
Fuera de Campo: críticas de «El mar invisible», de Lucas Distefano y «Las descendientes», de Julieta Sans
Un documental sobre las experiencias de tres personas ciegas y otro centrado en las vidas de dos chicas que viven en Jujuy y Tierra del Fuego se vieron en Fuera de Campo.
EL MAR INVISIBLE, de Lucas Distéfano. Las experiencias de vida de tres personas ciegas son el centro de este documental que intenta asomarse, de manera honesta, a la forma de vida de cada uno de ellos, a sus sensaciones y su cotidianeidad. Los casos son bastante distintos entre sí, en función de la vida de cada uno de los protagonistas. Pablo se quedó ciego a los cinco años y su situación específica está marcada por ese hecho. Micaela, por su parte, consiguió recuperar parte de la visión de uno de sus ojos y eso modifica en buena medida (en lo laboral y en el andar cotidiano) su experiencia. Alejandro, la tercera «pata» de este cuento, es ciego de nacimiento y su circunstancia no ha cambiado en lo específico aunque sí en lo personal.
Distéfano va siguiendo a cada uno de ellos en su vida cotidiana, con Pablo como el protagonista principal o al menos al que más tiempo el documental le dedica (tiene una hija vidente que le hace curiosas preguntas sobre su situación), pero en lo esencial lo que el film trata de analizar pasa menos por las circunstancias sociales o contextuales ligadas al hecho de vivir con ceguera que intentar acercarse a su manera de estar en el mundo y de funcionar en él, sus emociones y vivencias, sus características y sus historias personales. El hecho de que los personajes sean de Mar del Plata le da un valor especial a la proyección del film aquí, en esa misma ciudad.

Cada uno de ellos encuentra maneras –artísticas, deportivas, profesionales– de enfocar su vida superando o esquivando sus dificultades específicas y lo que logra el director es contar sus historias de una forma que no es ni condescendiente ni paternalista sino dejando que sean sus propias experiencias las que definan el movimiento de un film que va de la ciudad al mar y del campo a la montaña siguiendo a tres personas que no se dejan definir por una discapacidad o limitación. EL MAR INVISIBLE no se propone, de todos modos, como una película sobre «los esfuerzos superadores» de sus protagonistas ni una oda al esfuerzo o un «canto a la vida». Es un film que se acerca de manera íntima y en detalle a un grupo de personajes y deja que sean ellos los que le den forma a sus historias. La cámara, a su manera, los interpreta.
LAS DESCENDIENTES, de Julieta Sans. «De Ushuaia a La Quiaca» bien podría haberse llamado este documental que, de algún modo, homenajea aquella frase y hasta aquel álbum de León Gieco recorriendo el país de punta a punta. Aquí, el «medio» brilla por su ausencia, ya que Julieta Sans toma como protagonistas de su film a dos mujeres en apariencia muy diferentes entre sí que viven en los dos lugares más alejados entre sí de toda la Argentina: bien al norte en Jujuy y en Tierra del Fuego. Lo que la directora de GUIDO MODELS termina encontrando aquí es que tal vez sean más cosas las que las unen que las que las separan.

Gabriela vive en Hornaditas, Jujuy, muy cerca de la Quebrada de Humahuaca. Allí colabora en el campo, atiende a los animales, cuida la casa y busca un trabajo más fijo, tal vez yéndose del lugar en el que creció y el destino que tal vez su abuelo quiso para ella y el resto de su familia. Candela vive en Ushuaia y, pese a las diferencias evidentes (hace esquí, tiene un aparente buen pasar económico-familiar), también se imagina a sí mismo estudiando afuera, dejando ese lugar en el que también su abuelo tuvo un peso histórico importante, aunque en su caso sí «viniendo de los barcos».
Son dos chicas que intentan forjarse su propio destino en un documental que las observa, las escucha, las mira hacer y soñar, mientras recuerdan a sus antepasados pero se imaginan forjando un destino personal sin que eso implique una traición. La cámara de Sans recorre los dos paisajes tan diferentes con la misma curiosidad, deteniéndose en detalles (los movimientos de Cande esquiando, las raras formas de andar de los perros de ambas, la manera en la que Gabriela intenta hablar en francés) y mostrando, en ese contrapunto entre estas dos chicas, los lazos silenciosos que conectan a este fascinante y diverso país.



