Cannes 2016: «Sieranevada», de Cristi Puiu
Buena parte de la maestría del cine del rumano Cristi Puiu, el director de LA NOCHE DEL SR. LAZARESCU, está en el poder de observación de los detalles y en la manera en la que, al filmarlos de manera continua –planos secuencia inquietos, penetrantes, poderosos– de a poco se van convirtiendo en otras cosas, mucho […]
Buena parte de la maestría del cine del rumano Cristi Puiu, el director de LA NOCHE DEL SR. LAZARESCU, está en el poder de observación de los detalles y en la manera en la que, al filmarlos de manera continua –planos secuencia inquietos, penetrantes, poderosos– de a poco se van convirtiendo en otras cosas, mucho más misteriosos e inquietantes. Con el tiempo real como un factor de nuevo clave, SIERANEVADA es una película de planos largos y no necesariamente lujosos pero siempre ajustados desde lo narrativo y lo observacional, pensados por alguien que parece tener muy claro sus concepción de la puesta en escena.
La película cuenta una historia que se ha visto en más de una ocasión, pero pocas veces de esta manera y con esta duración (casi tres horas). El filme comienza de una manera curiosa y simpática: tras unos desencuentros callejeros vemos a una pareja teniendo una discusión sobre fábulas clásicas y sus respectivas películas de Disney en función de unas compras que el padre le hizo a su hija para un acto escolar. Luego sabremos que ambos van a una reunión familiar en homenaje al padre de una extendida familia, quien ha muerto 40 días atrás. La reunión, entonces, con sus distintos personajes –más excéntricos, raros y problemáticos– será el centro de la película y la casa su escenario principal. Hasta ahí, nada fuera de lo común. Pero esto no es una película de Hollywood, así que nada funciona formalmente por los carriles convencionales.
De entrada, más allá de esta pareja, nos cuesta hacer pie en el relato. No sabemos quién es quién y las cosas no se clarifican por un buen rato, por lo cual lo que vemos parece ser una reunión de parientes que hablan de política y los temas del día, como si estuviéramos presenciando un velorio de desconocidos. Pero de a poco las rarezas, peculiaridades y conexiones empiezan a saltar, y en un tono que da lugar a muchos momentos graciosos, el telón familiar empieza a caer, desde lo personal e íntimo hasta lo sociopolítico, todo en un ámbito donde las principales discusiones parecen pasar por… la comida.
Puiu filma casi todo en una casa pero sus largos y tambaleantes planos secuencia le dan al filme la sensación de estar siguiendo en vivo con una cámara lo que pasa en una suerte de reality show familiar. Más aún cuando los clásicos secretos familiares empiezan a aparecer y a enrarecer el ya de por sí extraño ambiente. El protagonista principal es Lary, hijo del fallecido Emil, y a partir de él giran los demás personajes: su esposa Sandra, la viuda del fallecido, sus hermanas y otros que irán apareciendo en la casa, incluyendo curas, otros parientes y hasta desconocidos.
De a poco un nudo más o menos central de dramas del pasado se hacen presentes armando un hilo narrativo más clásico y fácil de seguir, pero la maestría en el manejo de las situaciones de Puiu no se pierde en ningún momento. De principio a fin entiende que su manera de observar a esos personajes es dejándolos hacer, hablar, comer, encontrarse y desencontrarse. Todo lo que puede surgir en una especie de velorio hasta, claro, los previsibles griteríos, reproches y reclamos.
SIERANEVADA –el título es un tanto inexplicable– pone el eje en las relaciones familiares, en las infidelidades y traiciones internas, pero nunca deja de lado el contexto político. Acá los personajes hablan del atentado a Charlie Hebdo, hay discusiones sobre el pasado comunista de Rumania y su conflictivo presente, pasando por teorías conspirativas ligadas al 11 de septiembre. Así, mientras la cámara de Puiu circula, busca, pierde y encuentra de nuevo a sus personajes e historias –filmándolos por momentos desde lugares muy poco convencionales–, este drama familiar va mostrando todas las facetas en las que se mueven sus personajes: personas con problemas propios y específicos pero que forman parte inequívoca del mismo mundo en el que vivimos todos.
Diego: Leo siempre tus críticas y me encanta cuando coincidimos en algún gusto. Vi el otro día Sieranevada, que me gustó mucho. No se si ya es medio tarde para esta reflexión (SPOILER ALERT) pero no te pareció notorio que había una recurrente historia de infidelidades de casi todas las parejas de la familia y, además, estas infidelidades eran conocidas por los cornudos y eran padecidas en mayor o menor medida y en formas diferentes. Madre, Hermana, Tía y el propio Lary Todos los cornudos lidiando con esa información en forma diferente. Siento que ese «silencio» o «me la banco» remite a algo más que no puedo saber qué es. Y otra cosa, fuera de la casa (esto es, en el auto) se siente un clima de incomodidad, y de peligro. En la escena inicial el auto molesta el tránsito de una camioneta y hay una mini-tensión. Y esto mismo sucede cuando la mujer lo llama por estar mal estacionada (y ahi la tensión ya no es mini). En la casa él no deja de reirse, aun cuando hay un despelote espantoso. Quizas sea solo historia de la peli pero siento que representan algo más.. Abrazo !