Los extraños Premios Sur de la Academia Argentina
“El hombre de al lado”, de Mariano Cohn y Gastón Duprat, fue la gran ganadora de la quinta entrega de los Premios Sur que otorga la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de la Argentina. El filme se llevó seis galardones de los nueve a los que estaba nominado, incluyendo mejor película, director, música […]
“El hombre de al lado”, de Mariano Cohn y Gastón Duprat, fue la gran ganadora de la quinta entrega de los Premios Sur que otorga la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de la Argentina. El filme se llevó seis galardones de los nueve a los que estaba nominado, incluyendo mejor película, director, música (Sergio Pángaro), guión original (Andrés Duprat) y dos premios para Daniel Aráoz, como mejor actor protagónico y actor revelación.
La otra gran triunfadora –prácticamente se dividieron casi todos los premios entre estas dos películas- fue “El mural”. El filme de Héctor Olivera ganó los cinco rubros en los que estaba nominado, ligados a la factura técnico/artística: mejor fotografía (Felix “Chango” Monti), vestuario (Graciela Galán) , maquillaje (Beatuska Stanislaw), dirección de arte (Emilio Basaldúa) y montaje (Marcela Sáenz).
Saliendo un poco de esa dupla, otros importantes ganadores fueron Erica Rivas, como mejor actriz, por su rol en “Por tu culpa”, de Anahí Berneri; Martín Slipak, mejor actor de reparto por su labor en “Sin retorno”, de Miguel Cohan, y el propio Cohan, que ganó el premio a la mejor opera prima.
También triunfó Julieta Zylberberg como mejor actriz revelación por su papel en “La mirada invisible”, de Diego Lerman; Claudia Fontan como mejor actriz de reparto por “Igualita a mí”, de Diego Kaplan, y Roberto “El Negro” Fontanarrosa y Rodrigo Grande por el guión adaptado de “Cuestión de principios”, que dirigió Grande.
La gran sorpresa de la noche fue que la misma Academia que postuló a “Carancho”, de Pablo Trapero, como candidata al Oscar y que le otorgó once nominaciones a estos Premios Sur, decidió ignorarla por completo a la hora de los galardones. El filme protagonizado por Ricardo Darín y Martina Gusmán, la segunda película argentina más taquillera del año en la Argentina, se fue sin ninguna estatuilla. Algo insólito, especialmente si se tiene en cuenta que fueron los mismos votantes los que la seleccionaron para el Oscar apenas dos meses atrás.
Otra gran perdedora –como “Carancho”, se fue sin ningún premio- fue “Dos hermanos”, la película de Daniel Burman que tenía nueve nominaciones y que también es una de las más exitosas del año. Los votantes de la Academia decidieron ignorarla en todos y cada uno de los rubros en los que estaba nominada.
Otros ganadores fueron José Luis Díaz (mejor sonido, por “Igualita a mí), “Un fueguito: la historia de César Milstein”, de Ana Fraile (mejor documental) y “La cinta blanca”, de Michael Haneke (mejor película extranjera).
La ceremonia arrancó a las 20 en el Gaumont – Espacio INCAA Km. 0 y contó con la presencia de muchísimas figuras, entre las que se contaban Leonardo Sbaraglia, Graciela Borges, Pablo Echarri, Carla Peterson, Sabrina Garciarena y muchos más. Lo mejor estuvo al principio, en una mitad escrita y mitad improvisada apertura por parte de Daniel Rabinovich y Marcos Mundstock, dos miembros de Les Luthiers.
Conducida con ritmo y velocidad (el inicio se retrasó bastante) por Ronnie Arias, la ceremonia de los Premios Sur llegó a su término poco después de las 23, dejando una sensación entre curiosa y extraña. La Academia de Cine (su centenar de miembros, de los cuales no todos ejercen su derecho a voto) parece manejar un criterio bastante propio y algo peculiar, que no parece responder ni a éxitos de taquilla ni a premios en festivales ni a sus propios votos previos. ¿Cuál es ese criterio? Ese es el misterio.
Para mi no es tan extraño que los mismos votantes elijan dos peliculas diferentes, porque los objetivos son diferentes, votar a la pelicula que nos represente en los Oscar no necesariamente significa votar la mejor pelicual Argentina, es elejir la mejor pelicula que nos represente ante las miradas anglosajonas de la industria del norte.