Series: crítica de «Soy extraordinaria», de Emma Moran (Star+)

Series: crítica de «Soy extraordinaria», de Emma Moran (Star+)

Esta comedia británica se centra en una chica que, en un mundo en el que todos tienen algún superpoder, todavía no ha encontrado el suyo. En Star+.

En un mundo como el nuestro pero que no lo es, en Londres más precisamente, la gente normal tiene superpoderes. Si las películas de Marvel fueran realistas, serían más o menos como SOY EXTRAORDINARIA. Al cumplir los 18 años, a todo el mundo se le revela un «poder», la capacidad de hacer algo fantástico, fabuloso, raro, en algunos casos muy preciso y específico. Están los que pueden volar, controlar la tecnología, tener una fuerza enorme, viajar en el tiempo, comunicarse con los muertos y otras maravillas. Pero también los que cagan objetos en 3D a pedido, los que escuchan todo tan fuerte que no toleran el ruido, los que se convierten en líquido y todo se les complica, y mi favorita, el hombre que puede transformar todo en un PDF.

La excepción es Jen (Máiréad Tyers), la protagonista de esta historia. A Jen no se le ha revelado ningún superpoder. No puede hacer nada fuera de lo común y está un poco angustiada al respecto. Ya tiene 25 años y no hay muchos casos como el de ella. Su madre está fastidiada con ella, su hermana se le burla en la cara y Jen no tiene dinero para pagar un procedimiento que le permitiría saber cuál es ese poder. Es que quizás lo tiene y no lo sabe. Es complicado. Por suerte Jen tiene a Carrie (Sofia Oxenham), su mejor amiga, que tolera sus angustias y vive con ella en el mismo techo en el que también habita Kash (Bilal Hasna), su novio.

SOY EXTRAORDINARIA (EXTRAORDINARY es su más amplio y menos lineal título original) parte de este planteo y lo hace desde el humor de más pura cepa británica. A veces irreverente y zarpado, en otras ocasiones un poco tontuelo y disparatado, pero por lo general muy efectivo. Es tan simpático y ocurrente el punto de partida que, si bien promediando la temporada la serie parece ir quedándose sin ideas, nunca pierde del todo su gracia. Son ocho breves y efectivos episodios que funcionan muy bien porque, de algún modo, presentan algo que es menos inusual de lo que parece.

La serie creada por Emma Moran puede parecer fantasía pura, pero toca un nervio bastante cercano y realista. No solo ligado al consumo masivo de superhéroes que existe en la actualidad –algo con lo que la serie hace muchas bromas, ya que la mayoría de los que aquí quieren tener ese rol de «vigilantes» son bastante patéticos– sino al tomar la idea un poco más profunda de que todos, en cierto modo, creen ser «especiales», tener algo que los hace diferentes a los demás, únicos. No es el caso de Jen. Ella es, en este sentido al menos, «ordinaria». Pero no se trata un personaje querible y sin suerte en esto de los poderes. Más bien al contrario: de a poco se va revelando que la chica es bastante narcisista y bordea lo insoportable.

Los episodios se irán yendo mientras Jen –que es irlandesa– busca descubrir su poder, se relaciona con un chico extraño que tiene la condición de transformarse en gato (o acaso sea al revés), habla con su papá fallecido a través de Carrie –quien vive de su trabajo de hablar con gente muerta para algunas muy absurdas situaciones–, lidia con otro chico que le gusta (Ned Porteous) y se lleva cada vez peor con su madre (Siobhán McSweeney, de DERRY GIRLS) y su hermana (Safia Oakley-Green). Por su parte, Carrie y Kash tienen una relación de pareja complicada (él no tiene trabajo fijo y arma un grupo ridículo de «superhéroes») y el que llaman «Jizzlord» (Luke Rollason), el amigo de Jen que fue gato, intenta conocer su pasado como humano antes de transformarse en animal, ya que al volver perdió la memoria casi por completo.

SOY EXTRAORDINARIA es muy prometedora, por momentos muy graciosa y le sobra ingenio por todos lados, fundamentalmente en volver la idea de los «superpoderes» como algo habitual, banal y por momentos hasta irritante. Tiene, sí, un típico problema que ya es común a muchas series: el mundo que presenta es tan fascinante que, una vez que lo conocemos y ya no nos sorprendemos tanto por sus mecanismos, sus creadores tiene que lidiar con el problema de encontrar buenas historias para contar. Aquí, a partir de la segunda mitad de la temporada, hay algunos desvíos narrativos no del todo logrados e inconsistencias varias. Pero todo parece solucionable. Y si no, viene alguien, convierte a la serie en PDF y listo.