Estrenos online: crítica de «Lecciones de un pingüino» («The Penguin Lessons»), de Peter Cattaneo (Flow, Claro Video)

Estrenos online: crítica de «Lecciones de un pingüino» («The Penguin Lessons»), de Peter Cattaneo (Flow, Claro Video)

Un maestro británico llega a la Argentina en 1976 a dar clases de inglés en un colegio bilingüe y se enreda en la situación política del país. Y con un pingüino. Con Steve Coogan y Jonathan Pryce. Para alquilar en diversas plataformas.

Peculiar por donde se la mire pero a la vez en extremo convencional, esta curiosa película británica del realizador de TODO O NADA: THE FULL MONTY cuenta la historia de un maestro británico que vivió en la Argentina durante la dictadura militar. Protagonizada por el comediante Steve Coogan, LECCIONES DE UN PINGUINO se basa en un hecho real que, más allá de tener muchas diferencias con el caso verdadero, sucedió en el país en 1976. La película, en cambio, fue filmada en España –las Islas Canarias y Barcelona– y en parte en Uruguay, reconstruyendo la época de una forma bastante penosa. Y algo similar pasa con la película: una comedia dramática que se torna sentimental en el marco de una de las dictaduras más sangrientas y crueles de la historia.

Coogan interpreta a Tom Michell, un maestro británico que llega a Buenos Aires a dar clases de inglés en un colegio bilingüe poco antes del golpe militar de 1976. A su llegada lo reciben explosiones, bombardeos, militares en las calles y la expectativa de un golpe de estado. El director de la escuela, encarnado por Jonathan Pryce –un hombre que, desde que hizo Perón en EVITA en adelante, lleva varios films relacionados con el país–, lo recibe fríamente y le dice que lo mejor es no hablar de temas políticos ya que al St. George’s School van muchos hijos de gente poderosa y de dinero.

Con los únicos con los que Tom conecta ahí es con la señora que limpia su departamento (Vivian El Jaber) y con un colega de origen sueco. Sus alumnos, en tanto, no le prestan la más mínima atención. En realidad a Tom mucho no le importa, porque parece hacer el trabajo sin muchas ganas ni entusiasmo alguno, por motivos que se irán develando con el correr de los minutos. El giro llamativo que da su vida llega de casualidad: el hombre se va a pasar un fin de semana a Uruguay –a Punta del Este, más precisamente– y tras una salida nocturna con una chica (Micaela Braque) se topa en la playa en la madrugada con un pingüino empetrolado, al que recoge y limpia solo para impresionar a la dama. Pero la chica se termina yendo y Tom se queda con el pingüino en cuestión, al que sin muchas ganas termina trayendo de vuelta al país, metiendo en el colegio e incorporando a las clases y a la vida social del lugar.

LECCIONES DE UN PINGUINO cuenta básicamente eso: los cambios que el contacto con ese simpático animal produce en el hasta entonces opaco y apagado Tom y en la comunidad en la que vive en medio de un clima social y político bastante oscuro que rebota en la escuela. Es que, a la par de las desventuras del pingüinito, la nieta de la mujer que limpia, quien también trabaja en el colegio (Alfonsina Caroccio), es secuestrada por las fuerzas militares adelante suyo sin que él se atreva a hacer nada. Y esa carga marcará su paso por el país. Pero como Cattaneo no profundiza demasiado en el asunto, casi todo se termina resolviendo de una manera bastante más amable que realista.

Un guión bastante pobre, con diálogos mediocres y explicativos, situaciones bastante absurdas y actuaciones mecánicas (hasta del propio Coogan, que suele ser un hombre con mucha chispa) se acumulan en una película cuyos mejores momentos pasan por ver al pingüino en cuestión meterse donde no le corresponde. Algunas pocas escenas mudas entre el comediante y el simpático animal tienen una mínima gracia, pero más allá de eso el film de Cattaneo se estira durante interminables 110 minutos hacia zonas previsibles y emocionalmente bastante falsas. Ni hablar de los incontables errores y problemas que la película tiene respecto al lugar y a la época que retrata. Pero eso, en el contexto, es lo de menos. LECCIONES DE UN PINGUINO, como el animalito que la protagoniza, nunca logra cobrar vuelo propio.