Fuera de Campo: crítica de «El susurro», de Gustavo Hernández Ibáñez

Fuera de Campo: crítica de «El susurro», de Gustavo Hernández Ibáñez

por - cine, Críticas, Festivales
05 Nov, 2025 02:59 | Sin comentarios

Dos hermanos que huyen de la oscura herencia de su padre, llegan a una casona aislada buscando refugio, pero su intento de olvidar se interrumpe cuando se enteran de un secreto aterrador ligado a una casa vecina. Compitió en el Festival de Sitges y se verá en Fuera de Campo.

Director de LA CASA MUDA, sorprendente película uruguaya rodada en un solo plano que llegó a participar en el Festival de Cannes y que tuvo una remake hollywoodense, el realizador uruguayo Gustavo Hernández (últimamente usa también su segundo apellido, Ibáñez) ha ido construyendo una relativamente sólida carrera en el género del terror y el policial, con películas como NO DORMIRAS, VIRUS 32 y LOBO FEROZ. Su nuevo film, una coproducción entre Argentina y Uruguay que compitió el mes pasado en el Festival de Sitges, continúa en una senda que lo ubica como un realizador competente, formalmente cuidadoso y por lo general bastante elegante a la hora de contar historias macabras.

En ese contexto, EL SUSURRO lidia con un problema que es bastante habitual al género: el guión. Lo que Hernández resuelve muchas veces con talento visual no logra cubrir del todo lo que es una historia rebuscada y curiosamente estructurada en la que, más que una película, parecen contarse cuatro diferentes, forzadamente unidas entre sí: una película sobre snuff movies, otra sobre vampiros, un drama familiar con home invasion incluida y un atisbo de un film sobre zombies u otro tipo de indefinidas criaturas monstruosas. No son cortos separados entre sí ni nada parecido sino una historia única que va y viene además en el tiempo y que presenta a dos hermanos tratando de sobrevivir, bueno, a todo eso…

Tras escaparse de un padre (Luciano Cáceres) bastante peligroso, la veinteañera Lucía (Ana Clara Guanco) y su más pequeño hermano Adrián (Marcelo Michinaux), quien por algún incidente no habla, se refugian en una casa campestre en medio del largo carnaval uruguayo. Ya al llegar queda claro que no la pasarán bien. Hay noticias que hablan de mujeres secuestradas, hay un bosque que se presenta como peligroso y el gato de la casa (Jackson se llama) encuentra un dedo ensangrentado suelto en el piso. Y como el gato carga en el cuerpo con una camarita, a partir de lo que Lucía ve allí (y nosotros también) podemos empezar a descifrar qué es eso peligroso que sucede cerca.

Pero cuando parece que ese será el eje aparece otro elemento, uno que conecta a la historia con el título (una especie de «susurro» con poderes) y que lleva la película a un territorio más cercano al fantástico. Es así que los hermanitos deben tratar de sobrevivir a un combo de amenazas, incluyendo la paterna, mientras Hernández nos va completando, mediante flashbacks, de donde viene el conflicto familiar, qué cosas implica y cómo convierte todo en un film de otras características.

Cada situación específica está resuelta con ingenio, un buen manejo de la puesta en escena, buenas actuaciones y, más allá de excederse con alguna que otra situación de violencia de género, es indiscutible el profesionalismo y el cuidado por los detalles (la fotografía es de lo mejor que yo recuerde en el cine rioplatense de género), pero lo que no logra sostenerse del todo es su estructura narrativa. Quizás el mejor ángulo para apreciarla sea verla como un drama familiar sobre una hermana mayor que hará lo imposible por cuidar y salvar a su hermanito más chico de los peligros que lo acechan. Sean monstruos, criminales, zombies, vampiros o padres de familia.


El sábado 8 a las 23:30 en el Teatro Enrique Carreras – Mar del Plata, en el marco de «Fuera de Campo»