestión, para quien cientos de miles de dólares no son nada, de hecho le ofrece más de lo que él pide y organiza todo para que le traigan a la casa 500 mil dólares para darle al intruso/secuestrador. Pero para que el dinero llegue deberán pasar 24 horas. Y ahí la cosa se estira y se complica.

Tres buenos actores ayudan y mucho para que este simple y sencillo thriller escrito por Andrew Kevin Walker (PECADOS CAPITALES), entre otros guionistas, sea apenas un poco más que tolerable. Viéndolo uno entiende porqué una película con tan buen elenco termina en Netflix sin casi prensa ni críticas previas. Es que es un film modesto, que en el mejor de los casos puede verse como un entretenido pasatiempo. Pero no mucho más que eso.

A lo largo de esas 24 horas en la que esperan el dinero surgen los temas de los que la película supuestamente habla. No sabemos quién es el intruso pero el multimillonario está seguro de que debe ser alguien afectado por los recortes de personal que él hizo a sus empresas. Y la joven esposa del CEO va, de a poco, dando a entender que su vida matrimonial no es tan color de rosa como aparenta ser y como ella le dice a su marido que es. El único que, claramente, parece ser un egocéntrico irritante es el millonario en cuestión.

Pequeñas traiciones, intereses cruzados, engaños sobre engaños, apariciones sorpresivas y tensiones crecientes que derivarán en violencia son los condimentos de este thriller acerca de tres personas que esperan una valija de dinero para poder terminar una situación incómoda. Lo que no imaginan es la situación en sí empezará a volverse aún más incómoda pero por otros motivos, seguramente no imaginados al comienzo. Y McDowell (THE ONE I LOVE) maneja con destreza los resortes del suspenso, sin ostentaciones ni lujos. Con la discreta eficiencia de un director que sabe que en el fondo está haciendo un thriller de Clase B.

Sobre el cierre, el guión de WINDFALL ofrece algunas sorpresas que, si bien no son totalmente inesperadas, cambian un poco la resolución que la mayoría imagina. Y allí el elenco aporta mucho para darle a la película un grado extra de interés. Plemons va dejando fluir su lado más horrendo, Segel se va ganando de a poco nuestra simpatía y Collins (esposa del realizador) será la que, como corresponde a los tiempos que corren, crecerá en importancia y deberá tomar algunas decisiones que no serán nada fáciles en este breve, pasable y menor thriller, de esos títulos que con el tiempo quedarán como meras anécdotas en las filmografías de los tres protagonistas.