Venecia 2025: crítica de «Stereo Girls» («Les immortelles»), de Caroline Deruas Peano (Settimana della Critica)

Venecia 2025: crítica de «Stereo Girls» («Les immortelles»), de Caroline Deruas Peano (Settimana della Critica)

por - cine, Críticas, Festivales
29 Ago, 2025 09:27 | Sin comentarios

Dos amigas inseparables de la adolescencia forman, en 1992, un grupo de música pop con el que sueñan triunfar. Pero una tragedia inesperada complica sus planes. Con Lena Garrel y Louiza Aura.

Un film sobre la amistad, como bien lo aclara la voz en off de entrada, LES IMMORTELLES cuenta una historia bella y dolorosa centrada en la relación entre dos chicas de 17 años, amigas inseparables desde la infancia y compañeras de colegio secundario en 1992, en el sur de Francia. Mezclando musical pop con coming of age y algunos toques oníricos, la película de Deruas Peano –guionista de Philippe Garrel, además de ser su esposa y madre de Lena Garrel, protagonista del film– conjuga realismo con fantasía pop para crear un retrato de los placeres y dolores de la adolescencia

Charlotte (Lena Garrel) y Liza (Louiza Aura) están tan conectadas entre sí que parecen una sola y misma persona. Se sientan juntas en el colegio, se entretienen juntas, se aburren juntas y casi no parecen prestarle atención a los demás, salvo al profesor de gimnasia (Aymeric Lompret) del que Liza está curiosamente enamorada. Charlotte tiene una buena relación con su madre (Emmanuelle Béart) pero odia a su padre (Gérard Watkins), por lo que trata de no estar mucho en su casa, prefiriendo pasar más tiempo en la de ella, que se entiende mejor con los suyos (Vahina Giocante, Adama Diop).

El foco de las chicas pasa por la música. Fascinadas por Les Rita Mitsuoko y otras bandas del tecno-pop francés de los años ’80, las chicas crean un dúo (Charlotte en los teclados y Liza canta) con el que piensan ir a París apenas terminen la escuela a tratar de tener éxito con la música. Entre tanto, escuchan (y un poco se burlan) de su profesora de Filosofía y se obsesionan por hacerle ver al prof de gym que Liza está obsesionada con él. Pero los planes se alterarán por una inesperada tragedia que cambia por completo las vidas de todos.

Hasta ese momento –que ocurre pasada la media hora del film–, STEREO GIRLS funciona como una ligera, nostálgica y encantadora comedia pop adolescente, pero a partir de ahí las cosas cambian y todo se vuelve más doloroso y complejo, intentando describir las sensaciones que se tienen después de un hecho trágico de ese tipo. Es poco lo que se puede contar sin entrar en spoilers, pero lo que seguirá de ahí en adelante se manejará por un lado por los caminos del duelo más o menos realista y, por otro, utilizando los sueños como escenario para que su protagonista siga lidiando con las consecuencias de ese súbito giro en su vida.

Es un golpe fuerte el que Deruas le aplica a su propia película –que, por la dedicatoria final, parece tener alguna característica autobiográfica–, un golpe del que le cuesta recuperarse. Es un cambio de tono, de ritmo y hasta de escenarios, especialmente por la manera en la que el universo fantástico en el que ambas conectaban (soñaban lo mismo o eso decían/creían) pasa a ser central en la película. Pero de a poco LES IMMORTELLES empieza a ser vista más como un coming of age personal, una película sobre un duelo doloroso y sobre el paso inquietante entre la adolescencia y la adultez, uno que a la protagonista le cuesta muchísimo tomar. La amistad, de todos modos, no desaparece nunca. Queda en la memoria y, especialmente, en las canciones.