TV: «Mad Men – Field Trip»

TV: «Mad Men – Field Trip»

por - Series
29 Abr, 2014 09:53 | comentarios

«Ok«. La respuesta más breve y contundente, acaso, de toda la historia de MAD MEN. Y la más inesperada también. Es la que cierra el tercer episodio de la séptima y última temporada de la serie que se verá dividida en dos bloques de siete, uno este año y otro en 2015 (SPOILERS de acá en […]

mad-men-season-7-poster«Ok«.

La respuesta más breve y contundente, acaso, de toda la historia de MAD MEN. Y la más inesperada también. Es la que cierra el tercer episodio de la séptima y última temporada de la serie que se verá dividida en dos bloques de siete, uno este año y otro en 2015 (SPOILERS de acá en adelante). La dice Don Draper cuando vuelve, un poco forzosamente, a la agencia de publicidad de la que fue suspendido meses atrás, al final de la sexta temporada. Le acaban de hacer una oferta que claramente podía (¿debía?) rechazar: volver a su trabajo pero con una serie de restricciones y limitaciones que el viejo y orgulloso Draper jamás aceptaría. Pero Don no es el mismo que era o es tal el grado de desesperación al que ha llegado (crisis matrimonial y aburrimiento máximo) que acepta igual. Tal vez, imagina, de a poco logrará volver a ser el Master of the Universe que alguna vez fue y tendrán que devolverle su «uniforme».

Ese ok es una señal de muchas cosas y muchos cambios, no solo en la trama de la serie sino en el continuo cultural que describe. Se puede leer de muchas maneras: que Don sigue siendo un old school que cree en el trabajo duro y en cumplir las reglas más allá de vivir en una época (1969) en la que los norteamericanos empiezan a pensarse a sí mismos con más y más libertades; que su agencia preferiría no tenerlo ya que se siente más cómoda con creativos rutinarios y poco inspirados, o que su desesperación es tal que nada importa ya. Lo humillaron todo el día haciéndolo esperar, muchos de sus viejos compañeros lo ignoraron o lo recibieron más que fríamente, y el hombre dice que sí. ¿Cómo leer eso?

madmen1Tal vez, curiosamente, su mejora personal –su sinceramiento interno, bajar el consumo de alcohol, asumir hasta un punto y a la fuerza que su matrimonio está condenado al fracaso– lo convierte en un paria para la agencia donde, posiblemente, su recién descubierta sinceridad sea más nociva que la elegante decadencia de Roger Sterling o la eficiencia numérica e insípida de los nuevos socios. ¿Será aceptar el regreso con esos condicionamientos el principio de la caída en desgracia de Don que nos viene mostrando la apertura de la serie desde sus inicios?

Hay dos paralelismos que el tercer episodio trabaja que son interesantes de pensar en relación al regreso de Don a la agencia. Por un lado, el «día de campo» entre su ex y su hijo, que empieza idílicamente y termina mal por el infantilismo y caprichos de la madre, que tal vez sea tan old school como él y no sepa ni pueda adaptarse a ciertos cambios. Y por otro, y para mí más importante, está la decisión de la agencia de comprar una computadora para reemplazar (o facilitar) la tarea de Harry Crane en su trabajo colocando avisos en los medios. Es el inicio de la cultura corporativa basada en la tecnología, la que apostará por los números fríos y la eficiencia dejando de lado, si se quiere, a la curiosa poesía que aportaban personajes como Don: genio y creatividad, sí, pero también caos y potencial descontrol.

mad-men-2Un personaje importante en este giro temático de la serie es Lou Avery, el hombre que reemplaza a Draper: gris y poco inspirado, sexista y bastante desagradable, representa la búsqueda por lo «adecuado» que intenta la agencia tras la debacle emocional de Don del fin de la pasada temporada. La elección de un personaje así, de todos modos, no me resulta del todo feliz en cuanto a decisión narrativa. Facilita aún más la identificación de los espectadores con Draper, ya que aún en sus peores momentos (los tuvo y muchos) siempre logró convencernos que en lo suyo tenía un talento único. Con Avery en su lugar, nos resulta difícil entender que no reciban a Don con los brazos abiertos y no entendemos como Peggy y Joan –ambas muy ninguneadas por el nuevo integrante del equipo– no agradecen su regreso. Tal vez, tener a un reemplazante más «bancable» nos pondría a nosotros como espectadores en un lugar similar al de las chicas. ¿Para qué lo querrían de regreso?

En paralelo corren los problemas matrimoniales de Draper con su esposa (y parte de la agencia) en California. Es claro que, más allá de cierto relax de fin de semana, Draper no podría vivir allí. Y, en ese sentido, es evidente que la serie deja en su costado californiano en segundo plano: ahí sigue Megan con sus complicadas decisiones en pos de su sueño de triunfar como actriz mientras que a los socios de la agencia reubicados (Pete y Ted) no se los ve del todo cómodos. Y, en el caso de Pete, más parece estar viviendo una suerte de vacación paga.

madmen4Tengo la impresión que MAD MEN no es una serie de vueltas de tuerca impresionantes ni de giros sorpresivos. Y que los cambios narrativos quedan marcados a partir de la evolución (o involución) de las conductas de sus personajes. Es por eso que no siempre distingo entre mejores y peores capítulos: el estilo es constante, las actuaciones también, la estructura no cambia demasiado. Pero, es cierto, algunos episodios se destacan por mover a los personajes a destinos inesperados y éste fue uno de ellos (además de tener una serie de juegos de montajes paralelos un poco extraños pero efectivos, como el que marca el comienzo de la visita de Don a la agencia y el que nos hace confundir entre su visita a Roger y a una rubia que flirtea con él en un restaurante). No tanto por el hecho de que Don regresara sino por la forma en la que lo está haciendo: casi castigado, mal recibido y poco valorado. Es eso, más que nada, lo que marcará lo que queda de la temporada. ¿Cómo tomará Draper las nuevas condiciones una vez que se hagan efectivas?

Lo mejor del episodio, para mí, estuvo en la larga secuencia de la espera de Don en la oficina, en la que se logra transmitir con gran precisión la extraña sensación de volver a un lugar (en este caso, de trabajo) en el que uno pasó mucho tiempo de su vida y en el que ya no está más. Son unos pocos meses los que separan ambos hechos, pero los pequeños cambios (de personal, de oficinas) y la extraña reacción que produce el regreso entre los que siguieron allí (curiosamente, los empleados del departamento creativo son los que más contentos están de verlo otra vez, no tanto las secretarias y menos aún los socios y colegas) está logradísima: dejar la ropa en manos de la secretaria, pedir un café, almorzar, saber cómo manejarse en el lugar. Todas situaciones que Don tenía totalmente normalizadas y que, de golpe, pasaron a ser extrañísimas. Una de las mejores secuencias, sin duda,  de la historia de esta gran serie.

DATOS CURIOSOS:

-La película que Don Draper ve en el cine (foto) es nada menos que MODEL SHOP, filmada en los Estados Unidos por Jacques Demy.

-La canción que cierra el episodio es IF 6 WAS 9, de Jimi Hendrix. En Spotify organicé una playlist con las canciones de esta temporada de la serie a la que se puede acceder por aquí.

NOTA: No arranqué con reseñas de los episodios desde el primero de esta temporada porque pensé que no habría demasiadas personas al día con la serie y/o interesadas en compartir cada novedad como lo fue en el caso de la última e intensa temproada de BREAKING BAD. Pero me fui convenciendo, gracias a las redes sociales, que los fans siguen estando ahí y atentos a cada novedad. Así que de ahora en adelante, estamos de regreso, episodio  por episodio. Están invitadísimos, desde ya, a dejar sus comentarios, opiniones y reseñas en los comments.