BAFICI 2023: crítica de «El siervo inútil», de Fernando Lacolla (Competencia Argentina)

BAFICI 2023: crítica de «El siervo inútil», de Fernando Lacolla (Competencia Argentina)

por - cine, Críticas, Festivales
25 Abr, 2023 10:59 | Sin comentarios

Un hombre que se dedica a vender un proyecto inmobiliario en Córdoba se mete en problemas cuando los avances del proyecto en cuestión se complican. En la Competencia Argentina del BAFICI.

Las ciudades –y no sólo las argentinas– están llenas de turbios emprendimientos inmobiliarios en los que muchos esperanzados poseedores de algunos ahorros apuestan para que su dinero no sea fagocitado por la inflación. Pero así como en este tipo de proyectos –algunos de los cuales se hacen bien y salen mientras que muchos otros no– caen muchos ahorristas, también pueden ser víctimas las personas que trabajan en ellos. No los que organizan el plan, quizás con intenciones en principio honestas, sino los que colaboran con ellos, sin saber en las trampas que se meten. O los meten…

Luca es uno de estos tipos. Una suerte de esperanzado empleado inmobiliario que promete casas elegantes en el que será, dice, el mejor barrio de la ciudad. Si uno observa desde dónde hace esas llamadas se dará cuenta que al lugar le falta muchísimo para convertirse en eso: son tierras pertenecientes a ferrocarriles que pueden estar abandonadas, pero en la zona también hay gente que vive. Para “destrabar” esa situación hará falta conectarse con las autoridades de la ciudad, negociar, meterse en zonas éticamente complicadas y prometer lo que no se sabe si se puede cumplir.

EL SIERVO INUTIL lleva a Luca (Federico Liss, un muy buen actor al que sigo confundiendo con Diego Gentile, y supongo que no seré el único) a meterse en problemas, hacer falsas promesas, relacionarse con los políticos y los habitantes del lugar y de un campo al que visita en tren de intentar cumplir algo que, a todas luces, parece incumplible. Y que, uno ya puede anticipar, ante el primer problema de la operación todos los focos y las culpas recaerán en él.

Con algunos elementos que hacen recordar a MANOS SOBRE LA CIUDAD, el clásico de 1963 de Francesco Rosi, este film cordobés se mueve entre el drama personal y el thriller, intentando hacer pie en ambos mundos, con mejor suerte y mayor dominio de tono en el primero que en el segundo. Hay material en su trama para un policial hecho y derecho, pero el realizador opta por un acercamiento más cauto y observacional, entre tímido y analítico, dejando que la violencia (la física y la socioeconómica) se manifieste sutil o brevemente. Quizás el film en sí no esté a la altura de su promisorio punto de partida pero de todos modos es un claro reflejo de una desesperación social que lleva a pensar en el “sálvese quien pueda” como una solución posible.