
TV: crítica de «The Leftovers» (Temporada 3)
Culminó la serie de Damon Lindelof y Tom Perrotta que sobrevivió tres temporadas con muy buenas críticas pero poco rating en HBO. Lo que comenzó como un drama grave y doloroso se fue transformando en una curiosa serie fantástica para reencontrarse, sobre el final, con sus orígenes.
THE LEFTOVERS fue una serie extraña. “Maddening” (enloquecedora), como gustan decir los norteamericanos. Esa “locura” de la serie no siempre le jugó a favor, pero lo cierto es que la volvió un producto único, extraño, imprevisible. No sólo entre episodios, sino entre escena y escena. Daba la impresión a lo largo de sus últimas temporadas que los guionistas, musicalizadores, editores y directores ponían en escena todas las escenas que se les cruzaban por la cabeza y veían cuáles prendían. Algunas funcionaban. Otras, no. Y las demás, ¿quién sabe?
La serie basada originalmente en la novela de Tom Perrotta sufrió una de esas transformaciones más forzadas por motivos económicos e industriales que necesariamente creativos. Presentada como una serie sobre las consecuencias de la repentina desaparición del dos por ciento de la población mundial, tuvo una primera temporada grave, seria, oscura, sombría y hasta dolorosa. Pero la gente no la siguió. Los números mandan y Damon Lindelof (LOST) reconfiguró la serie como algo más bizarro en cuanto a tono y estilo, abrevando en sus complejas pero a la vez “alegóricas” decisiones narrativas que funcionaron, al menos durante varias temporadas, en LOST. Y la serie se volvió, de una temporada a la otra, en un producto distinto.
Comercialmente siguió sin funcionar del todo bien por lo que las partes decidieron hacer tres temporadas y terminarla, asegurándose también evitarse los problemas de la deriva narrativa eterna de LOST. Sin embargo, los temas de la serie (la muerte, el más allá, el duelo, los misterios insondables del universo) son bastante similares, por los que en sus dos ultimas temporadas THE LEFTOVERS pareció convertirse en un mix entre ambas. Menos gravedad, más desventuras y comportamientos extraños, todo metido en un sistema narrativo que disfraza y atenúa el conflicto central de la serie. Para usar una comparación se me ocurre pensar en los guiones de Charlie Kaufman, quien utiliza dispositivos igualmente intrincados para llegar a verdades simples pero profundas sobre los seres humanos.
Pero Lindelof funciona en un nivel alegórico muchísimo más alto que el de Kaufman y si bien ambos comparten el placer por las trampas y vueltas bizarras, éste lo hace de una forma mucho más grandilocuente. En THE LEFTOVERS no sólo importaban los seres humanos, sus relaciones y la manera en la que lidiaban con sus respectivos dolores, sino la existencia de Dios, del Más Allá y conceptos similares. De algún modo terminó convirtiéndose, casi sin quererlo, en unas especie de show cristiano, religioso, aún yendo en contra de algunos de los conceptos fundantes de esa religión.
En su última temporada hubo peregrinaciones por el desierto, personas que literalmente decían ser Dios, profecías de diluvios universales, un protagonista convertido en Mesías (real o falso) y una serie de giros sobre giros en la narración que dejaban desmarcado al más ingenioso. Si a eso se le suma una musicalización que se pretende audaz y por momentos hasta irónica cuando en realidad es fuertemente simbólica –y, convengamos, lo de musicalizar contra las imágenes dejó de ser original en los 90–, la serie se fue volviendo un cambalache, un vale todo, en el que a una gran escena le seguía un enorme WTF. Solo pensar en el delirio narrativo pero fuertemente alegórico del episodio 7 (que, como uno similar de la anterior temporada, se mete dentro de la cabeza del protagonista mientras está muerto) me trae dolor de cabeza. De hecho, me hace sentir que se estuvieron burlando de mí durante una hora.
Quiero ser claro: no estoy en contra de la originalidad o los delirios narrativos en una serie. Al contrario, suelo festejarlos. Pero cuando uno ve al mismo tiempo episodios de TWIN PEAKS y de THE LEFTOVERS se da cuenta la diferencia entre una verdadera lógica del sueño -la imprevisible e inexpugnable de David Lynch– y una que solo toma esas figuras pero las subraya con marcador amarillo para que todo espectador sepa bien qué significan. Pueden tener el aspecto de “dream logic”, pero los guionistas ya hicieron el trabajo del psicólogo: las escenas vienen con interpretación al pie mientras que en el mundo de Lynch hace falta un dream team de terapeutas para entender qué pasa por la cabeza de este hombre. No es el gesto formal de la lógica del sueño sino su verdadera manifestación.
Cuando estaba a punto de desmerecer toda la temporada, casi las últimas dos temporadas, los creadores se despacharon con un último episodio excelente, unos que dejó bastante de lado la bizarreada per se de los dos anteriores (el del viaje en barco y el regreso del asesino profesional) y se centró de lleno en la verdad emocional de los dos principales protagonistas, Kevin Garvey y Nora Durst. Si bien el episodio tiene su cuota de artilugios, son apenas juegos de guión para llegar al corazón de la relación entre ellos y la de ella (la extraordinaria Carrie Coon, el corazón palpitante de la serie) con la familia que perdió aquella vez. Y gracias a una gran actuación de ambos y a escenas simples y directas (conversaciones, confesiones, miradas, llantos, temores y temblores), THE LEFTOVERS volvió un poco a sus orígenes, a enfrentar de lleno el dolor del amor perdido, la muerte de los seres queridos, dejando un poco al costado los misterios del universo (o bien admitiendo un poco su carácter de fábula) y yendo al corazón del asunto: un hombre, una mujer, ambos enfrentados a sus verdades y desgarros más íntimos y personales.
Ese final me reconcilió un poco con la serie, le devolvió la emoción que para mí había perdido en medio de sus canchereadas estilísticas, bajó varios escalones su nivel y pretensión alegórica y volvió a centrarse en lo importante de la historia, como un hombre, una mujer, una familia, una comunidad, supera un trauma como el de la misteriosa desaparición de sus seres queridos. Volvió un poco a ser la serie de la primera temporada, esa que se abandonó por falta de audiencia. Seguramente la mía no es la opinión más popular al respecto (gran parte de la crítica estadounidense celebra mucho más las temporadas dos y tres), pero sigo creyendo que la serie perdió el rumbo durante buena parte de ese tiempo y lo encontró justo sobre el final, entregando uno de los cierres más bellos (alegóricos y simbólicos a más no poder, pero bello y emocionante de todos modos) de los últimos tiempos.
Totalmente de acuerdo con tu crítica. Esta temporada muy despareja, el capítulo final hace olvidar el resto. Hermoso final que la serie merecía. Mención aparte para Carrie Coon, una actriz en estado de gracia, en un elenco con muchísimos puntos altos
Excelente critica, y de acuerdo con todo lo que acá relatas, después de una gran primera temporada, la 2 y la 3 se descarilaron un poco, incluso en un momento dude si terminar la tres. Pero el capitulo final justifico seguirla viendo,es muy bueno, me gusto mucho! Y si bien el dialogo final entre Nora y Kevin es hermoso, bien actuado y conmovedor, aparte de que con una claridad y una simpleza que lo cierra todo a la perfección, acá la que se lleva todos los premios es la gran Carrie Coon,
Creo que es una serie que si uno intenta estar todo el tiempo «entendiéndola» va a perder mucho del disfrute. También, me parece, aunque por momentos parezca muy compleja, rebuscada y pretenciosa la serie y la trama en sí en realidad son bastante simples. En reiteradas ocasiones se presentan situaciones en las que nosotros como expectadores elaboramos miles de teorías metafísicas que se terminan resolviendo de la manera más obvia y simple, siendo esto algo bueno a mi entender.
Corriendo de lado el hilo de la historia, me parece brillante todo lo que lo rodea. Desde el soundtrack hasta algunas, varias actuaciones.
En fin, desde mi opinión es una serie cautivante que al verla te hace pasar desde la más profunda angustia hasta un grado alto de liberación, pasando, en el medio, por total desconcierto.
Claramente no vi todas, pero creo que puede estar en el top 5 de este milenio.
Off topic/P. S: estoy reviendo Twin Peaks para poder ver la tercera temporada y me encuentro totalmente decepcionado. Recomiendo no volver a verla si la primera vez les gustó (?).
A mi me gusto las tres temporadas no me hizo llorar pero si medio miedo alguna cosa.
Una de la series que no sabes que va a pasar en el futuro.
AMO The Leftovers. Te leía y lo escuchaba a mi esposo, quien me abandonaba a mi suerte con Kevin y estos locos cada domingo a las 22hs jaja. Me gustaron todas las temporadas y ese final. Justo.
La mejor serie de los últimos años sin ningún tipo de dudas para mí!!!! En esta, estoy casi un 100% contra tu análisis estimado Diego. Creo que es una serie que se basa en sentimientos y en SENTIR la serie en sí misma. Deja muchas, muchísimas cosas sin responder, pero de eso se trata esta serie, no?? de un mundo con cosas sin resolver, donde hay partidas de seres queridos con los que tendríamos que haber resuelto cosas que nunca podrán resolverse (en la mayoría de los casos).
Creo que el juego que hace con la religión o la NO religión es perfecto! Creo que identifica el escenario de como nos sentimos muchos seres humanos con respecto al dolor de las partidas de nuestros seres queridos, un remolino de emociones que esta serie lleva todavía más allá. Y que hablar de la música… Es totalmente un personaje más! tanto la banda original como los temas elegidos para varios capítulos son sencillamente espectaculares por eficiencia y eficacia… Imposible olvidar algunas escenas gracias a su música… Where is my mind, personal jesus, take on me, enter sandman o la interpretación de Justin cantando Homeward bound… Y el capítulo final es sencillamente perfecto… Y los aspectos técnicos de la serie varían entre un 10 y un 11!!!! fotografía, arte, vestuario, maquillaje, locaciones, etc… Y las actuaciones y dirección no escapan de mi puntaje a los rubros técnicos. Saludos y nos encontramos en otras series!
Y me olvidaba de el final del anteúltimo capítulo donde suena majestuosamente «god only knows» de The Beach Boys!
Muchas cosas no concuerdo. Vi buscas info en Internet, Tom Perrota firmo solo bajo la condicion de estar involucrado en el proyecto y que la historia se ajustaba bastante al libro. en la segunda temporada eso se dejo de lado y Lindelof hizo la serie tal cual como la tenia planeada, incluyendo solo 8 capitulos por temporada y planificando cada capitulo de forma precisa. HBO queria mas capitulos pero Lindelof no permitio alargarla. Si bien no funciono a nivel rating ni premios, la serie se convirtio en culto desde la 2 temporada. Yo, particularmente, la vi en su estreno y no pude pasar del 3 episodio. otro intento mas y vi toda la temporada 1 pero ni me moleste en ver las siguiente. Luego de finalizada vi los comentarios positivos y volvi a engancharme. Magnifica, hermosa, musicalmente perfecta, magistralmente filmada, guión increíble y las actuaciones mejor ni hablamos… Carrie Coon da catedra y Christopher Ecclecson, dios, denle mas papeles en el cine a este hombre!
El capitulo final es uno de los mas bellos vistos en la TV.
Casi una año despues y aun la recuerdo.
No estoy nada de acuerdo con tu critica.
Y como yo mucha gente. Si no has podido apreciar en ella la enorme grandeza que otros hemos apreciado creo que quizas no es que la serie sea mala; es que no la has entendido/sentido en toda su dimension.
Creo que en la ultima frase esta una de las claves de la serie, es imposible entenderlo si no la has sentido…
Muy pocas series han llegado a ese nivel, pero como bien se ha dicho no es para todo el mundo, y depende tambien del momento vital en que se encuentre el expectador.
Big fish de Tim Burton es un buen ejemplo de esto ultimo.
A 3 años de su finalización, pandemia mediante, me vi las 3 temporadas de un tirón. Es una serie extraña, dijo un tipo llamado Obviedad. Coincido en casi todo lo que escribiste en su momento, Diego. No vi Lost pero si Watchmen, que claramente es mas ordenada y precisa que ésta. Lindelof hace en tv (no en cine, es un mal guionista de largos) siempre lo mismo: plantea rompecabezas y demora en ofrecer sus instrucciones. Pero Watchmen se ajustó y concretó un producto inobjetable: acá es mas emotivo y ciertamente underground (la palabra bizarro la usaste vos y yo no soy de repetir); pero el capítulo final es hermoso y merece la recomendación por entero de la serie. Verla de corrido (en 3 semanas, maso) exige mejores explicaciones.