Cannes 2019: crítica de «Tlamess», de Ala Eddine Slim (Quincena de Realizadores)

Cannes 2019: crítica de «Tlamess», de Ala Eddine Slim (Quincena de Realizadores)

por - cine, Críticas, Festivales
20 May, 2019 03:29 | Sin comentarios

Dividida en dos partes, esta película tunecina cuenta, casi sin diálogos, dos historias de seres solitarios: un desertor del ejército y una mujer embarazada. Un drama personal que toma extraños, sugerentes e inesperados caminos sobre el final.

Esta película del director tunecino de THE LAST OF US es una de las apuestas más radicales y extrañas de la sección. Es un film de dos horas claramente dividido en dos partes que prácticamente no tiene diálogos y que cuenta, en principio, la historia de un soldado al que le dan permiso para ir a visitar unos días a su familia tras la muerte de su madre y que jamás vuelve al campamento militar. Lo que hace es escapar, huir, esconderse, caminar y correr y seguir caminando. La primera mitad de la película se centra en su fuga silenciosa y en los intentos de los militares por encontrarlo y atraparlo.

Luego de una serie de hechos que conviene no revelar, empieza otra historia que parece suceder un tiempo después que la anterior y no tener nada que ver. Es silenciosa, también, porque durante un buen tiempo se centra en una mujer de buen pasar económico que vive en una lujosa casa en el bosque y que se queda sola cuando su marido empresario se va de viaje. Está embarazada pero no parece demasiado feliz ni con el embarazo ni con su pareja ni con su vida. Una tarde sale al bosque a caminar y recorrer los bellos escenarios y, bueno, solo diremos que allí ambas historias se conectan.

Pero no lo hacen de un modo habitual sino, digamos, en un estilo casi sobrenatural que recuerda a ciertas películas de Apichatpong Weerasethakul o Joao Pedro Rodrigues. Esa conexión místico/espiritual entre los personajes y el mundo será el eje de una película que de allí en adelante ofrece más sorpresas pero de otro orden, más cercano a lo sagrado, místico y religioso.

TLAMESS se vuelve a partir de allí una especie de metáfora bíblica por momentos excesiva en su costado alegórico (y quizás en su duración) pero siempre inquietante en lo que respecta a su universo, que va pasando del realismo seco de su primera parte a algo que está entre el realismo mágico y el más puro delirio. Una película extraña, que desacomoda e intriga a la vez.