Lo mejor del 2011 – Parte 10/Top 10

Lo mejor del 2011 – Parte 10/Top 10

por - Críticas
04 Ene, 2012 09:32 | Sin comentarios

Llamemos a esto el Top 10 del 2011 y a lo que puse antes, una larga introducción. También uno podría dividir en rubros y darse cuenta que para armar un Top 10 del área cine hay que rearmar todo el asunto, lo mismo que en el de la música y así. Prometo, para evitarles el […]

Llamemos a esto el Top 10 del 2011 y a lo que puse antes, una larga introducción. También uno podría dividir en rubros y darse cuenta que para armar un Top 10 del área cine hay que rearmar todo el asunto, lo mismo que en el de la música y así. Prometo, para evitarles el engorro de revisar, armar en breve un Top 10 por rubro como coda de esta larga serie de posts. Allí estarán discos, películas de estreno, películas de festivales y TV, cada uno por su lado. Este Top 10 combina un poco de cada cosa y por ahora lo siento bastante representativo. Una aclaración: hay películas que podrían haber estado pero que no vi o que necesitaría volver a ver, caso GIGANTES DE ACERO, LE HAVRE, RANGO, MARGARET o alguna otra «importante» que se me ha escapado a lo largo del año, o que veré a principios de 2012. Así que, con ese detalle, acá va mi décima y final entrega de LO MEJOR DEL 2011.

AQUEL MARTES DESPUES DE NAVIDAD, de Radu Muntean. Estilísticamente muy similar a las otras películas de «la Nueva Ola rumana» (planos secuencia, tiempos acotados), pero ofrece un grado de empatía emocional que la ubica entre las mejores de ese movimiento junto con LA NOCHE DEL SR. LAZARESCU. Un drama romántico (un hombre casado debe decidir entre esposa y amante), contado con precisión, rigurosidad e intensidad. Notable (cine/estrenos)

MILDRED PIERCE, de Todd Haynes. Manteniendo el tono melodramático de la anterior adaptación, pero dándole un toque realista (a la Fassbinder sobre Sirk), Haynes, heredero de ambos, transforma la saga de Mildred en un drama familiar, en un homenaje al cine y en una relevante serie de observaciones sociales y económicas. Más de cinco horas apasionantes. (televisión/miniseries)

LET ENGLAND SHAKE, de PJ Harvey. Un disco cuya temática «espesa» encuentra una forma estética más que adecuada. Canciones graves que pueden ser leves, duras que pueden ser amables. Geniales, en cada caso, volviendo a poner a Polly Jean Harvey en el lugar que se merece. (música/discos)

WUTHERING HEIGHTS, de Andrea Arnold. Una radical transformación de la novela, sacando todo lo obvio (sobrante, a esta altura) y dejando el núcleo central (una historia de amor imposible) contada visualmente, con una cámara que podría ser descendiente directa de Bresson y Dardenne. Las anteriores películas de Arnold estaban bien, pero con esta se consagra. (cine/festivales)

EL HOMBRE QUE PODIA RECORDAR SUS VIDAS PASADAS, de Apichatpong Weerasethakul. ¿Qué más escribir a esta altura sobre esta joya del cine? Busquen en este sitio, ya creo haber agotado lo que tenía para escribir. Aunque el filme, cada vez que uno lo ve o recuerda, se va transformando en otra cosa, tan mutante e inasible como lo que sucede en él. (cine/estrenos)

WATCH THE THRONE, de Jay Z y Kanye West; UNDUN, de The Roots; THE DREAMER/THE BELIEVER, de Common. Si el post 9 ponía discos de artistas nuevos de hip-hop, éste es el turno para celebrar a las estrellas, a los que hoy ya son old-school. La reunión de Jay y Kanye, el «disco conceptual» de The Roots, el más «social» de Common. Tres nombres claves del hip-hop (cuatro, en realidad) que siguen demostrando porqué están entre los más grandes. (música/discos)

LOUIE, de Louis C.K. En todo sentido, el descubrimiento del año para mí fue la figura de Louis C.K. Comediante, actor, productor, a veces director. Es un tipo con un humor increíble (mezcla genial de osadía y ternura) y su show televisivo muestra su creatividad como guionista y autor de historias. Un Seinfeld neorrealista, un poeta de la clase trabajadora, un hombre que entendió que se puede hacer humor ácido sin tomar de punto a nadie más que a uno mismo. La segunda temporada es mejor que la primera y el tipo no parece tener techo. (televisión/comedia)

KAPUTT, de Destroyer. Pop de todos los tiempos, canciones increíbles, unos arreglos únicos (esos saxos), entre la nostalgia y la actualidad. Lo que hace Bejar aquí es dejarte la boca abierta canción tras canción. Y el hecho de que bordee el absurdo más de una vez duplica los logros. No fue a lo seguro. Tomó una ruta lateral y llegó al final de la carrera antes que los demás. Y mejor. (música/discos)

THE DAY HE ARRIVES, de Hong Sang-soo. Soy parcial con HSS, todo lo que hace entra en mis listas. Para mí, es como los Dardenne: no concibo que pueda hacer una mala película. Algunas pueden ser mejores que otras, pero el sistema que tiene es imbatible: son películas que flotan como la vida, con mujeres y alcohol de por medio, y se sienten como experiencias compartidas entre director, protagonistas y espectador. Esta es una de las excelentes (las «peores» son sólo muy buenas), una especie de GROUNDHOG DAY en Corea. Si hay personajes que viven en una situación similar a la de Bill Murray en aquella película, son los de Hong. Ojalá nunca terminen de salir del todo… (cine/festivales)

EL ESTUDIANTE, de Santiago Mitre. ¿Un posible nuevo comienzo para el cine argentino? EL ESTUDIANTE parece abrir la posibilidad de que el naturalismo estético, las actuaciones creíbles, el cuidado en la puesta en escena y la seriedad en el trabajo tan típicos del nuevo cine argentino se conecten con la idea de solidez en el guión, una historia apasionante y temáticas «grandes» (es cierto que las influencias de Llinás y Trapero están, pero «la voz» que recorre el filme es totalmente propia). Mitre no le tuvo miedo al desafío y salió de ahí con la mejor película argentina del año. Nada menos. (cine/estrenos)