TV: «The Affair» (1ª Temporada)

TV: «The Affair» (1ª Temporada)

por - Series
23 Dic, 2014 06:19 | 1 comentario

THE AFFAIR funciona, en principio, desde lo más básico de su premisa inicial: es la historia de un intenso affaire amoroso entre un hombre y una mujer, ambos casados, que se conocen en un lugar de vacaciones. Noah Solloway (Dominic West, el protagonista de la mítica THE WIRE) es un maestro de escuela y escritor […]

affair-teaser-posterTHE AFFAIR funciona, en principio, desde lo más básico de su premisa inicial: es la historia de un intenso affaire amoroso entre un hombre y una mujer, ambos casados, que se conocen en un lugar de vacaciones. Noah Solloway (Dominic West, el protagonista de la mítica THE WIRE) es un maestro de escuela y escritor casado, con cuatro hijos, que llega a Montauk –una destinación veraniega en Long Island, no muy lejos de Nueva York– con su familia a pasar la temporada en la casa de sus millonarios suegros. Alison Lockhart (Ruth Wilson) vive ahí, está casada, trabaja de moza en un restaurante y hace pocos años perdió a su único y pequeño hijo en un accidente. Se cruzan en el restaurante, se vuelven a encontrar casualmente en la playa y en algunos eventos (ella trabaja en un servicio de catering también) y el asunto empieza a cobrar forma hasta, bueno, hasta que se concreta.

Pero la serie original, creada por Hagai Levi y Sarah Treem (el israelí creador de la original EN TERAPIA y una de las productoras/guionistas de su versión norteamericana), no se contenta con trazar el recorrido de los conflictos emocionales que esa situación provoca (en ellos y en cada una de las familias) y tampoco le alcanza con el «suspenso» natural (secretos y mentiras) que ese tipo de relación puede generar sino que apuesta a hacer varias cosas más al mismo tiempo. THE AFFAIR está narrada, paralelamente, en dos tiempos y con dos puntos de vista. Un poco como TRUE DETECTIVE (pero con menos años de diferencia entre hechos y «relato»), lo que vemos da la impresión de ser algo que sucedió en un pasado reciente y que está siendo contado por Noah y por Alison, paralelamente, como testimonios ante un detective que está investigando la muerte de alguien que no sabemos quién es. Es así que todos los episodios de THE AFFAIR –salvo uno– están divididos en dos partes (separados por títulos que dicen Noah y Alison) en el que ellos parecen ir contándole al detective en cuestión la historia desde el principio. Lo curioso del sistema es que, si bien cada uno cuenta cosas que el otro desconoce (cuando están cada uno por su lado, digamos, o con sus respectivas familias) también la narración incluye las escenas juntos, que suelen ser muy diferentes dependiendo de quién las cuente.

Episode 101Esos cuatro ejes centrales de la serie –el romance, el crimen, los dos tiempos narrativos y los dos puntos de vista– generan suficiente material como para que cada episodio se vuelva una compleja red de armados y desarmados testimonios, con una muy ingeniosa manera de ir encontrando formas de diferenciar las mismas escenas. Lo que Noah cuenta de una manera, Alison lo cuenta de otra (detalles que van de la ropa a los diálogos específicos, etc, etc), sí, pero también cuentan cosas distintas, mostrando que sus testimonios tienden a ser contradictorios entre sí.

Por el lado de Noah, los conflictos corren por el lado de una estructura familiar en la que se siente algo «prisionero»: una suegra demandante, un suegro (escritor exitoso) que se burla de él y de sus primeros pasos en la profesión, una mujer (Maura Tierney) con la que se lleva bastante bien pero que parece todo el tiempo ocupada con sus hijos y demasiado dependiente del dinero de sus padres y cuatro niños que le dejan poco tiempo para escribir su nueva novela, lo que supuestamente quiere hacer estando en Montauk. Sus hijos adolescentes son los más complicados: su hijo de unos 14 no parece tenerle mucho aprecio mientras que su bastante rebelde y complicada hija de 16 vive metiéndose en problemas de todo tipo.

El caso de Alison es distinto pero no menos complejo. Su relación con su marido Cole (Joshua Jackson), dueño de un rancho con sus hermanos, ha quedado muy dañada tras la muerte del niño (ambos, sin decirlo del todo, se culpan respectivamente de lo que sucedió), y si bien su grupo familiar los apoya y sostiene, de a poco empezarán a notarse fracturas y secretos en esas relaciones, que incluyen a su suegra (Mare Winningham) y al grupo de hermanos entre los que se destaca el temperamental Scotty. Está, además, la madre de Alison, a la que conoceremos promediando la temporada y hay muchos personajes más, pero estos (y Oscar, el dueño del restaurante donde Alison trabaja) son los principales.

Dominic-West-maura-Tierney-The-Affair.La gran fuerza inicial de THE AFFAIR tiene que ver con el potente realismo de la historia (incluyendo las bastante francas escenas de sexo) y con la caracterización de las dos parejas principales: ninguno de los cuatro está pintado de manera tal que sirva para «justificar» el romance. Los guionistas no muestran a los respectivos esposos de la pareja protagónica de manera tal que explique y hasta haga entender lo que sucede entre Noah y Alison. Sí, son complicados y tienen sus problemas. Pero ellos son igual de complejos (o más) y no hay juicio moral respecto a lo que pasa, por lo que el espectador no es empujado o manipulado hacia querer que suceda una u otra cosa (que sigan juntos, que se separen, que vuelvan a sus parejas, etc).

El otro acierto, de arranque, es el tema de los puntos de vista. Cada uno llega a ese affaire por circunstancias específicas que el otro no conoce del todo y cada uno lo vive –y lo recuerda– a su manera, lo que le da a los primeros episodios de la serie una frescura única y que va más allá de los «errores» (él recuerda una conversación en la playa, ella la recuerda distinta y en otro lugar; él la ve sexy y agresiva, ella lo ve a él así y se ve a sí misma siempre preocupada y discreta) para adentrarse en otros ejes, como por ejemplo el de la actuación. Especialmente Alison (la británica Wilson, de LUTHER) parece otra persona en sus propios recuerdos que en los de él.

Pero hay un asunto que uno puede adivinar apenas empieza la serie como posible problema y que promediando la temporada explota de manera un tanto incómoda: el asunto policial empieza a ser cada vez más central y los guionistas intentan «entretener» a la audiencia con pistas falsas, situaciones de thriller que no conviene adelantar aquí para los que no la vieron y todo parece apuntar a tensar la conexión entre el pasado y las declaraciones policiales. Una vez que sabemos quién murió (al final del quinto episodio), todo empieza a volverse un intento de «conectar los puntos» a través de subtramas, coincidencias y confusiones que le quitan a la serie ese grado de realismo emocional que tenía en un principio. Pasa a ser un policial con un affaire de fondo, como excusa casi…

affair joshua jacksonPero, por suerte, para el cierre de la temporada (cuando desaparece una subtrama policial innecesaria, como tantas usadas como desvío narrativo en temporadas televisivas de esta extensión, que parecen importantes en un cuarto episodio para esfumarse, digamos, un séptimo), la serie pega un giro inesperado en el que cambian las locaciones, algunos personajes menores cobran una importancia inusitada y las idas y vueltas de la relación entre ellos vuelven a recobrar el realismo del principio. Las coincidencias y casualidades siguen siendo excesivas, pero el sistema de narración doble las vuelve plausibles por su propia lógica: muchas veces los hechos recordados funcionan con una lógica de causa-consecuencia que no siempre estaba ahí cuando sucedieron.

El único inconveniente, para mí, de esta última parte tiene que ver con algo del orden de lo narrativo y que la serie, al menos hasta el fin de la primera temporada, no alcanza del todo a resolver o a justificar. Probablemente lo haga en la segunda, pero hasta ahora no se entiende porqué, una vez que dejan de testimoniar ante el detective por el crimen cometido, la serie sigue presentando versiones contrapuestas de los mismos hechos ya que, al menos en apariencia, no les están siendo contados a nadie. Pero tomando en cuenta que hay otros ejes de la historia no del todo explorados –como la novela que Noah escribe y que el detective usa, en el «presente» para tratar de desentrañar el crimen–, queda la puerta abierta a que ese sistema «ella dijo, él dijo» se justifique de algún modo.

En síntesis, y pese a un «segundo acto» (odio esos términos, pero acá son estructuralmente más que evidentes) un tanto pobre, THE AFFAIR vuelve a crecer sobre el final, generando sus buenas expectativas respecto a la temporada siguiente. No es una serie que se destaque por su puesta en escena, pero una que permite entender que –a partir de un guión que le permite jugar con las caracterizaciones, los tiempos y los hechos en sí– el arma secreta de una serie de este tipo es tener un buen equipo de montajistas. Tal vez con eso no le alcance para ser una gran serie, pero sí para convertirla en una bastante adictiva…

(THE AFFAIR es una serie que se exhibe en Estados Unidos por Showtime. Aquí no se emite aún en ningún canal)