TV: «The Knick» (Temporada 1)
Seamos directos: THE KNICK es la mejor serie de televisión del año y, probablemente, una de las mejores de la historia del medio. Si bien, es cierto, solo llevamos vista una temporada, es tanto lo que está bien que uno no puede menos que augurar un futuro brillante para la saga. Y si uno se arriesga […]
Seamos directos: THE KNICK es la mejor serie de televisión del año y, probablemente, una de las mejores de la historia del medio. Si bien, es cierto, solo llevamos vista una temporada, es tanto lo que está bien que uno no puede menos que augurar un futuro brillante para la saga. Y si uno se arriesga a ponerla en un podio histórico con solo diez episodios es por la evidente brillantez de sus logros formales y temáticos. Tengo la impresión que la serie dirigida por Steven Soderbergh tiene todo para convertirse en esas que marcan un antes y un después en la historia del medio. Pero no es exclusivamente por su historia, o su trama, o siquiera sus personajes (que son extraordinarios, pero no lo que marca la diferencia) sino por ser la primera que trabaja a partir de un punto de vista que podemos considerar, a falta de una nueva palabra que lo reemplace, cinematográfico.
En esta historia acerca de las duras, complicadas y apasionantes vidas de una serie de médicos, enfermeros, mafiosos, millonarios y empleados relacionados a un hospital neoyorquino a principios del siglo XX lo que se impone es una idea de cómo contar visualmente una historia, como evitar todos y cada uno de los clichés que en algún momento llevaron a la televisión a ser considerada la «hermana menor» del cine y cómo imponer un punto de vista, una mirada, sobre lo que se cuenta y cómo se lo cuenta. Los «showrunners» nos han hecho creer hace ya varias décadas –y la crítica les ha seguido el pulso y adorado hasta la devoción– que lo que importa es saber qué es lo que se cuenta: historia, trama, personajes, psicología, evolución narrativa, organización dramática. THE KNICK tiene todo eso (con aciertos y errores, tampoco logra desprenderse del todo del ABC de cómo organizar una serie de TV «adulta»), pero además impone algo que se ve poco y nada en televisión: una idea clara, particular y específica de puesta en escena.
En esta reseña de la temporada completa trataré de no detenerme en los detalles narrativos de la historia (así que, no teman, no habrán muchos SPOILERS, aunque, aviso, siempre alguno se escapa) sino en cómo Soderbergh se ha tomado el trabajo de pensar una serie visualmente, obviando casi todos los recursos clásicos de la televisión (aun de la buena televisión) y haciendo lo más parecido a una serie de autor que recuerdo desde TWIN PEAKS. Para los que me digan que Soderbergh no escribe los episodios ni es el único «showrunner» de la serie, me permito aclararles que la teoría del autor se fundó, básicamente, a partir de cineastas que no escribían sus guiones y que tenían aún mucha menos influencia que él en sus grupos de trabajo.
Soderbergh dirige, hace fotografía, cámara y edita cada episodio en siete días, pero aún si no lo hiciera (tampoco es una competencia de variedad de talentos esto) lo que queda claro viendo la serie es que la economía narrativa, la potencia visual y las ideas de organización del tiempo y el espacio narrativos son claras y consistentes, más que en cualquier otra serie. Nuestra fascinación por MAD MEN o GAMES OF THRONES –cito solo algunos ejemplos al azar– en general tiene que ver con una apreciación del guión, de las actuaciones, de alguna secuencia laboriosamente filmada (caso TRUE DETECTIVE), de ingeniosos trucos visuales (BREAKING BAD) o de la psicología oscura de los personajes. Todo eso está en THE KNICK, pero además aparece ante nosotros un mundo poco conocido (la Nueva York de 1900) y una manera de acercarse a filmar eso casi radical.
Uno podría usar a PANDILLAS DE NUEVA YORK como referencia, pero no sería justo. No es exactamente la misma época ni los personajes y Scorsese contaba con un presupuesto enorme para hacer lo que quisiera. Soderbergh se limita, como los mejores directores, a pensar cómo aprovechar su presupuesto de la mejor manera posible: muestra lo necesario y hace que eso sea lo más importante, puede armar toda una escena en la que suceden cinco cosas a la vez enfocándose en un rostro y tiene una ya conocida predilección por la cámara en mano, los planos secuencia y los cortes fuera de eje que le dan, especialmente a una serie «de época» un estilo muy particular, más cercano al de un drama hospitalario de hoy que uno de 115 años atrás.
El Dr. Thackeray (Clive Owen) es un brillante e insoportable doctor, arrogante, creído y maníaco, especialmente mientras se va acrecentando su adicción a la cocaína. Sus tratamientos experimentales lo llevan por buenos y no tan buenos caminos, y mientras el hospital lidia con una serie de personajes y situaciones cada vez más complicadas a lo largo de la temporada, él se mantiene como una especie de antecesor (uno aun más brutal y desagradable) de nuestro ad man Don Draper, tan talentoso como arrogante, aunque un poco más odioso. Sí, el chiste es obvio: THE KNICK podría tranquilamente titularse MED MEN.
La crítica televisiva acostumbra a dedicar párrafos a contar qué cosas pasan en las series y al crítico de ocasión opinar si les parecen o no apropiadas. Lean «reviews» de Estados Unidos de la serie y en el 90% de los casos les contarán lo que pasó en el episodio y si estuvo bien o mal que la historia fuera para un lado o para otro, o que un personaje hiciera tal o cual cosa. Básicamente, la crítica de televisión parece nunca poder desprenderse de la crítica de guión, algo que el cine logró despegarse, de a poco, desde hace medio siglo. Y aún siendo THE KNICK una serie cuya evidente fortaleza está en otro lado, los profesionales de la materia no parecen poder entender la diferencia.
De hecho –y en esto me arriesgaré a ponerme odioso– los problemas que la serie tiene suelen ser de guión, de modelos narrativos que se organizan de una manera tan «televisiva» –coincidencias forzadas, problemas serios de varios personajes que explotan todos al mismo momento, inclusión constante de adelantos médicos famosos, etc– que por momentos terminan siendo innecesarios. A una serie con la intensidad y potencia visceral de THE KNICK le haría falta un guionista que pueda desprenderse tanto de los clichés de cómo armar una escena o secuencia televisiva de la misma manera que Soderbergh lo hace con la manera de filmarlas. De todos modos, esos «problemas» son menores y el guión es lo suficientemente convincente, inteligente y poderoso como para atrapar aún a los que no prestan atención alguna al lenguaje audiovisual.
THE KNICK es importante como serie porque abre el camino a la «serie de autor» de una manera inédita. TRUE DETECTIVE tenía un mismo director toda la serie, pero se apoyaba fuertemente en el thriller de investigación, un modelo narrativo probado y conocido, con miles de antecedentes tanto en cine como en TV que la serie administraba con mucho ingenio e inteligencia. El «género» de THE KNICK es más difuso: es una serie de autor y punto. Al terminar la temporada hay tantos personajes y frentes abiertos, tantas posibilidades hacia donde la serie puede ir y tantas variables posibles, que no sabemos qué nos depara el futuro. Sabíamos para donde iba BREAKING BAD y eso limitaba la expansividad de la serie. Podremos saber –por el libro– adonde va GAME OF THRONES y eso también es un potencial problema (aunque el principal problema ahí es lo pobremente dirigidos que están el 80% de sus episodios que consisten en un «acá pasa esto y acá pasa esto mientras acá pasa esto otro y así»). Pero en lo que sí coincide THE KNICK con GOT y MAD MEN es en la capacidad de trabajar relatos corales, en los que el eje puede girar en cualquier momento y no hay nunca un destino del todo claro.
Tampoco celebrar que THE KNICK sea una serie «bien dirigida» quiere decir que van a ver allí un cineasta haciendo gala de sus trucos y un «show off» de efectos o escenas impactantes (nada de cabezas cortadas y solo una pequeña «masacre», casi un regalito para los que buscan acción). Casi al contrario. Soderbergh dirige económicamente: su maestría está en hacer mucho con poco, crear un universo en un primer plano, en una secuencia filmada desde lejos, en una fiesta en la que los protagonistas están perdidos entre la gente u otra en la que una mujer anda, simplemente, en bicicleta por la ciudad. Su maestría es tener un punto de vista con el que trabajar el guión y domarlo de la manera en la que pocos directores lo hacen en la TV. THE KNICK prueba que en manos de un gran director hasta una escena cuyo guión no ofrece nada particularmente interesante puede ser brillante. Y esa es la lección principal de esta extraordinaria serie. Uno siente, todo el tiempo, que hay alguien que sabe lo que está mirando y sabe cómo contarlo con imágenes.
Es excelente.
Me fascina la luz (o escasez de) en cada escena y ESA MÚSICA!
El uso de la musica es buenisimo y me olvide de mencionarlo en la critica.
Es arriesgado lo que hace poniendo musica electronica en una serie de epoca y funciona excelentemente bien!
d
Obviamente los limites audiovisuales entre cine y television en terminos artisticos no existen.
El cine es un sistema cerrado y viejo que solo se sustenta sobre la base del sostenimiento de la mediocridad como motor de importantes negocios editoriales que deja en evidencia LABURANTES como Soderbergh quien decide dejar de hacer 3 (!!!) peliculas por anho para hacer una serie de 10 capitulos.
El, PT Anderson (por todo lo contrario) y alguno otro (Linklater) son aquellos que marcan los limites de un ARTE muerto.
Fassbinder ya lo habia demostrado hace muchos anhos igualmente.
Serie de TV como esta y True Detective demuestran que 10 horas de arte son inmensamente mucho mas interesante que 1 hora y media de porquerias pretenciosas, sobrecargadas como por ejemplo las mamuts de Nolan.
COMO LA VEO ANA? ESTOY DESESPERADO
ahhh Cliff Martinez es posiblemente el mejor compositor del que tengo recuerdo, su capacidad le pasa el trapo a todos… absolutamente a todos los demas.
Es sobre humano lo que hace cada vez que participa de una pelicula o en este caso de una serie.
El bobo de Radiohead es un sordo al lado de el, pero bueno el ex baterista de los peppers no tiene buena prensa «especializada».
Me faltan tres capítulos para terminar la temporada y me gusta mucho The Knick, sin duda entra en mi top 5 del año. De todos modos debo decir con lo visto hasta ahora (quizás este fin de semana me trague mis palabras) que me parece un poco exagerado lo de considerarla la serie del año y ponerla en un podio histórico. En cuanto a la odiosa pero válida comparación con la serie del año, True detective, hay que decir que si aquella «se apoyaba fuertemente en el thriller de investigación, un modelo narrativo probado y conocido» esta lo hace hasta el cap 7 en el subgénero hospitalario, el hospital es el centro y la excusa para el drama de sus personajes, conflictos familiares, personales, amorosos etc. Y TD tomaba el género de investigación y lo enrarecía mucho en varios aspectos, de hecho era más importantes los monologos de Matthew M que la investigación, un verdadero macguffin. Por otro lado me parece que acá hay una «crítica de los créditos» si vierámos los capítulos sin créditos, muchas de las series potentes de la actualidad se destacarían por las virtudes de su puesta en escena tanto como esta. Y sobre Soderbergh: me parece que se destaca en The Knick precisamente porque no es un autor. He visto la mayoría de sus películas y me gusta como encuadra, como edita y como dirige sus actores. Pero no tiene una visión del mundo o de ninguno de los temas de sus películas que valga la pena destacar. (Y tampoco es un Scorsese, Kubrick o el que que prefieras con una puesta en escena única que justifica pagar la entrada en cine para ver algo suyo) Su frialdad a veces funciona muy bien (The Limey) a veces un poco menos (Out of sight) y a veces para nada (Full frontal). Pero acá su capacidad técnica encuentra su lugar en una ficción manejada por otros en su aspecto narrativo, y creo que por eso se sostiene el interés a través de los meses que se sigue una temporada televisiva. En definitiva celebro el matrimonio Soderbergh/Tv y espero que siga dando sus frutos. Larga vida a The Knick con Steven o sin él, y si quiere hacer otra serie o volver al cine, también estará muy bueno.
Tal vez no sea «uno de los grandes», pero tiene la capacidad de ponerse al servicio de sus materiales y no por encima que es algo que suelen hacer los «llamados grandes». Yo prefiero muchas veces a los «working man» que entienden qué es lo mejor en cada caso y se ponen al servicio de encontrar las mejores respuestas a los problemas planteados. Hollywood se construyó así. Los «temas» de Ford los encontraron los franceses 20 años después. Acá hay directores que ya tienen sus «temas» en su tarjeta de presentación. Steven resuelve problemas creativamente y con eso logra cosas que otros no hacen con el doble de plata y de tiempo. No se, no entenderé nunca el maltrato a su laburo. A mí me parece un gran director, con mejores y peores pelis seguro, pero me saco el sombrero… Y sus temas están, ojo, tampoco que hace cualquier cosa así porque sí. Lo entrevisté un par de veces y tiene muy en claro lo que hace, cómo y porqué…
Nuevamente le diste en el clavo. La primera serie de autor. Punto.
Me compró totalmente tu critica. Ya la busco.
Genial. Tenele paciencia De entrada es dura… y sangrienta!!!
Saludos
d
Lo que me pasa, estimado Diego/Peacock, es que valorando tus reseñas y celebrando tu redacción a diario, siento que no terminás de argumentar POR QUÉ es una de las mejores del año, ¡y de la historia!
Entiendo por donde vas, pero con semejante premisa, es como que te quedás corto, no me convence. Obvio, no me tenés que convencer, pero me cuesta ver qué es lo genial más allá de que tengamos a un gran director haciendo «oro» con presupuestos menores…
Pd.: coincido en que Soderbergh es un grande y no entiendo por qué le dan tanto.
Tal vez es mas sencillo de lo que parece lo que quiero decir y probablemente no sea muy contundente, pero a lo que me refiero, simplificando, es que siento que es la primera serie (o una de las pocas, tal vez junto a TWIN PEAKS) que esta pensada desde la puesta en escena y no desde el guion con la «puesta» como un subproducto dependiente de el y de la distribucion de informacion narrativa. O algo asi. ;)
Disculpa la falta de acentos. Estoy en una compu alemana…
Saludos,
d
Excelente reseña y de acuerdo con cada palabra. Solo tengo una pregunta; ¿Cómo se llama ese recurso que tanto usa Soderbergh de enfocar solo la cara de un personaje por un tiempo extendido mientras le hablan u otras personas hablan alrededor? Pd: Un maestro como conjuga la música electrónica con una historia de la época.
No se si tiene un nombre ese recurso, es una decision de puesta en escena que en muchos casos es inteligente y economica a la vez. Es como tomar la decision de no cubrir la escena desde varios posibles angulos sino saber, de entrada, que es lo que quiere hacer y plantearlo asi. No se si es a eso a lo que te referis.
Saludos,
d
pd. La musica electronica funciona perfecto para mi, lo mismo que la camara en mano y cosas que supuestamente no se usan ni corresponden en peliculas de epoca… (perdon por la falta de acentos)
Definitivamente superior a la gran mayoría de series berreta que hay en el mercado ahora. La terminé de ver en http://mirotheknick.com/ y quedé maravillada. Hay muchos guiños a House