
“El vuelo”: las aventuras de Dios
Denzel Washington es el actor perfecto para hacer que hasta el personaje más intragable del cine nos caiga, si no simpático, al menos interesante, convincente y entrador. Tiene una forma de presentarse similar a la de Ricardo Darín: por más moralmente corruptos que sean sus personajes, uno se pone de su lado, ve sus dificultades, […]
Denzel Washington es el actor perfecto para hacer que hasta el personaje más intragable del cine nos caiga, si no simpático, al menos interesante, convincente y entrador. Tiene una forma de presentarse similar a la de Ricardo Darín: por más moralmente corruptos que sean sus personajes, uno se pone de su lado, ve sus dificultades, los acompaña en sus procesos. Son simpáticos por inercia, aún sin que hagan nada para caernos así.
Esto –que también puede ser una carga- es lo que hace funcionar muy bien, al menos durante buena parte de su metraje, a EL VUELO, el retorno al cine con actores de Robert Zemeckis, que se había pasado al cine de animación desde NAUFRAGO, a fines de 2000. Washington es un piloto de aviones con mucha experiencia y talento, pero muy poco profesional en su trabajo. Lo vemos levantarse, tomar una cerveza, cocaína y luego partir hacia el vuelo que debe pilotear.
Lo curioso es que esa sensación de invencibiidad que él tiene, la transmite de manera creíble. Sabemos que, aun así, será capaz de manejar ese avión. De hecho, cuando el vuelo empieza a tener problemas serios para aterrizar, él decide una maniobra complicadísima que le permite al avión aterrizar al revés y salvar la vida de casi todos los pasajeros. Y uno cree que, sin la ayuda del alcohol y la cocaína, tal vez no hubiera intentado esa maniobra suicida.
El problema es que, paralelamente, el hombre se convierte en un héroe nacional, pero él (y pronto muchos otros) se enterarán revisando su sangre y los residuos del avión que él hombre no estaba en condiciones sensatas de pilotearlo. Que esa misma insensatez sea la que los salvó es, en este caso, secundario. ¿O no?
La película seguirá su vida posterior al accidente, sus intentos de escapar al alcoholismo y sus regresos, su aislamiento, su relación con una mujer igualmente dañada y la posibilidad de elegir entre dos “salvaciones”: la legal o la personal, que en este caso se oponen entre sí.
Washington se luce, tornándonos creíble a un tipo bastante despreciable, que maltrata a su ex, a su hijo, a sus compañeros de trabajo y abogados, que no ve más allá de la próxima botella. Retrato más de un alcohólico que película de suspenso, EL VUELO crece gracias a él, aunque Zemeckis estira las escenas demasiado y al final el filme termina volviéndose algo repetitivo.
Otra vez, el director de VOLVER AL FUTURO y FORREST GUMP vuelve a mostrarse como un hombre que usa muy bien los efectos especiales (la escena del choque de avión es tremenda) en pos de contar una historia humana, y en ese sentido EL VUELO no es tan distinta a NAUFRAGO, en su historia de “salvación” de un hombre aislado del mundo.
La película tiene un final excesivamente “blanco” y simplificador, que da por el suelo con las ambigüedades más interesantes que se abren durante la película. La escena previa a ese cierre, sin embargo, es fantástica, con la aparición del dealer que encarna muy bien John Goodman (en un gran año) manejando una situación ambigua, como varias de la película.
Es que se puede decir que el piloto es más creíble, lúcido y presentable con alcohol y drogas en su cuerpo que sin ellas, lo cual presenta una situación muy rica dramáticamente de observar y analizar. Si un hombre salvó a cientos de personas de la muerte tomando un riesgo que no habría tomado sobrio, ¿podemos condenarlo precisamente por eso? Es una lástima que EL VUELO no se atreva a llevar esa «ironía» hasta sus últimas consecuencias y decida convertirse en un tracto de autoayuda, poniendo las cosas en blanco y negro y olvidándose los grises.
Muy buena película. Pero es cierto que el final es demasiado blanco, como decís. Incluso la historia de la chica (Kelly Reilly) se va desvaneciendo para dar lugar a la entrada del hijo (que no aparece hasta bien avanzada la historia) y así poder cerrar tan edulcoradamente. Medio que se desbalancea la película, pero de todos modos es muy buena.
Saludos
No concuerdo con eso de que sobrio no hubiese hecho lo mismo. No se sabe, ni se puede saber. Lo que a mi me da la sensación, es de que el director no hace para nada una condena de los vicios del piloto; es más, las apariciones del dealer, desde la puesta en escena y lo musical, parecieran festejar la droga y el alcohol; cosa también rara en Hollywood.
La mejor escena para mi, es la de los tres que fuman en el hospital, y coincido en que Washington es monumental. El plano sostenido en su rostro cuando tiene que contestar sobre la azafata es brillante.
Quiero ser breve pero no puedo. Soy adicto en recuperación, si bien la actuación de Denzel Washington es fenomenal, caben criticas para el director y los productores. Coincido. Termina de alguna manera «condenando» la vida alcoholica del personaje, pero da una igual sensación de exoneración para la cocaína. La presenta como la «salvadora», como la que recompone al piloto. Y si bien uno despues pensandolo bien llega a la conclusión de que si no hubiera tomado cocaína, su estado deplorable no le hubiera permitido llegar al avión, y en caso de que así fuera, su estado de ebriedad evidente hubiera hecho imposible por el o por imposición de otros que arrancara ese vuelo con él al mando. Pero aun si Whitaker se quedara dormido, ebrio,en fin no hubiera sido el piloto, el vuelo hubiera partido con un reemplazo, y por los desperfectos mecánicos del avión que se muestran durante el filme, que dan a entender que la caída del avión y la tragedia era inevitable, como «un acto de Dios», entonces también podemos ver la otra cara de la moneda, esa perspectiva amarga que nos queda a los que sufrimos de adicción a la cocaína y la luchamos….Que si no fuera por ella, se hubieran perdido más de 100 vidas. Ese es el mensaje que de alguna manera brinda Flight. No es el único mensaje, pero es un mensaje nefasto. Si bien mucha gente sin experiencia con las drogas quizá, por un estado mental y cognitivo nunca alterados por esta, salgan de la sala con la conciencia ratificada de que las drogas y el alcoholismo destruye vidas, el suceso de eventos del filme (si mi entendimiento no está afectado)evidencian que el salvador de 96 vidas fue el piloto, y no lo hubiera hecho sino fuera por la cocaína. Obviamente eso no conducirá (espero que asi sea, por otro lado) a que gente que nunca probó esa droga, sienta una curiosidad fuerte por conocerla. Pero el problema, está en los que ya la conocemos. No tanto por todo esto que les mencioné de los mensajes implicitos, sino por las escenas tan vividas de consumo, la primera a pocos minutos de empezada la pelicula, la segunda en el transcurso, y finalmente, la ultima escena,en la que tuve que desviar la mirada porque el impacto era tan fuerte, las escenas tan reales, que me invadieron de ansiedad. Y ese sentimiento de ansiedad, angustia todavía me sobrevive. Aunque ahora puedo dormir. Las 2 primeras noches realmente no pude hacerlo y cuando lo hice, tuve pesadillas de consumo. Mi problema con todo esto, es que no fui advertido ni yo ni los que eventualmente estuvieran en mi misma situación, y en la misma sala, que la película contenía consumo reiterado y explicito de estupefacientes. Quizá mi argumento sea en interés personal, quizá una advertencia notoria antes de empezar el filme, hubiera «arruinado» el efecto sorpresa de Flight. Porque ese es el plato fuerte. Que en una película que se trata aparentemente sobre una tragedia aérea, el tema central sean los demonios del personaje central, su adicción al alcohol y las drogas. Pero una simple mención «ESTA PELICULA CONTIENE ESCENAS DE CONSUMO REITERADO Y EXPLICITO DE ESTUPEFACIENTES» hubiera alcanzado para zafarme a mi de esta angustia que sentí,que por suerte no derivó en recaída. Y eso no hubiera significado realmente dañar la obra artística, porque ese consumo, a priori, puede ser realizado por cualquiera y no necesariamente por el piloto, o puede ser un hecho intrascendente en la trama, uno antes de ver un filme no sabe qué va a ocurrir, por eso reitero que no afectaría la percepción de la película, pero sí, y esto es lo importante PONDRÍA EN AVISO A LOS QUE SUFREN DE ESTE FLAGELO DE QUE, SI DECIDE QUEDARSE EN LA SALA, VA A VISUALIZAR UNA ESCENA DE CONSUMO. O DARLE LA POSIBILIDAD DE RETIRARSE DE LA SALA SI NO ESTÁ PREPARADO. En cualquiera de las 2 alternativas, la responsabilidad posa exclusivamente sobre el espectador. Mas sin un aviso certero, si no se quiere en la antesala del filme, en algún lugar visible del cine,con el título «ADVERTENCIA IMPORTANTE SOBRE ESTE FILME» o aplicar alguna estrategia para no «arruinar la experiencia visual» del consumo. Porque así como se advierte sobre escenas sexuales explícitas, lo que me parece correcto, más se debe insistir en la advertencia sobre el consumo de sustancias tóxicas, un fenómeno que en la realidad quita millones de vidas, deriva en muchisimos enfermos mentales, o llena las carceles de nuestros países. Así que si quieren combatir contra la droga, me gustaría que el ente controlador que corresponda en este caso, si nos hace ver una pelicula con un consumo tan reiterado de sustancias, tenga al menos bien considerar advertirselo a la audiencia.
Estimado Joaquín.
No vi aùn la película, pero me parece muy atinada tu intervención. No lo hubiese pensado, pero es muy interesante y bien fundamentada tu objeción. Espero que te encuentres bien y te dejo un saludo.