Listas: cinco sagas de comedia cinematográficas imprescindibles
El cine de comedia ha producido franquicias que han trascendido generaciones. Estas sagas no solo han generado millones de dólares en taquilla, sino que también han creado personajes icónicos y momentos culturales importantes. Acá, cinco sagas clásicas.
El cine de comedia ha producido franquicias que han trascendido generaciones, redefiniendo el humor con cada nueva entrega. Estas sagas no solo han generado millones de dólares en taquilla, sino que también han creado personajes icónicos y momentos culturales que son universalmente citados. La clave de su éxito radica en la capacidad de mantener una premisa central fuerte, ya sea un plan fallido, un viaje caótico o una parodia irreverente, mientras escalan las situaciones hasta límites absurdos.
Desde el slapstick físico hasta la sátira inteligente, las sagas de comedia nos ofrecen un escape necesario. Funcionan como cápsulas del tiempo que capturan los temores, las modas y las convenciones de la época en que fueron creadas, a menudo ridiculizándolas. La consistencia en el reparto, que a menudo convierte a los protagonistas en una «familia cinematográfica», es otro factor crucial que fideliza al público.
A continuación, presentamos cinco sagas de comedia esenciales que han dejado una marca imborrable en el género. Estos filmes son garantía de risas, desde la parodia más descarada hasta las comedias de amigos que transforman el desastre en una aventura memorable.
«¿Qué pasó ayer?» (Trilogía 2009-2013): El desastre al día siguiente
La saga ¿Qué pasó ayer? es un fenómeno que revitalizó la comedia de amigos para adultos a finales de la década de 2000. La premisa central que sostiene las tres películas es brillantemente simple: un grupo de amigos, cariñosamente apodado «La Manada de Lobos», se reúne para una celebración, pero una noche de fiesta descontrolada termina en una amnesiatotal sobre los sucesos ocurridos, con el novio desaparecido.
La clave del éxito de la saga se sostiene en las tramas centrales y los espectaculares escenarios, mientras que en la primera entrega la excusa es la despedida de soltero Doug en Las Vegas, en ¿Qué pasó ayer? Parte II es el casamiento de Stu en Tailandia, concluyendo con el secuestro del grupo en manos de Mr. Chow, obligándolos a moverse entre México y Las Vegas en el último film.
El humor de la saga reside en el proceso de reconstrucción caótica y desesperada de la noche anterior. El grupo debe seguir un rastro de pistas absurdas, que van desde un tigre en el baño hasta un bebé desconocido, un tatuaje facial, o el infame Mr. Chow. La franquicia se destacó por su humor negro, irreverente y políticamente incorrecto, así como por su estructura de misterio invertido que convirtió cada secuela en una aventura de caos y descubrimiento memorable.
«¿Y dónde está el piloto?« (1980): Parodia y slapstick absurdo
¿Y dónde está el piloto? es una película seminal que redefinió la comedia paródica absurda. Escrita y dirigida por el trío ZAZ (Jim Abrahams, David Zucker y Jerry Zucker), la película toma como blanco principal las serias y dramáticas películas de desastres aéreos de los años 70, pero la satura con una densidad de chistes inigualable, fusionando el humor visual (slapstick) con diálogos surrealistas.
El éxito de este estilo de humor incesante y caótico, basado en el contraste entre lo absurdo de la situación y la seriedad inquebrantable de los actores (como Leslie Nielsen), fue crucial.
Este mismo enfoque se consolidó como el sello del trío ZAZ, sentando las bases para su siguiente gran saga de comedia ¿Y dónde está el policía?, donde utilizaron la misma fórmula para satirizar con maestría el cine policíaco y de espías, usando un nombre similar al éxito anterior como una excelente estrategia de marketing.
«Scary Movie« (2000-2013): La parodia del cine de terror
La franquicia Scary Movie marcó el resurgimiento de la parodia cinematográfica a principios del siglo XXI, enfocándose en la sátira directa y sin tapujos del cine de terror, especialmente de las sagas slasher adolescentes que dominaban la taquilla como Scream y Sé lo que hicieron el verano pasado. Las primeras entregas, dirigidas por Keenen Ivory Wayans, establecieron un tono de humor vulgar, slapstick exagerado y comedia abiertamente irreverente.
La estructura de la saga consiste en tomar una serie de éxitos de taquilla del momento (incluyendo terror, pero a menudo sumando otros géneros como Matrix o Los Otros) y parodiar escena por escena sus clichés más reconocibles, fusionándolos en una narrativa cómica y burda. Su éxito, que se extendió a lo largo de varias secuelas, demostró el apetito del público por las comedias que no temen ser groseras ni políticamente incorrectas, convirtiéndose en el modelo definitorio de la parodia en la década de los 2000.
«La familia de mi novia« (2000-2010): La comedia del terror familiar
La saga de La familia de mi novia se estableció como un estándar de la comedia de situación y el terror social que tan bien resonó en la década de los 2000. La premisa central gira en torno al infortunado Gaylord Focker (Ben Stiller), un enfermero con la mejor de las intenciones, cuyo único objetivo es ser aceptado por su futuro suegro, Jack Byrnes (Robert De Niro), un ex agente de la CIA obsesivo y con una personalidad implacable. La saga capitaliza la ansiedad universal que genera la primera visita a la familia política.
El humor de la franquicia se alimenta de la tensión psicológica y los malentendidos catastróficos que se suceden en cada encuentro. Jack, paranoico y protector, utiliza tácticas de interrogatorio propias de la CIA para poner a prueba a Focker, quien, en su desesperación por agradar, tropieza y provoca desastres en una constante escalada de humillaciones. Este choque de personalidades entre el yerno desesperado por encajar y el suegro autoritario y suspicaz es la base de la risa.
La inigualable química cómica entre Stiller y De Niro fue clave para el éxito sostenido de la franquicia a lo largo de la década. Esta dupla encarnó a la perfección la dicotomía entre el caos involuntario y la autoridad inflexible, haciendo que la saga se consolidara como una de las comedias más identificables y queridas para quienes han tenido que navegar por las dinámicas familiares complejas y, a menudo, aterradoras, durante las reuniones importantes.
«Trilogía Cornetto« (2004-2013): La comedia geek británica
La Trilogía Cornetto, compuesta por Shaun of the Dead (2004), Hot Fuzz (2007) y The World’s End (2013), se distingue por ser una saga de comedia esencial definida por su estilo, tono satírico y la colaboración constante del director Edgar Wright y los actores Simon Pegg y Nick Frost. Aunque las películas no comparten personajes recurrentes o la misma trama, están conceptualmente unidas por su enfoque en la amistad masculina y la sátira de géneros, además de una sutil referencia a los helados Cornetto.
Cada entrega es una hilarante deconstrucción de un género cinematográfico distinto: la primera es una comedia de terror y zombis, la segunda una parodia de las películas de acción policial de Hollywood, y la tercera, una sátira de la ciencia ficción apocalíptica. Lo que une a la trilogía es el humor inteligente, lleno de referencias geek, un ritmo de montaje frenético y la inigualable química entre Pegg y Frost, creando un hito en la comedia británica moderna.
