Diario de París: la noche de Roman Polanski
El viaje a París no fue sencillo: larguísimas colas en Ezeiza para cada cosa (para el chequeo de metales estuvieron una hora, había sólo dos máquinas funcionando), una hora de retraso en la salida del vuelo y luego, al llegar a París, larguísima demora en «estacionar» el avión, un doble control de pasaportes (ahí había […]
El viaje a París no fue sencillo: larguísimas colas en Ezeiza para cada cosa (para el chequeo de metales estuvieron una hora, había sólo dos máquinas funcionando), una hora de retraso en la salida del vuelo y luego, al llegar a París, larguísima demora en «estacionar» el avión, un doble control de pasaportes (ahí había también sólo dos personas atendiendo a cientos, no es sólo problema nuestro) y un eterno post hicieron que un viaje de 15 horas (12 de vuelo y otras tres) terminaran siendo más de 18. El fastidio por el agotamiento, y por perderme un almuerzo que ya había arreglado, se disolvieron rápidamente al pisar la calle y encarar para el hotel. La ciudad (caminé de L’Opera al Hotel du Louvre, unas diez cuadras), la temperatura fresca y agradable y después el hotel, me devolvieron, como dicen, «el alma al cuerpo» y me hicieron abandonar la sensación esa que me agarra cada vez que emprendo un viaje medio agotador: «¿Quién me manda?»
El hotel es un clásico parisino, conserva su parte antigua junto a otras modernizadas, y tiene más personalidad que los de las grandes cadenas. Mi cuarto, encima, está justo sobre la esquina de L’Opera y la Rue Rivoli y la vista desde mi ventana da tanto al Louvre (foto), como a ambas calles típicas de París. Como ya conté, mi tarea ayer consistía en concurrir a la conferencia de prensa de los directivos de Unifrance (en el Hotel Ritz) y a la entrega de los Lumiere Awards (en el Hotel de Ville). No mucho más, pero al llegar tarde, apenas tuve tiempo de parar en el hotel, ya que quedé en encontrarme con un par de amigos que están por acá y allí fui casi enseguida.
La conferencia de Unifrance se me hizo aburrida porque jamás me puse auriculares para traducción y mi francés no estuvo a la altura de las circunstancias. Eso y mi cansancio me hacían cabecear en medio de la sala. Pero lo importante quedó (de hecho, nos lo dieron en una carpeta con cifras a la salida) y tiene que ver con el rendimiento del cine francés en el mundo. Durante 2010, el cine francés bajó en promedio general en relación al año pasado un 17,9% en total de espectadores: sus filmes fueron vistos por 57,2 millones de espectadores en todo el mundo.
La explicación a ese descenso tuvo que ver con la ausencia de un «tanque» hablado en inglés, como sí tuvieron en 2009 con BUSQUEDA IMPLACABLE (Taken), el filme de Pierre Morel con Liam Neeson que fue un gran éxito internacional, especialmente en los Estados Unidos, donde llevó casi 21 millones de espectadores. Este año, los mayores éxitos internacionales no hablados en francés fueron EL ESCRITOR OCULTO (6,6 millones de espectadores en todo el mundo) y SANGRE Y AMOR EN PARIS (From Paris With Love), el thriller con John Travolta, que llevó similar cantidad de espectadores. Apenas OCEANOS se acercó a esa misma cifra entre las películas francófonas. Las demás, quedaron abajo…
Igualmente, en el balance que hace UNIFRANCE, si se toma solo las películas habladas en francés, se trató de un gran año: se vendieron once por ciento más de entradas y, lo principal, fue el primer año desde 2005 en el que la mayoría de las entradas vendidas en el exterior de películas francesas (el 55%) fueron para ver filmes… hablados en francés. Podría dar muchos más de los números de UNIFRANCE pero estaría todo el día y no sé a cuantas personas les interesan esos detalles. Resumiendo datos que pueden interesar: en los Estados Unidos crecieron un 36% las películas habladas en francés, creció el público en Japón y Rusia, pero cayó en Alemania y China. América Latina sigue igual, con un promedio de 6,3% del mercado total del cine francés, que es de los más bajos del mundo, menos que Europa del Este y que Asia, y apenas superior a Africa y a Oceanía. Igualmente, México sigue siendo el décimo país del mundo en cantidad de espectadores de cine francés, con 2,3 millones. Ganan los EE.UU., lejos, con 13 millones contra 4,6 del que lo sigue, Italia.
Lo que más me llamó la atención del texto es la particular situación argentina en el mercado. En nuestro país se ve bastante cine francés, pero a la vez los estrenos que ellos consideran más importantes, no llegan a la Argentina o llegan tarde. Sí se vieron EL ESCRITOR OCULTO y SANGRE Y AMOR EN PARIS, pero no llegaron LAS EXTRAORDINARIAS AVENTURAS DE ADELE BLANC-SEC, de Luc Besson; EL CONCIERTO, de Radu Mihaeleanu llegará el año próximo y otras películas taquilleras en el mundo como LITTLE NICHOLAS y SARAH’S KEY nunca se vieron. No digo que tengan que estrenarse (puedo sobrevivir sin lo nuevo de Besson, gracias), sólo me llama la atención que no hayan pasado. Bueno, ni siquiera UN PROFETA se estrenó, así que cualquier cosa puede pasar.
Pero si uno mira las cifras de ULTRACINE, la cinematografía francesa fue la cuarta más vista en el país despues de la estadounidense, la argentina y la española, con 242 mil espectadores y 26 estrenos, pero esto es porque no cuentan a la de Polanski como francesa ya que es coproducción también con Alemania y Gran Bretaña. Sumándola, las películas francesas pasarían los 420 mil espectadores, y las más vistas en la Argentina durante 2010 serían (como en casi todo el resto del mundo), THE GHOST WRITER (182 mil, más del 70% del total) y SANGRE Y AMOR EN PARIS (32 mil), UN AFFAIRE D’AMOUR (Mademoiselle Chambon), CENA DE AMIGOS, PARTIR, LAS HIERBAS SALVAJES y EL INMORTAL. Claro que uno podría sumar CARANCHO, que es coproducción, y LA CINTA BLANCA, que también lo es, pero supongo que tendrá que ver con el tamaño del aporte. De hecho, UNIFRANCE suma al filme de Michael Haneke como francés a la hora de hacer números (no creo que al de Trapero…)
Por lo poco que se estrena de cine más o menos comercial francés en la Argentina me resultó llamativo notar que había visto las cinco elegidas como candidatas a mejor película para los premios Lumiere que se daban un poco después, en una noche ya un poco lluviosa y en el impactante Hotel de Ville (no, no es el de la foto, de hecho no es un hotel sino la Municipalidad o Ayuntamiento de la ciudad desde el siglo XIV). Pero luego noté que sólo dos se estrenaron en la Argentina: EL ESCRITOR OCULTO y EL ILUSIONISTA. No creo que CARLOS se estrene, el filme GAINSBOURG (VIE HEROIQUE) se vio en Mar del Plata y no volverá, y DE DIOSES Y HOMBRES sí, se estrenará este año.
Y fueron EL ESCRITOR… y DE DIOSES… las que se llevaron los principales galardones en los premios que da la prensa extranjera de cine radicada en Francia, una suerte de Globos de Oro locales. La sola presencia de Polanski (la gran estrella de una noche con pocas estrellas: se ve que les dicen quienes ganan y los perdedores ni aparecen) era suficiente para convocar a mucha prensa y fotógrafos que lo seguían a cada paso. Ganó como mejor director, coguionista (con Robert Harris) y un premio a la carrera. DE DIOSES… ganó mejor película y Michael Lonsdale ganó mejor actor. La cada vez más francesa Kristin Scott-Thomas –que no estaba– fue mejor actriz por su papel en ELLE S’APPELAIT SARAH, de Gilles Paquet-Brenner.
Otros premios fueron para UN HOMME QUE CRIE, de Mohammad-Saleh Haroun (mejor película francófona no francesa para el jurado de la prensa extranjera) y para la belga ILLEGAL, de Olivier Masset-Depasse (misma categoría, pero en un premio dado por un jurado de festivales francófonos fuera de Francia y que se da a nombre de TV5), en una categoría en la que también estaba la franco canadiense LOS AMORES IMAGINARIOS, de Xavier Dolan, AMER, de los belgas Helena Cattet y Bruno Forzany, y ORLY, de la alemana Angela Shanelec
No muchos sabían que el actor argentino Nahuel Pérez Biscayart estaba nominado como Revelación Masculina por su papel en AU FOND DU BOIS, de Benoit Jacquot. El no estaba presente y no ganó (yo me imaginaba ya teniendo que subir como el único argentino, seguramente, en la sala). Se lo llevó Antonin Chalon, muy aplaudido, por su papel en NO ET MOI, de Zabou Breitman.
Más previsible fue el triunfo de Yahima Torres, la voluptuosa actriz de VENUS NEGRA, el impactante pero controvertido y cuestionado filme de Abdellatif Kechiche que, se ve por la ausencia de otras nominaciones, no tuvo una gran recepción crítica aquí (la de la foto de aquí al lado es una muy cambiada Yahima que en la película luce como la imagen que se ve detrás), mientras que el resto de la ceremonia estuvo dedicada a comentarios sobre la situación en Túnez, la liberación de Jafar Panahi y algunos chistes y comentarios que me pasaron completamente por encima, al igual que muchos de los «famosos» que fotografiaban, a quienes no conocía ni de casualidad y me tenían que explicar quienes eran.
No estaba ni Olivier Assayas ni Mathieu Amalric ni Catherine Deneuve ni otras celebridades que no ganaron. Uno podría pensar que hicieron bien en no venir. Tan centrada estaba la atención en Polanski que daba igual si venían o no. Además de las tres veces que subió a recibir premios, se exhibió un video con fotos de toda su vida (que subiré online en algún momento, pesa muchísimo) y se dió su corto de principios de los ’60, DOS HOMBRES Y UN ARMARIO. El simpático pero evidentemente envejecido corto provocó que Roman volviera a subir al escenario al terminar para «disculparse» porque le pareció malísimo y le daba verguenza mostrarlo. «Tenía 19 años», aclaró para justificar algo que no necesitaba justificación. Más allá de detalles de estilo pasados de moda, sigue siendo un muy ingenioso y original cortometraje.
Fotos, videos, más fotos, más videos, todo pasó por la presencia de Polanski, celebrado en cada discurso de cada ganador que subía al escenario y lo miraba agradeciéndolo lo que sea, y en el final clásico en el que todos suben para sacarse una foto en conjunto cuando daba la sensación, en realidad, de que todos querían sacarse una con él. Finalmente, parece que todo el proceso policial que atravesó el realizador estos últimos años lo transformó en una celebridad mucho mayor que antes: recuerdo haberlo cruzado en otros eventos y festivales y su presencia no causaba la electricidad que causa hoy. Obvio, es una de sus primeras presentaciones en un acto público desde salir de su prisión domiciliaria, y nadie quería perderse la oportunidad de verlo, tocarlo, sacarse una foto con él o al menos sacarle una a él (me incluyo). Tanto le sacaban –tenía un ejército de fotógrafos alrededor– que fue el único de los premiados que no se quedó en el cóctel. Se metió en una puerta de costado y desapareció. El resto de los ganadores comían, bebían y charlaban con completa naturalidad con invitados y periodistas. El… se esfumó.
Hoy será el turno de ver los diez cortos que me quedan (¡más de dos horas y media de programa!) en el hotel y enfrentar este insólito jurado de 20 personas de todo el mundo por el concurso myfrenchfilmfestival.com que comenzó ayer y que a usted, señor lector, desde su casa, le permite ver las películas en forma gratuita y participar por pasajes a París y quien sabe qué cosas más.
No puedo adelantar nada de lo que pienso respecto a lo que vi porque no corresponde. Sólo puedo decir que, a mi gusto, hay una película muy superior a todas las demás, dos o tres bastante buenas, otras tres pasables y unas tres más casi impresentables. Como promedio, no es malo, para nada. Sólo espero que, al tener que lidiar con otras 19 extrañas voluntades, el premio no vaya a terminar en alguna de esas terribles que, temo, pueda llegar a impactar a alguno que otro miembro del jurado que no vio demasiadas películas de… (bue, mejor me callo). Eso sí, además, estoy casi convencido que la que me gustó a mí no necesariamente va a ser del gusto de la mayoría… Mañana, si es que ya se puede anunciar, les contaré quién ganó la batalla. Aunque no sé, tal vez los premios recién se anuncien oficialmente para el final del festival, el 29 de enero.
Veremos. Por lo pronto, les cuento que ese que está en la foto de acá arriba es Pérez-Biscayart, tal como luce en la película francesa de Jacquot que no vi. Nahuel, asegura/n, volverá a filmar aquí en Francia. Parece que se le abrieron las puertas y, ya que hay varios realizadores argentinos radicados aquí o francoargentinos, no estaría mal tener un actor argentino también. No sé porqué pero ya me lo imagino enredado en una película de Gaspar Noé…
Para cerrar, subí a Youtube el video del agradecimiento de Polanski al premio a la carrera. No creo que diga nada especialmente memorable, pero no lo entiendo bien. Si alguno me ayuda con el francés, más que agradecido…
Excelente post multimedia, amigo Lerer, como si hubiésemos estado allí, gran abrazo y que sigan las crónicas parisinas.