Locarno/Valdivia: «Costa da morte», de Lois Patiño
Enormes y pequeñas a la vez, las experiencias cinematográficas de Lois Patiño combinan, si se quiere, maximalismo y minimalismo. La observación de una naturaleza magnificente y todopoderosa junto a la presencia humana que -aunque pequeña, distante y perdida en el lienzo gigantesco del universo- le da su razón de ser, convierte el Tiempo en tiempo, […]
Enormes y pequeñas a la vez, las experiencias cinematográficas de Lois Patiño combinan, si se quiere, maximalismo y minimalismo. La observación de una naturaleza magnificente y todopoderosa junto a la presencia humana que -aunque pequeña, distante y perdida en el lienzo gigantesco del universo- le da su razón de ser, convierte el Tiempo en tiempo, la Historia en historias, las eras geológicas en momentos vividos, recordados o contados.
COSTA DA MORTE impacta visualmente: se centra en una región considerada, en la época de los romanos, como el fin del mundo (Finisterre), lugar de barcos encallados, piratas y míticas aventuras. Patiño capta el lugar con la cámara ubicada la mayor parte del tiempo en un lugar casi de deidad, como si algún peculiar Dios de la zona observara todo desde las alturas y a la distancia. Lo que se ve impresiona: el mar, el cielo, la persistente niebla, la naturaleza como campo de batalla entre fuerzas que se oponen entre sí y, a la vez, como lugar de profunda belleza natural.
Pero si eso fuera todo lo que COSTA DA MORTE tiene para contarnos estaríamos ante algo que no supera por mucho el elegante y «artístico» folleto turístico o bonito libro de mesa de lujosas fotografías. Como en sus cortos, los mundos de Patiño son mutantes y curiosos, se alteran de maneras sutiles pero profundas, dejando entrever en esos cambios el peso y el paso del tiempo. Es que esos paisajes están narrados desde la presencia humana, casi permanente, que altera la manera en la que vemos el lugar y hasta el formato narrativo del filme.
La figura humana es casi siempre pequeña, lejana a la cámara, perdida en el paisaje, pero su vibración es la respiración del filme, lo que lo hace latir. Esos pequeños movimientos, diálogos (que se suponen en off, pero siempre están ligados a figuras que se ven en cuadro), se convierten en las historias (leyendas, mitos) que la película tiene para contar y en los pequeños momentos casi de suspenso que la atraviesan.
Con algo del cine de Lisandro Alonso pero en una vena menos narrativa, la película de Patiño ofrece por momentos casi mini-relatos que humanizan el paisaje, además de escenas de sutil desarrollo dramático. Una grúa tratando de agarrar unas maderas rebeldes, unos hombres evitando ser desparramados por las olas, unos pescadores contando historias de tiempos de la Guerra Civil, la Segunda Guerra (la leyenda del «barco con leche condensada») o bien comunicándose en un bosque por walkie-talkie («¿me escuchas?», «no te escucho si no aprietas el botón») van armando la historia de un pueblo en relación al espacio que ocupa, o de un lugar en relación a la gente que lo habita. «Eso es lo que cuentan los viejos, pero los geólogos cuentan otra cosa», dicen por ahí.
No hay folclorismo alguno ni tampoco un intento forzoso de humanizar la narración a partir de la empatía fácil o la historia de vida curiosa o emotiva. No, COSTA DA MORTE funde a sus habitantes con el lugar que habitan, los convierte en el pulso que late dentro de esa enormidad, la que lo vuelve vivo, complejo, contradictorio. Y por más que las voces se escuchen claramente, en primer plano (el sonido no viaja igual que la imagen), da la sensación de que es parte de «las voces del lugar».
COSTA DA MORTE es, también, una película sobre el trabajo, sobre la forma en la que el hombre y la naturaleza interactúan cotidianamente. Imagino que estará lejos de la intención del director hacer un tracto ecologista sobre el cuidado del medio ambiente, pero de todos modos la película imprime en el espectador una sensación de paraíso perdido, de lenta extinción de una forma de vida. Tal vez no del fin del mundo, sino del fin de un mundo.
Es una película con una gran coherencia formal. Prácticamente desde la primera secuencia hasta el final, con pocas excepciones, predominan los planos generales que retratan los grandes espacios abiertos que dan identidad a Costa da Morte. Casi lo único que está en “primer plano” es el sonido de los diálogos. Estos diálogos han sido filmados y editados con originalidad: mientras vemos bastante alejadas de la cámara a las personas que hablan, sus palabras suenan como si las tuviéramos al lado. Los diálogos tienen otra virtud: dan un toque de humor al filme y generan un cambio de tono con esas secuencias. Al bucólico retrato de los bosques y las costas marítimas neblinosas, se le intercalan reflexiones y datos históricos que mueven a la risa.
La forma en que son filmadas las personas son extrañas y originales. Estamos acostumbrados a que un diálogo se capture con la cámara a través de un plano medio o un primer plano. Casi siempre se trata que los rostros con su gestos, acompañen a las palabras. Pero en Costa da Morte, no vemos esto. Los diálogos se escuchan y las personas se ven muy lejos de la cámara, y queda a la imaginación del espectador la retrato del rostro. Las palabras además, aportan información sobre el espacio captado, leyendas, anécdotas y datos científicos se van desgranando para dejar constancia que estamos viendo un paisaje con identidad propia.
Hay otro mérito importante en este filme: el registro de los trabajos al aire libre, que están integrados al paisaje a la vez que lo modifican. Las duras faenas de leñadores, pescadores y recolectoras de mariscos, desmitifican el entorno, que sin la presencia humana parece pecar de demasiado bucólico o paradisíaco.
Son todas estas formas de registro, las que evitan que Costa da Morte sea un filme turístico, y por el contrario, se constituya en un original testimonio de un espacio y las personas que lo habitan.
Wikipedia:
La costa de la Muerte (Costa da Morte en gallego) es una región costera de la provincia de La Coruña, Galicia (España) que abarca desde Malpica de Bergantiños hasta el cabo Finisterre.
La costa está salpicada de bellos paisajes como las playas de Trece, Reira, o Ariño (Camariñas), Lage, Traba y Soesto (Lage) Mar de Fora y O Rostro (Finisterre), los penedos de Pasarela y Traba, la Costa de Cabo Vilán y la costa que une Camelle con Traba.
Eugenio Carré Aldao, hacia finales de la década de 1920, fue uno de los primeros en hacer alusión al nombre de «costa de la Muerte», que, según afirma, procede de una antigua leyenda documentada a mediados del siglo XVI, dramatizando todo lo comprendido geográficamente a la derecha de Finisterre, por su falta de constancia de navegabilidad.
Teniendo en cuenta que el nombre de esta comarca hace referencia a la cantidad de catástrofes marinas debido a la peligrosidad de sus acantilados y frecuentes temporales, es posible delimitarla entre Malpica y el Cabo Finisterre.
Entorno histórico y leyenda
Sus gentes fueron testigos de numerosos naufragios, especialmente en la costa que va desde Camelle hasta Camariñas, donde se hundieron más de 60 navíos en poco más de cien años, siendo el cabo Tosto (o punta do Boi) el punto más fatídico.
Dentro de lo que comprende su interés histórico, hay que destacar una fuerte tradición en torno a la piedra y su conformación en torno a una simbología pre-religiosa, como se puede comprobar en las leyendas del Monte de San Guillerme (en Finisterre), la pedra da serpe en Corme, la leyenda de la ciudad sumergida de Valverde en la Lagoa de Traba, o las Piedras de Mugía, supuesta fuente de curación.
Uno de los hechos que nos muestra la fuerza de estas antiguas divinidades es su incorporación a la tradición religiosa cristiana en santuarios tan importantes como el Cristo de Finisterre o la Virgen de la Barca de Mugía. La piedra, para los primitivos, era símbolo de la invariabilidad, a diferencia de otros elementos de la naturaleza sujetos a cambios. Por tener esa propiedad, transciende de la precaria cualidad humana, que también está sometida a este proceso de cambio, muerte y desaparición.
Sitio del director y link de la película:
http://loispatino.com/Costa-da-Morte