No-estrenos: Coppola, Lee, Alverson, Almereyda, Gray, Heller
Continuando con la «sección» de películas que no se estrenaron (y que, casi seguramente, no se estrenarán) en la Argentina salvo algún milagro, aquí va otra lista, en orden alfabético, de títulos norteamericanos que vi recientemente y que se pueden encontrar online. Me tocó en suerte un grupo de muy buenas películas, de esas que […]
Continuando con la «sección» de películas que no se estrenaron (y que, casi seguramente, no se estrenarán) en la Argentina salvo algún milagro, aquí va otra lista, en orden alfabético, de títulos norteamericanos que vi recientemente y que se pueden encontrar online. Me tocó en suerte un grupo de muy buenas películas, de esas que prueban –por si hiciera falta probarlo a esta altura– que seguimos sin ver mucho de lo mejor que el cine norteamericano tiene para ofrecernos, especialmente en lo que se refiere a películas independientes, comedias y documentales.
De este grupo de diez películas que vi (todavía tengo una larga lista para ver) hay algunas que quiero recomendar especialmente ya que se cuentan entre lo mejorcito que se produjo en 2015 en Estados Unidos. En lo que respecta a ficción, casi todas en este bloque son buenas o muy buenas pero mis favoritas son EXPERIMENTER y THE DIARY OF A TEENAGE GIRL. Los dos documentales son más que recomendables, pero LISTEN TO ME MARLON es de los mejores filmes de ese género que vi en mucho tiempo, con un nivel de creatividad y riesgo estético para nada usuales en el documental estadounidense. Las demás, salvo donde se aclara, son más que buenas elecciones para el «entretenimiento casero». Aquí van…
A VERY MURRAY CHRISTMAS, de Sofía Coppola. Dudé si incluirlo en la lista porque ni siquiera estoy seguro de considerarla una «película» propiamente dicha. Este especial navideño en el que Coppola dirige a Bill Murray y algunos de sus célebres amigos mientras tratan de producir un –en principio fallido y luego «exitoso»– especial navideño para TV es un «divertimento» de menos de una hora de duración, un simpático pasatiempo en el que Murray trata de montar un musical televisivo de Navidad en un teatro de un hotel pero nadie aparece por culpa de una tormenta de nieve. Es así que con otros «viajantes» que pasan esa noche en el bar del hotel terminan, casi a su pesar, armando un musical entre ellos para luego derivar en… bueno, ya verán. Participaciones actorales y musicales de George Clooney, Miley Cyrus, Amy Poehler, Jason Schwartzman, Rashida Jones, Chris Rock, Michael Cera, David Johansen y el grupo francés Phoenix (cuyo líder es el marido de Coppola), entre otros, hacen de este musical una especie de secuela temática de PERDIDOS EN TOKIO, encontrando una melancólica y a la vez simpática conexión entre los personajes que pasan la Navidad en un hotel similar a la que tenían los protagonistas de aquella película.
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BEST OF ENEMIES, de Morgan Neville y Robert Gordon. Acaso no sean muy conocidos en la Argentina, pero Gore Vidal (el más famoso de los dos por su labor como novelista) y William F. Buckley fueron dos de los intelectuales más célebres de los Estados Unidos, enfrentados entre sí por cuestiones políticas y también personales. En 1968, para cubrir las convenciones de los partidos políticos norteamericanos, el canal ABC los juntó para debatir cada noche los sucesos del día. Y ese enfrentamiento se transformó en mítico, por el curioso cruce entre dos intelectuales brutalmente ácidos que podían ser terriblemente inteligentes pero también dejarse llevar por el odio personal. Buckley era un clásico republicano de derecha mientras que Vidal estaba cerca de los demócratas, con una mirada más liberal de izquierda, a la manera norteamericana. Pero más allá de eso la pelea entre ambos tenía un costado personal innegable que la película irá develando.
Lo interesante del filme, más allá de contar la historia de esos debates televisivos y de sus peculiares protagonistas, es abrir el juego para entender cómo ese exitoso formato cambió la forma de narrar y analizar las noticias en los Estados Unidos, iniciando una «moda» con las polémicas al aire. El problema es que lo que siguió funcionando en la TV norteamericana fue el costado más hiriente y personal de esas polémicas y hoy se hacen cientos de programas en los que la gente «se pelea» al aire para conseguir rating. El tema es que la inteligencia de los contendientes –como la que tenían, casi espejadamente, Vidal y Buckley– quedó como un recuerdo de los ’60.
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CHI-RAQ, de Spike Lee. La carrera de Lee, especialmente en el siglo XXI, se divide entre los proyectos que intentan ser más comerciales y otros que hace de manera más independiente y con una temática política más declarada. CHI-RAQ es uno de estos proyectos, muy alejado de producciones como la remake de OLD BOY o EL PLAN PERFECTO, y más cercano en estilo y espíritu a las películas que lo hicieron conocido, como HAZ LO CORRECTO y SCHOOL DAZE, a fines de los ’80. El filme es una adaptación más que libre de LISISTRATA, de Aristófanes, en la que Lee lleva el tema central de esa obra teatral (un grupo de mujeres que decide hacer una «huelga de sexo» hasta que los hombres detengan la guerra) de la Grecia antigua a los ghettos de Chicago donde, según aclara un cartel al iniciar la película, muere más gente por la violencia entre pandillas que soldados en las guerras de medio oriente (de ahí el apodo de «Chi-raq»).
El filme es un por momentos angustiante y en otros divertido –pero siempre pasado de rosca y excesivo– musical político en el que los actores (incluyendo a Samuel L. Jackson, Wesley Snipes, John Cusack y Angela Bassett) hablan en rima y se despachan contra los severos problemas que se viven en las comunidades afroamericanas de esa y otras ciudades: el descontrolado uso de las armas, los políticos y la policía que miran para otro lado o hasta promueven la «aniquilación interna» de esas comunidades y los conflictos permanentes e irresueltos entre pandillas que terminan cobrando víctimas impensadas, como la niña que muere y da inicio a esta «huelga de sexo». Lee no es sutil ni elegante ni discreto y la película es una especie de proclama política gritada, cantada y bailada que, con todos sus excesos, se siente viva, intensa y real. En medio de un año en el que la violencia racial volvió a ser tema central en Estados Unidos, a su manera CHI-RAQ se ha vuelto acaso la película políticamente más dura de la temporada.
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ENTERTAINMENT, de Rick Alverson. El cine de Alverson es incómodo. Incómodo al punto de que dejé de ver su anterior película, THE COMEDY, tras quince minutos. En ese entonces no conocía al director y decidí que no tenía ganas de someterme a las penurias que prometía tener que seguir a ese personaje, meterme en ese mundo. Tras ver ENTERTAINMENT reconozco mi error (todavía no vi THE COMEDY, pero lo haré), ya que lo que Alverson logra es crear una suerte de empatía con este tipo de personajes un tanto patéticos y desagradables. Empatía distante y seca, claro, pero al menos un entendimiento que va más allá de las primeras apariencias. En esta película el protagonista es Gregg Turkington, quien interpreta una versión de su alter-ego profesional, Neil Hamburger. En la vida real (y también en la ficción), Hamburger es un «comediante» que cuenta chistes malos y desagradables, al punto que el humor surge por lo no graciosos que los chistes resultan ser dichos con su disfraz de patético, alcohólico y malhumorado humorista. Esa «anti-comedia» que Hamburger profesa (nada que ver con stand-up, aquí son chistes clásicos tipo pregunta y remate) es graciosa si uno comparte el código de la «no-broma», pero en la película el hombre sale de gira por pequeños pueblos de Arizona y Nevada, donde su humor parece no causarle gracia a casi nadie, salvo a los presos…
Pero su principal problema es la permanente angustia existencial que parece acompañarlo. Va por la vida casi sin hablar ni expresar emociones más que cuando deja mensajes telefónicos a su hija, que jamás contesta. Cara de nada, gesto de absoluto desinterés por todo, el tipo solo parece desatar su furia verbal en el escenario, especialmente cuando algún espectador se burla de su actuación o lo abuchea. La película sigue su recorrido en ese modo seco, parco, angustiante tanto para el espectador como para él mismo, entrando para el final en zonas cercanas a lo onírico/surrealista. Y si bien la incomodidad jamás desaparece (en algunos momentos Alverson se pasa de rosca en ese sentido), uno termina sintiendo cierto grado de fascinación por el personaje, tratando de entender su lógica y de buscarle una salida a su silenciosa angustia. Si uno se adapta a sus ritmos y sus modos, ENTERTAINMENT es una película inquietante y potente. Si uno, entendiblemente, se fastidia rápidamente con lo que ve (lo digo por experiencia) es probable que se pierda una de las muy buenas películas del año que pasó.
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EXPERIMENTER, de Michael Almereyda. Los sociólogos y psicologos sociales conocerán bien los experimentos sobre la obediencia a la autoridad de Stanley Milgram, un científico norteamericano que a principios de los ’60 condujo una serie de experimentos con supuestas descargas eléctricas para testear hasta qué punto un ser humano podía continuar obedeciendo órdenes aún cuando estas fueran en contra de su propio compás moral. Inspirado, como Hannah Arendt al escribir su texto «La banalidad del mal», por el juicio al criminal nazi Adolf Eichmann, los experimentos intentaban probar que ese tipo de comportamiento (el conocido «yo solo cumplía órdenes») se replicaba mucho más de lo pensado. El filme de Almereyda sigue la vida y, en detalle, los experimentos de Milgram (Peter Sarsgaard) pero no a la manera de una biografía clásica y convencional. Con el actor hablando a cámara en varios momentos, con fondos pintados en otros y con la artificialidad propia de un filme más de tipo experimental, Almereyda pone en primer plano los problemas y contradicciones que le deparó a Milgram su famoso test.
Acusado por muchos de sobrepasar los límites de la ética (el experimento consistía en hacer creer a una persona que estaba elecrocutando a otra para ver cuanto tiempo era capaz de seguir agregando más y más voltios), Milgram fue viendo como sus incómodos descubrimientos sobre el comportamiento humano le traían más problemas que halagos, ya que se lo acusaba de lo mismo que él parecía criticar. La película es extraordinaria y deja en claro cómo construir una biografía poniendo los temas centrales de la vida y la carrera de una persona haciendo que resuenen de manera clara en el espectador y dejando de lado el supuesto «realismo biográfico». Ayuda, claro, la excelente y casi clínica personificación de Sarsgaard y el bienvenido regreso de Winona Ryder en el papel de su esposa.
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LISTEN TO ME MARLON, de Stevan Riley. Uno de los documentales norteamericanos más originales en cuanto a construcción y puesta en escena en muchos años, esta suerte de biografía de Marlon Brando está armada a partir de cientos de horas de grabaciones de audio inéditas que el actor dejó en los que hablaba sobre su vida, sus ideas, recitaba Shakespeare o intentaba «autohipnotizarse». No hay narración ni entrevistas, sino que Riley reconstruye la vida y la carrera del actor de EL PADRINO combinando imágenes con esos audios y, a la vez, rescatando entrevistas radiales y televisivas dadas a lo largo de su vida, con mucho de lo que parece ser un «detrás de escena». Narrativamente la película recorre su vida desde su infancia, su relación con sus padres, sus estudios teatrales en Nueva York, su llegada a la fama, su éxito y su posterior desgaste y «resurrección» en los ’70. En el medio están sus complicadas relaciones de pareja, sus problemas con Hollywood, sus fuertes posturas políticas y su muy difícil y dolorosa vida familiar, con los conocidos problemas de algunos de sus hijos.
Ese ir y venir por la carrera de Brando está extraordinariamente bien armado a partir de sus propias reflexiones (en especial, sobre la labor del actor), de imágenes con un aura de ensoñación (o pesadilla) que Riley filmó para acompañar los textos, dando por momentos la sensación de estar ante una sesión de espiritismo cinematográfico. Una de las mejores biografías de una celebridad jamás filmadas (se me ocurre MARLENE, sobre Marlene Dietrich, como un filme de similar potencia y originalidad), la película logra armar una puesta en escena casi radical para una película de este tipo sin perder jamás la emoción y extrañeza que las palabras de Brando producen a cada momento. Un personaje misterioso, raro, contradictorio, finalmente inescrutable como Brando recibe una biografía cinematográfica acorde a su legado actoral, una que es capaz de sacar al espectador del piloto automático y sorprenderlo cuando menos se lo espera.
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MISSISSIPPI GRIND, de Anna Boden y Ryan Fleck. Una road movie que durante buena parte de su metraje parece extraída de un cajón de perdidas películas de los primeros años ’70, lo nuevo de Boden y Fleck (HALF NELSON) se centra en un par de jugadores empedernidos que se unen en un viaje en auto desde una pequeña ciudad en Iowa hasta Nueva Orléans siguiendo en paralelo al río Mississippi y pasando por Saint Louis y Memphis en el camino, con una banda sonora de blues acompañándonos en el viaje. Gerry (Ben Mendelsohn, extraordinario) es el típico loser que quiere salvarse jugando pero siempre termina perdiendo lo que llevaba ganado y debiendo plata aquí y allá. En una de esas mesas conoce a Curtis (Ryan Reynolds), un jugador más joven y canchero, del que se hace amigo. Curtis quiere viajar a New Orléans a jugar al poker en una mesa más profesional y, necesitado de dinero, Gerry lo acompaña. Uno huele trampa alrededor de todo eso, pero la película es más compleja de lo que parece.
Si bien habrá momentos inevitablemente genéricos y más o menos previsibles (especialmente en los no tan logrados últimos 20 minutos), lo principal en MISSISSIPPI GRIND es la relación que se establece entre estos dos seres que están perdidos por diferentes motivos, motivos que iremos conociendo en mayor profundidad a lo largo del viaje. Es un recorrido con sus paradas y desvíos, triunfos y derrotas (se juega poker, dados, black jack, carreras de caballo, ruleta, lo que venga), peleas y reconciliaciones, nuevas y viejas amigas, exparejas y familiares en el cual iremos conociendo qué es lo que moviliza (o inmoviliza) a estos dos personajes a los que Boden y Fleck logran sacar lo suficiente del prototipo para crear con ellos una química especial. Y el filme es exactamente eso: se parece superficialmente a muchos (CALIFORNIA SPLIT/RACHA DE SUERTE, de Robert Altman, por ejemplo) pero tiene una verdad plano por plano que es propia y única.
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SLEEPING WITH OTHER PEOPLE, de Leslye Headland. Pese al gran elenco y la simpática premisa, esta comedia romántica protagonizada por Jason Sudeikis y Alison Brie no llega a ser nunca más que la suma de sus partes: una muy buena escena por aquí, un diálogo revelador por allá, un momento verdadero ocasional. Pero el filme como sí nunca alcanza a cobrar a brillar del todo, como si se quedara a mitad de camino del intento de ser una historia de amor más o menos realista y una comedia romántica tradicional. Con una trama que recuerda a CUANDO HARRY CONOCIO A SALLY, la película se centra en la relación entre Jake (Sudeikis) y Lainey (Brie), que se conocen en la universidad, pierden mutuamente la virginidad el uno con el otro en una confusa noche, pero luego dejan de verse por años. Al reencontrarse casualmente (en una terapia grupal para adictos al sexo), ambos vienen de sendos fracasos emocionales y deciden no «engancharse» entre sí y seguir siendo amigos. Buenos amigos. Muy muy amigos. Pero seguir buscando intereses románticos por otros lados, más allá de la evidente química que tienen en todo momento.
Ella trata de superar su obsesión por un médico casado y él pasa de romance en romance hasta enredarse con su empleadora (Amanda Peet). Todo el tiempo se encuentran, charlan de sus respectivos problemas emocionales, discuten y bromean, pero siempre se fuerzan a parar antes de pasar a la acción. La película tiene diálogos francos y escenas que para cierta sensibilidad mainstream de espectador de comedia romántica pueden sonar un poco «fuertes» (una gráfica explicación de cómo masturbarse, una clase de baile muy particular que ella le da a un grupo de niños, por ejemplo) y que le dan al filme momentos de humor inesperados. Pero por otro lado hay una decisión de no alejarse de las convenciones del género (la pareja de amigos casados aburrida, la amiga lesbiana, etc) que resulta muy poco creativa. De todos modos, gracias a los momentos realmente divertidos que tiene, SLEEPING WITH OTHER PEOPLE es una película recomendable. Es una lástima que no se hayan atrevido a ir más a fondo con los cambios a la fórmula.
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STRAIGHT OUTTA COMPTON, de F. Gary Gray. En películas como ésta, supongo, el público se dividirá claramente entre los interesados en el hip hop y en su historia, y aquellos a los que el género y sus cultores le son desconocidos y no tienen ningún interés en que dejen de serlo. En mi caso, no solo siempre me interesó el hip-hop sino que empezó a fascinarme más o menos en la época en la que la película transcurre (de fines de los ’80 a mediados de los ’90) por lo cual soy, en un punto, una especie de «público cautivo». Esto es: puedo notar las deficiencias estructurales del filme –y otras que también tiene– pero sus 150 minutos de duración me resultan hasta insuficientes para desarrollar todo lo que hubiera querido que se desarrollara.
La película se centra en el grupo de hip hop de la costa oeste N.W.A., integrado por Dr. Dre, Ice Cube, Eazy-E y otros. Y a través de la historia de estos tres compañeros de aventuras que llegan al éxito juntos para luego tomar caminos separados a partir de peleas por dinero debido a las «malas influencias» (un manager que se queda con más de lo que debería, un sello que no paga lo que promete, y así), la película cuenta la aparición en escena del llamado gangsta rap que narra en sus letras la experiencia cotidiana de los ghettos negros en Los Angeles con enfrentamientos internos y con la policía. Las respectivas historias de vida de Dre (el DJ y creador del sonido de la banda), Cube (el letrista más agudo y duro) y Eazy (el empresario y lider carismático) se van cruzando con las diferentes idas y vueltas de un movimiento que empezó en los ghetos y que en pocos años se convirtió en una usina generadora de dinero, estrellas y violentos conflictos.
El formato no se aleja de la biografía tradicional de un grupo musical que va desde los inicios idealizados al éxito comercial para pasar de ahí a los conflictos internos y fracasos. Al estar dividido en tres personajes y lidiar con internas de dinero y peleas de sellos musicales, tal vez el conflicto le pase de largo al desinteresado en el género y en sus personajes. Pero que todo suceda en apenas unos años y en medio de armas, asesinatos y policías le agrega un grado de intensidad inusual para el género, volviéndola una mezcla de biografía musical y película de gangsters. Tal vez no sea típico en grupos de rock pero se acerca bastante a la experiencia del hip-hop en la época de empresarios como Suge Knight que conseguía contratos siguiendo la teoría de EL PADRINO… Aquello de «le hice una oferta que no podía rechazar»…
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THE DIARY OF A TEENAGE GIRL, de Marielle Heller. Una verdadera sorpresa es esta opera prima de Heller basada en la novela de Phoebe Gloeckner que se centra en un tema tratado mil veces –el despertar sexual de una adolescente– pero casi nunca, al menos en el cine norteamericano, con este grado de franqueza y honestidad. Es la historia de la quinceañera Minnie (la extraordinaria Bel Powley, que tiene bastantes años más que su personaje y es británica) que, en 1976, pierde su virginidad con el novio de su madre, Monroe (Alexander Skarsgard), un atractivo y un tanto despreocupado treintañero que, como la madre de Minnie (Kristen Wiig), viven en pleno aunque algo tardío estilo de vida hippie. A partir de ese momento, Minnie se obsesiona con Monroe y él, pese a que duda, se mete en ese affaire, complicado por varios y obvios motivos. Ella cuenta y dibuja en el diario que da título al filme sus sensaciones durante todo este proceso y Heller lo pone en escena usando animación para mostrar algunas ideas, experiencias y pensamientos (especialmente eróticos) de la protagonista. Pero el paraíso hippie (y el sexual de Minnie) se empieza a acabar (cambia la música, cambian las drogas, se esfuma el sueño del amor libre) y pronto los conflictos tendrán que salir a la luz.
Salvo por algún exceso preciosista con el tema de la animación, Heller nunca equivoca el camino. Es honesta con la sensibilidad de su protagonista, se pone en su lugar y no juzga los actos (moralmente complicados) que comete con Monroe. Casi al contrario, parte de esas experiencias para mostrar el rápido y brutal crecimiento de Minnie en todos los sentidos. Es, en cierto modo, la etapa de aprendizaje vital que seguramente la convertirá en una artista de renombre, en alguien que encontró su voz a partir de estas experiencias. La película tiene algo de cierto cine europeo (francés o nórdico) en su frescura y honestidad en lo que respecta a la sexualidad adolescente, pero en todo momento conserva cierto «calor humano» y apuntes pop que la vuelven claramente una película norteamericana. Esa combinación difícil de lograr es la que consigue Heller. Y lo hace, llamativamente, en su primera película, seguramente destinada a ser un clásico de culto por muchos años.
Gracias por las recomendaciones. Efectivamente, están en la web para bajar y de casi todas se consiguen los subtítulos en español.
De nada…
No está nada mal la nómina. Pero siento que no se desmarca de la cansina predilección anglocéntrica en materia de cine y tv de Lerer.
Espero que no se lo tome a mal, ya sé que conoce y ha visto mucho de la oferta mundial, doy fe de ello. Pero es que pareciese que su visión insiste en no ir más allá de esto: cintas independientes y tv yanquis de buen nivel, poco más. «Mississippi Grind» en materia narrativa me pareció carente de ímpetu y «Straight outta compton» con una trama insulsa. Esto solo por mencionar sucintamente ciertos aspectos de lo que nos recomienda.
Yo me tomo el tiempo para estos visionados de rigor…y otros.
El cine y la tv hablados en idiomas no europeos occidentales es una realidad insoslayable. Solo se necesita el interés, la paciencia y quizá el espíritu humanista (o solo «la profesionalidad»)para verlos, apreciarlos y divulgarlos.
No nos conformemos con la «tareíta» o la limitación de miras. Por favor.
Cuando leí Coppola pensé que se trataba de Francis y no de Sofia…
Si, lo sé, es que solo pongo apellidos y no me quedaba opción…
d
Muy buena selección, amigo.
Graciassss
d
En el Villagge Caballito están los «afiches» con los próximos estrenos y alli aparecen The diary of a teenage girl y Experimenter.
Si? Diary puede ser, pero Experimenter? Buenísimo, ojalá se estrenen. A veces se anuncian y luego no pasa nada…
Slds
d