Estrenos online: crítica de «Velocidad salvaje» («Eenie Meanie»), de Shawn Simmons (Disney+)

Estrenos online: crítica de «Velocidad salvaje» («Eenie Meanie»), de Shawn Simmons (Disney+)

Una mujer que había dejado la vida del crimen se ve forzada a volver a él cuando tiene que ayudar a su ex novio a cometer un robo en un casino. Con Samara Weaving y Karl Glusman. En Disney+, desde el 22 de agosto.

En los años ’90, películas como VELOCIDAD SALVAJE se estrenaban casi mensualmente y en cines. Eran un subproducto derivado del éxito de las películas de Quentin Tarantino y se centraban en maleantes y personajes peculiares del mundo criminal enredados en asuntos violentos y muchas veces bastante absurdos. Y eso es, precisamente, lo que verán en este thriller de acción con elementos cómicos acerca de una chica que había dejado la vida del crimen pero, como sucede en muchos de estos casos, se vio forzada por las circunstancias a regresar.

La protagonista se llama Edie Meany y se la apoda como el título original del film (un juego de palabras con la antigua cancioncita infantil que en castellano se conoce como «De tin marin de do pingüé» y que en inglés es «Eeny, meeny, miny, moe«). Interpretada por la actriz australiana Samara Weaving, que bien podría ser una hermana menor de Margot Robbie, Edie trabajaba cuando era adolescente manejando autos para sus padres, criminales, metiéndose permanentemente en problemas. La película la recupera 14 años después cuando la mujer ha dejado la vida del crimen, los reformatorios y los hogares adoptivos para ser una eficiente y amable empleada de un banco, tratando de mantener una vida tranquila y normal.

Pero evidentemente será imposible. Un día, casualmente, se entera que está embarazada y sabe que el padre no es otro que John (Karl Glusman, de THE BIKERIDERS y THE NEON DEMON, entre otros), un ex novio al que dejó hace mucho tiempo pero con el que tuvo un breve reencuentro unos meses atrás. Edie va a buscarlo para contarle la novedad y lo encuentra en plena situación de peligro, escapando de unos matones que quieren liquidarlo. La caótica fuga concluye –tras una serie de imprevistas situaciones, una de las cuales incluye a Randall Park encerrado en un baúl– con ambos yendo a ver a un mafioso local (Andy García) que presiona a John por un dinero que le debe. Para eso le hace una de esas propuestas que nadie puede rechazar: robar 3 millones de dólares de un concurso que se hará en un casino. Y la única que puede ayudarlo, gracias a su experiencia manejando autos de fuga en robos, es Edie.

Y eso, amigos, llevará todo hacia un relato más propio de una heist movie, o película de robos, ya que se armará un improvisado y variopinto grupo de personas para cometerlo. Pero habrá trampas, traiciones y muchas de las cosas planeadas saldrán mal. Mientras eso se complica, la película intentará agregarle a la trama estrictamente policial un costado si se quiere humano, desarrollando la complicada historia de Edie y John, los problemas de la chica con su padre (Steve Zahn, otro actor de muchos de estos policiales «noventosos») y el posible futuro de la relación a partir del hecho de que ella está embarazada.

Entre diálogos rápidos y ácidos –la película es ingeniosa para eso más que para todo lo demás–, escenas de acción violentas y furiosas aunque no demasiado originales, VELOCIDAD SALVAJE se va armando como un policial bastante pasable para los estándares de los estrenos de plataforma, conservando en buena medida un espíritu de película clase B, por más que ese subgénero de la producción ya no exista como sucedía antes. Caos, acción, algo de humor, situaciones absurdas, personajes pasados de rosca y momentos de inusitada violencia se combinan para crear un thriller que seguramente no será recordado en unos meses pero que cumple con el objetivo de mínima que es proveer un rato de entretenimiento para los fans del policial.