Lo mejor del 2011 – Parte 5

Lo mejor del 2011 – Parte 5

por - Críticas
18 Dic, 2011 08:30 | 1 comentario

Este fue un año muy curioso, para mí, en términos cinematográficos. Vi muchas más películas de lo acostumbrado, muchas en formas no definitivas que -pese a que algunas de ellas me gustaron mucho- no puedo hacer ingresar en ninguna lista por esas mismas razones. Vi muchas más películas latinoamericanas de lo acostumbrado, y para ser […]

Este fue un año muy curioso, para mí, en términos cinematográficos. Vi muchas más películas de lo acostumbrado, muchas en formas no definitivas que -pese a que algunas de ellas me gustaron mucho- no puedo hacer ingresar en ninguna lista por esas mismas razones. Vi muchas más películas latinoamericanas de lo acostumbrado, y para ser justo debería dedicar una entrada íntegra a ellas. Calculo que en enero volveré sobre el cine latinoamericano. No sólo respecto a las películas que vi, sino también en función de las distintas tendencias que se van notando en los últimos años y no sólo en el cine argentino. Acá, en este post, habrá algunas películas de este continente. Y otras que no lo son, claro. Y otras cosas que ni siquiera son películas, como por ejemplo…

-SBTRKT, de SBTRKT. Estas mutaciones del dubstep, 2-step (¿postdub2step?), llamenlo como quieran, me atrapan particularmente, como es el caso de James Blake. Hay algo que logra conectar la mecanicidad casi marcial del sonido con momentos de increíble belleza y lo que podría llamar una «poética del silencio» (en algunos casos los frenos rítmicos son como golpes emocionales). Hagan la prueba. Y si se ven obligados a tener que pronunciar el nombre usen «substract». Así dicen que es… (música/discos)

-LE QUATTRO VOLTE, de Michelangelo Frammartino. En esa zona entre el documental y la ficción, entre el realismo y «lo poético» (me abstengo de explicar a qué me refiero con eso, cada uno ponga ahí lo que quiera), Frammartino se muestra capaz de mostrar y crear un mundo a la vez, dos cosas que no siempre van de la mano. Su película y la de otros compatriotas -Pietro Marcello, Tizza Covi- muestran que hay una zona del cine italiano que merece más atención que las caricaturas de Paolo Sorrentino (cine/estrenos)

-CHRONIC CITY, de Jonathan Lethem. En la anterior vida de este blog (previa a su unión a OtrosCines: todavía lo pueden encontrar como un zombie cibernético en micropsia.blogspot.com) hay una entrada, la segunda de todas, de 2005 (wow!), en la que explica de dónde saqué el nombre de Micropsia. Bah, al menos de dónde me enteré de la existencia de esa enfermedad (acá, la cita). Estaba en LA FORTALEZA DE LA SOLEDAD, ese enorme (en todo sentido) libro de Lethem. CHRONIC CITY es lo mejor que leí suyo desde aquel monumento al Brooklyn de los ’70. Este lo es, en cierta manera, al Manhattan de los ’00: una vibrante, enrarecida, jugosa, curiosa y muy bien escrita historia de niños actores, astronautas perdidos en el espacio y obsesivos de subsuelo con personajes realmente inolvidables. (literatura/ficción)

-ONCE UPON A TIME IN ANATOLYA, de Nuri Bilge Ceylan. Después de ver TRES MONOS había renunciado a entusiasmarme con cada nueva película del realizador turco de UZAK. Toda su carrera parecía conducir hacia el «abismo» de la película «efectiva en festivales». En cierta manera, esta también lo es (uno podría decir que es la película rumana de Ceylan), pero de cualquier manera su búsqueda me resulta mucho más interesante. Si bien no pierde las mañas del perfeccionista del plano bello, aquí se deja llevar por las historias de esos policías que buscan un cadáver en una ruta «iraní» que da vueltas y vueltas sobre sí misma hasta que lo que sucede se vuelve trágico y cómico a la vez. (cine/festivales)

-BEER IN THE BREAKERS, de The Wave Pictures. Todos los discos de The Wave Pictures podrían estar en un Top 20 de cada año que salen (casi todos los años sale uno, de hecho). No hay mucho más que decir que eso. Sentarse, escucharlos a todos (no hay gran diferencia entre ellos, con canciones que podrían estar firmadas por un hijo lo-fi de Lloyd Cole, Jonathan Richman y el primer Elvis Costello, ponele) y disfrutarlos como un «todo». El que firma esos pequeños «nuggets» de extraordinario pop se llama David Tattersall. Apreten download a todo lo que lleve su nombre. Eso… (música/discos)

-CARLOS, de Olivier Assayas. Si fuera la versión para televisión de seis horas estaría en el Top 10 del año. En esta versión reducida sigue siendo una gran película que logra plasmar como pocas a un personaje y a su época, pero le falta el aliento épico y la complejidad política de la miniserie. Assayas vuelve a demostrar que tiene talento y capacidad para hacer cualquier cosa que se proponga y hacerlo bien. (cine/estrenos)

-THE NATIONAL, en La Trastienda. Confieso que no fue todo lo bueno que esperaba. Me encantan los discos, había visto shows en vivo online, etc, etc. Tal vez fue el sonido, que no ayudó mucho y que parecía tragarse para adentro el ímpetu que la banda tiene pese a lo melancólico de sus canciones. De cualquier manera, lo pasé muy bien y no puedo dejar de ponerlo en la lista de lo mejor que vi en el año en la Argentina, más teniendo en cuenta la cantidad de shows celebrados que me perdí (empezando por Sonic Youth y siguiendo por… decenas). Sus canciones siguen siendo para mí casi ensoñaciones, esa síntesis tan «americana» de rock, melancolía, crescendo dramático y emoción que algunos grupos saben manejar tan bien. (música/shows)

-CERRO BAYO, de Victoria Galardi. No soy muy fan de AMOROSA SOLEDAD (digo, me parece simpática, pero no mucho más que eso) y no me había hecho demasiadas ilusiones respecto a la segunda película de su directora. Pero me pareció una joyita: sensible, comprensiva, humana, personal. Una historia familiar contada desde un punto de vista inusual y con un elenco de notables actores. Pasó desapercibida en cines. Merece una segunda oportunidad. (cine/estrenos)

-BON IVER, de Bon Iver. «Más» de lo mismo, pero en otro sentido. Más en el sentido de «más grande, más orquestado, más producido, más armado», pero en el fondo las canciones siguen siendo las mismas en su, ejem, «desgarro emocional» que en su ya mítico debut grabado en una cabaña perdida, etc, etc. Al principio me le resistí. Ya no. (música/discos)

-LIFE WITHOUT PRINCIPLE, de Johnnie To. Un thriller sobre inversiones en la Bolsa de Comercio en el que casi no hay escenas de acción y en el que durante 40 minutos no se sabe ni qué pasa, ni quienes son los protagonistas y todo parece un manual de explicaciones de cómo funciona el Mercado de Valores. Después de ese intro, como un chef, To da vuelta la tortilla sobre sí misma y la película se convierte en una maravilla de cómo el cine puede capturar, en forma de thriller, la locura de la vida contemporánea. De la crisis, que le dicen… (cine/festivales)