
Series: crítica de «Down Cemetery Road: el misterio de Oxford», de Morwenna Banks (Apple TV)
Cuando una casa explota en una tranquila calle de Oxford, dos mujeres se ven envueltas en una red de mentiras, espías y secretos de Estado en este thriller tan oscuro como ingenioso. Con Emma Thomspon y Ruth Wilson, basado en una novela del creador de «Slow Horses». Desde el 29 de octubre por Apple TV.
La plataforma Apple TV parece haber encontrado una gran fuente de inspiración en la obra de Mick Herron. El novelista es el autor de la saga SLOW HORSES, que ya va por su quinta temporada y está comprometida para varias más, tantas como el británico haya escrito y quizás siga escribiendo. Hurgando en su obra, los productores no tardaron en notar la existencia de otra saga de varias novelas, una serie de cuatro centradas en Zoë Boehm, una detective privada basada en Oxford. La primera de esas cuatro –de hecho, la primera novela que Herron publicó en toda su carrera– fue DOWN CEMETERY ROAD, de 2003. Y esa es la que llega ahora a Apple TV tratando de continuar en la senda exitosa trazada por los muchachos de la Slough House.
Y si allí la figura estelar en un papel inusual es Gary Oldman, acá esa responsabilidad recae en Emma Thompson, quien protagoniza la primera de estas historias. Si bien no es un rol tan llamativo como el de Jackson Lamb, el mugroso y oloriento espía que Oldman encarna en SLOW HORSES, la Zoë de la saga que lleva su nombre (también se las conoce a las novelas como la «Oxford Series») es también un personaje bastante excéntrico y lanzado, un tanto tramposo y siempre muy pero muy inteligente, la clase de personaje que, como Lamb, siempre parece estar un par de jugadas adelante de los demás. Los dos son, además, antihéroes un tanto anónimos, la clase de personas que uno no imagina como especialmente brillantes pero que lo son.
Ambas sagas tienen otra coincidencia importante ligada al tono, al estilo, a la mezcla de temas muy serios con un espíritu un tanto gracioso, pícaro, por momentos «chabacano» y hasta brusco, pero generalmente muy efectivo. En ambas sagas algo muy grave puede estar sucediendo pero eso no evita que los protagonistas digan o hagan algo completamente fuera de lugar y registro. Es una decisión que por lo general funciona bien pero que en esta serie por momentos se la nota un tanto forzada, como si sus guionistas se sintieran en la obligación o el compromiso de respetar esa característica de la obra de Herron aún cuando las situaciones no siempre lo ameriten.

DOWN CEMETERY ROAD tiene una trama que comienza de manera en apariencia sencilla y se enreda hasta lo inimaginable, algo que también tiene la otra. Aquí todo se pone en marcha de una manera que parece casual. Sarah Tucker (Ruth Wilson) trabaja en un museo y su marido, empleado de un banco, invita a cenar a la casa a un potencial cliente millonario. A la cena se suman dos amigos de Sarah, una pareja un tanto hippie que poco tiene en común con el «homenajeado» y con su novia, una ex modelo. La conversación no fluye del todo bien cuando todo se interrumpe por una brutal explosión: una casa muy cercana a la de la pareja se prendió fuego y, aparentemente, hay una mujer muerta y una niña desaparecida.
Sarah, que no tiene hijos y cree conocer a la niña de haberla visto por el barrio, se obsesiona por saber qué pasó. Y los detalles que encuentra son raros: hay fotos trucadas del hecho, la policía le miente en la cara, le niegan la posibilidad de verla y la mujer nota que hay personas que la siguen. Pese a no tener relación directa con el caso –y quizás para sobrellevar una complicada relación de pareja y el hecho de que no tienen hijos–, Sarah contrata a un investigador privado, un tal Joe Silvermann (Adam Godley, en un personaje que sí parece haber inspirado ciertas características del posterior Lamb), que está casado con la tal Zoë.
Sin entender muy bien los motivos de su clienta pero necesitado de dinero, Silvermann se mete a investigar. Y la cosa se le pone violenta, peligrosa. Tanto es así que su mujer, también detective pero por su cuenta, tiene que hacerse cargo ella de investigar lo que está sucediendo. Y rápidamente se da cuenta de que es cierto, que hay cosas muy raras sucediendo por detrás de esa primera explosión y desaparición de la niña. La serie nos deja saber enseguida que esto es así –aparecen personas de altos mandos militares y gubernamentales hablando del tema y tratando de resolverlo–, pero no sabemos bien de qué se trata. Es obvio, por los matones que circulan alrededor de las dos mujeres, que se trata de algo muy peligroso y denso, probablemente ligado a secretos militares.

EL MISTERIO DE OXFORD –como se la decidió subtitular en castellano– no se sale del molde de una serie detectivesca británica clásica, pero maneja su enredada y cada vez más compleja trama con elegancia, buenas actuaciones y algunos grandes diálogos. Si bien la serie tiene a Thompson como su cara más visible, es Wilson la que se hace cargo del verdadero rol protagónico, el de una mujer un tanto solitaria y aburrida que se mete en un caso por curiosidad y quizás para cubrir un vacío emocional y termina metida en algo que puede ser una conspiración internacional. Pese a todo, la mujer sigue adelante, aunque es obvio que el caso es más que riesgoso. Y algo parecido pasa con Zoë, cuyo rol previo como detective –no se muestra pero uno lo intuye– estaba más bien ligado a casos de engaños maritales y otros asuntos de baja peligrosidad.
La creadora Morwenna Banks –que no casualmente es guionista de SLOW HORSES— y su equipo creativo logran convencernos de que estas dos mujeres que no parecen preparadas para lidiar con este tipo de asuntos de seguridad nacional pueden salir airosas de situaciones que incluyen violencia física y peleas propias de un film de acción puro y duro. Y por ahí pasa el secreto de esta muy buena serie británica, otra que entiende que el humor inteligente ayuda a que la lógica, al menos en este tipo de historias, no sea lo más importante de todo. No todos los personajes secundarios están a la altura de la propuesta –algunos se reducen a chistes fáciles, algo que también sucede en «la otra serie»–, pero las protagonistas sí lo son. Con eso y una trama que acumula inquietantes sorpresas, DOWN CEMETERY ROAD sale más que airosa de la que, uno supone, será la primera temporada de varias.



