
Estrenos online: «Jayne Mansfield, mi mamá» («My Mom Jayne»), de Mariska Hargitay (HBO Max)
Este documental, dirigido por la hija de la actriz Jayne Mansfield, analiza y cuenta secretos de la vida de su madre, su familia y de la propia realizadora. En HBO Max.
La curiosa y enrevesada vida de Jayne Mansfield representa lo que era Hollywood en su época clásica, de esas historias que sirven para llenar libros de chimentos, secretos y caos familiares propios de las telenovelas más enredadas. Para los que no la conocen, Mansfield fue algo así como una versión popular de Marilyn Monroe, una rubia sex symbol de los años ’50 que se hizo muy famosa por su figura «curvilínea», su voz aniñada y sus atuendos y actuaciones dentro de ese rubro que entonces se conocía como dumb blonde, o «rubia tonta», prototípico clásico de la época. Pero eso es tan solo el comienzo, el punto más visible, de una historia con muchas más vueltas.
Mariska Hargitay, la directora del film, es su hija. No solo eso sino que es una actriz bastante reconocida, especialmente para los que ven o han visto la serie LAW & ORDER: SPECIAL VICTIM UNIT, en la que viene interpretando al mismo personaje (Olivia Benson) hace 25 años y 573 episodios, un récord en la materia. Es tal su compromiso con esa serie, que ha hecho muy poco cine o TV por fuera de ella. Si bien no lo oculta, pocos saben que es hija de Mansfield, ya que a lo largo de su vida intentó despegarse de la imagen de su madre, a la que conoció muy poco porque Jayne murió cuando ella apenas tenía tres años.

MY MOM JAYNE es su intento –terapéutico si se quiere– de hacerse cargo de esa y de otras herencias familiares. Se trata de un documental histórico sobre una figura célebre e intrigante de Hollywood contado por su propia familia. Pero aquí nadie trata de mostrar una imagen prolija y pasteurizada de esa vida, como lo hacen muchas bios oficiales, sino más bien todo lo contrario: sacar a luz historias poco conocidas y algunas desconocidas de la vida de Jayne, sus maridos, sus hijos, su carrera, sus affaires, su muerte y la vida en una época de Hollywood que podía ser brillante en lo creativo pero a la vez brutalmente cruel en lo personal.
Las vueltas narrativas que tiene la película –y las sorpresas tras sorpresas que ofrece– hacen que uno prefiera dejar que el espectador las descubra sin contar demasiado. Lo que vale la pena adelantar acá, acaso para entender el contexto, es el funcionamiento de Hollywood y cómo esa suerte de «procesadora de talentos» podía llevar a la gloria a una actriz como Mansfield pero luego encasillarla en roles en los que había dejado de sentirse cómoda pero tenía que hacer para subsistir y seguir trabajando.
Jayne Mansfield hablaba cuatro idiomas, tocaba el piano, el violín y era intelectualmente brillante, pero la única manera en la que era aceptada por la industria y el público era como «rubia sexy y tonta» en películas buenas (como THE GIRL CAN’T HELP IT y WILL SUCCESS SPOIL ROCK HUNTER?, de Frank Tashlin; KISS THEM FOR ME, de Stanley Donen) pero también en muchas otras olvidables, además de programas de TV, teatro, shows nocturnos y muchísimas apariciones publicitarias, que eran casi su especialidad, dada la cantidad de fotógrafos que convocaba. Las entrevistas televisivas que le hacían –varias de ellas se ven acá, parte del gran material de archivo– eran directamente humillantes.

Pero el filme de Hargitay no solo se dedica a contar la historia de Mansfield sino a meterse en sus secretos personales, empezando por la complicada relación que su hija tiene con ella, su apego a su padre (Mickey Hargitay, húngaro de nacimiento y Mr. Universo en fisicoculturismo), la relación con sus hermanos (de diferentes matrimonios de la madre) y poniendo el eje en dos hechos históricos importantes: la muerte de su madre y algunas revelaciones posteriores sobre su vida que alteraron la relación de Mariska con su pasado familiar. Todo esto puede tener características propias de una telenovela, pero al estar contada por sus propios protagonistas se vuelven particularmente duras y emotivas.
Si bien Hargitay no puede evitar caer en ciertos excesos propios del documental de autoayuda en plan terapia familiar, hay momentos fuertes y emotivos a lo largo del film, no solo por lo que revelan acerca de esos lazos sino por el modo en el que ponen en contexto esas vidas hollywoodenses plagadas de secretos, rumores, misterios y la posterior y muchas veces cruel explotación de esos mismos misterios. Es como una novela de James Ellroy pero sin necesidad de ficcionalizar nada: sin crímenes quizás, pero cargado de pura y dura intriga familiar de celebridades. Solo ver el depósito en el que sus hijos tienen guardadas cajas, cajas y más cajas de materiales de su madre hará las delicias de cualquier fan del lore hollywoodense. «Lore« que podrán saborear y disfrutar los curiosos, pero que tiene sus consecuencias y su peso en la vida real de quienes lo vivieron.