El cine político de Robert Rodríguez

El cine político de Robert Rodríguez

por - Críticas
24 Nov, 2010 01:28 | comentarios

Si bien, a lo largo de sus películas, ha dado muestras claras de su interés por temas ligados a la inmigración mexicana a los Estados Unidos, el poder de las corporaciones y el «capitalismo salvaje» en ese país, nadie piensa demasiado en Robert Rodríguez como un cineasta político. Sus películas para chicos (la serie «Mini-espías»), […]

Si bien, a lo largo de sus películas, ha dado muestras claras de su interés por temas ligados a la inmigración mexicana a los Estados Unidos, el poder de las corporaciones y el «capitalismo salvaje» en ese país, nadie piensa demasiado en Robert Rodríguez como un cineasta político. Sus películas para chicos (la serie «Mini-espías»), sus filmes de acción, suspenso y aventuras Clase B, lo ubican más cerca de ser un émulo medio latino de Quentin Tarantino (su gran amigo) que en las compañías de los Costa-Gavras y Dardennes del mundo.

Sin embargo, «Machete», más allá de sus bizarreadas de todo tipo (desde Lindsay Lohan vestida de monja, hasta descuartizamientos masivos y así), es una película esencialmente política donde el personaje del título (Danny Trejo), casi sin quererlo, pasa a ser (junto a esa especie de «Ché» femenino que encarna Michelle Rodríguez) una suerte de héroe de la causa de los inmigrantes mexicanos, legales o no.

La dureza con la que trata al mundillo de la política texana (representada en el senador que encarna Robert De Niro y sus secuaces) y la posición «intermedia» que debe asumir la agente del FBI (Jessica Alba) dejan de manifiesto de una manera durísima y que le trajo bastantes problemas en su estreno norteamericano qué es lo que Rodríguez piensa al respecto.

Si bien el filme en su espíritu revulsivo dispara dardos a todas partes, hay otro elemento clave que lo hace destacable y que confirma un cambio de rumbo que hace tiempo se nota en el director de «Desperado»: el rol de las mujeres. Rodríguez siempre las ha filmado de una forma bella y decorativa, propia de las tradiciones genéricas con las que trabaja, pero cada vez más (y este filme es radical al respecto) las ubica en posiciones de poder, de fuerza, de ser ellas quienes controlan, o pueden controlar la situación y ser líderes en situaciones de enfrentamiento.

Da la impresión de que cualquiera que elige a Michelle Rodríguez en un rol protagónico (ver «Avatar» y toda la carrera de James Cameron) está casi anunciando su feminismo con una gigantografía. Y es cierto. Pero a la vez RR no abandona el costado sexy y hasta erótico de sus personajes femeninos, lo cual puede generar alguna confusión.

No hay confusión alguna. El rescate del cine de explotación de los ’70 que hacen tanto RR como QT dejan en claro que esas películas (ver la carrera de Pam Grier) se caracterizaron por un feminismo trash y que el «mexplotation» de Rodríguez, como el «blaxplotation» de entonces, logran hacer que fuerza, independencia y sexualidad no sean vistas como contradictorias.

Las chicas de «Machete» son bellas, sexies, voluptuosas, pero también te ametrallan el rancho si se les canta…