El marketing de la nostalgia
Me encanta VOLVER AL FUTURO. Me encanta VOLVER AL FUTURO 2. La 3, no tanto, pero así y todo la considero una gran trilogía, una referencia imprescindible de mi adolescencia, una película (especialmente la primera) que vi incontables veces, que tengo en DVD y que veo -al menos un rato- cada vez que alguien pone […]
Me encanta VOLVER AL FUTURO. Me encanta VOLVER AL FUTURO 2. La 3, no tanto, pero así y todo la considero una gran trilogía, una referencia imprescindible de mi adolescencia, una película (especialmente la primera) que vi incontables veces, que tengo en DVD y que veo -al menos un rato- cada vez que alguien pone el DVD o la pasan por televisión.
Este jueves, VOLVER AL FUTURO se reestrena en los cines a partir del esfuerzo de una persona que tuvo la persistencia de seguir adelante -según dicen- cuando a la distribuidora de la película le pareció, acaso, un mal negocio estrenar la versión en cine (un transfer del digital, aclaremos) en conmemoración del 25ª aniversario. Pero la decisión de seguir adelante tuvo sus frutos: hoy la película llega rodeada de un aliento épico y de una oleada de nostalgia que ha dado a largas notas y análisis como las que están en la tapa del Suplemento Radar de Página/12 del pasado domingo.
Sinceramente, todo este asunto me supera.
No me malentiendan, me encanta la película, la adoro y se que hay gente -me lo han dicho cuando comenté mis dudas respecto a este reestreno- que nunca la ha visto en pantalla grande. Pero, seamos sinceros, tampoco muchos vieron EL CIUDADANO, APOCALIPSIS NOW o MAS CORAZON QUE ODIO en pantalla grande (y no estoy citando rarezas, sino clásicos canónicos), películas que tienen un peso cinematográfico un poco más grande y por las que no muchos parecen rasgarse las vestiduras.
Lo que me molesta no es el estreno en sí y me parece encomiable el esfuerzo. Lo que me irrita es el marketing de la nostalgia, la cultura obsesiva de intentar recuperar la perdida adolescencia (¿inocencia?) cinematográfica como si esa fuera una cualidad de algún modo recuperable. La idea de ir a ver VOLVER AL FUTURO al cine se me hace un gesto y, como gesto en sí, bastante banal.
El asunto no se reduce al cine. A los que pasamos los 30, el mercado de la nostalgia nos espera con los brazos abiertos. Se supone que algunos de nosotros tenemos algo más de dinero disponible que a los 18/25 y se nos intenta volver a vender la experiencia de lo que fuimos. Reestrenos de películas, reversiones y remakes de clásicos, adaptaciones de series y comics de la época en la que éramos niños, discos clásicos reeditados con sobrantes de aquí y allá, giras enormes de bandas enormes con shows enormes haciendo las mismas canciones que hacían hace 25 años. No hay nada de original en nuestro incesante rescate del pasado: estamos siendo llevados de las narices hacia allá y lo hacemos a gusto.
VOLVER AL FUTURO es sólo un ejemplo y, por la forma en la que fue rescatada, acaso no sea el más molesto, si bien lo armó la misma gente que intentó hacer algo parecido a un Festival Retro el año pasado y terminó cancelándolo. ¿Hasta cuando se puede vivir diciendo que STAR WARS fue lo mejor que le pasó al cine en los últimos 35 años? ¿Cuánto tiempo vamos a seguir dando vueltas alrededor de E.T., de los GREMLINS, de El lado oscuro de la luna, de aquella golosina, del Capitán Piluso, de aquella marca de gaseosa, de tal o cual programa de radio o televisión?
No trato aquí de ser desconsiderado ni de faltarle el respeto a la historia del cine, la televisión o la música, pero me irrita seguir masticando eternamente el mismo chicle cuando hay cientos de otros que podríamos estar disfrutando. Y que eso se venda y se considere algo loable y maravilloso. Si el retro fue cool durante algún tiempo ya es hoy un elemento clave de marketing, una posibilidad de poner señaladores en ese libro enorme e inmanejable que es la cultura popular.
Seré más específico: no intento con esto discutir lo clásico (escucho a Bob Dylan casi todos los días) sino la idea de celebrar cada hecho del pasado (mayor o menor, no importa, cada uno tiene su librito) como algo maravilloso. Me parece una cuestión, como dirían por ahí, «para charlarlo en terapia».
Los que vimos VOLVER AL FUTURO en su estreno andamos por los 35/45, más o menos. Y si bien la temática de la película parece hablar indirectamente de lo que estoy planteando en este post, les puedo asegurar que ir a verla al cine no los volverá más jóvenes, no les hará desaparecer las canas, no necesariamente les producirá epifanías. Tampoco se trata de una película rara, única e irrepetible. Cuando alguien se tomó el trabajo de estrenar LA MADRE Y LA PUTA, de Jean Eustache, más de 30 años después de su estreno original, sí se podía hablar de un hecho de alguna manera histórico. Esto es otra cosa: un producto de consumo revestido de una capa de identificación cultural. Y me llama la atención que no lo vean ni siquiera en Radar, donde hicieron una tapa con este reestreno, dejando para una nota interna la nueva película de Sofía Coppola, por ejemplo.
No me molesta que vean VOLVER AL FUTURO, pero sí me interesa pensar que convivo con una generación que no se quedó repitiendo la formación de San Lorenzo del ’74 o reviviendo los goles de Maradona en el Mundial juvenil del ’79 día tras día. Que no piensa que «ya no se hacen películas como antes». Que no se subió al tren de «no habrá nada como Led Zeppelin» o que saca entradas cada vez que viene a tocar Air Supply y nada más.
Quisiera convivir con una que se atreva a investigar qué pasa con SOMEWHERE, de Sofia Coppola, y que discuta sobre ella, para bien o para mal. Con una que saque entradas para ver cómo suenan algunas bandas nuevas y que no se sumen solamente al Pack Banco Francés de «Serrat en 3 cuotas». Con una que se lance a buscar cosas nuevas aún a riesgo de pegarse la cabeza contra la pared y que no funcione con el cine como si fuera la milanesa con papas fritas obligatoria que hay que comer una vez por semana «porque no hay nada más rico en el mundo» que lo que comimos siempre.
Insisto: no estoy en contra de incorporar la nostalgia y lo clásico en la vida, pero cuando esto se manifiesta como una especie de religión del retro, cuando parece una reunión de Egresados ’85, un grupo de Facebook tipo «que vuelvan los Tamagotchi», me resulta un poco indigesto. Se produce cultura todos los días -original o no tanto, maravillosa o no tanto, diferente o no tanto- y volver a ponerse la misma camisa todos los días porque nos hace sentir «en casa» no sólo me parece perder el tiempo, sino también entrar en un juego comercial de la nostalgia que es mucho más grande de lo que imaginan. Es consumo, no otra cosa.
Si hay un estreno de esta semana, para mí es SOMEWHERE, de Sofía Coppola. De hecho, es una película sobre la necesidad de dejar de dar vueltas en círculos y mirar al futuro y no, necesariamente, «volver» a él.
Muy interesante lo que planteás.
El tema del paraíso perdido. Los años 80 como los nuevos 60. Nunca más vamos a ver el cine con la misma inocencia que en aquellos años.
La pregunta, entonces, es ¿cuál será la Volver al Futuro de los treintañeros del 2025?
Por ahí será EL ORIGEN, o la saga BATMAN. O, quien sabe, JACKASS!!! Lo que es seguro es que EL SEÑOR DE LOS ANILLOS será la STAR WARS!
Diego, en parte coincido con lo que decís, pero te voy a marcar algunas cosas:
Apocalipsis Now tuvo la oportunidad de reestrenarse. De hecho, yo la vi por primera vez en cine, la version Redux. El Ciudadano la dan casi todos los meses en el Malba y celebro cada vez que se da la oportunidad de reestrenar un clásico de Bergman o Kurosawa en pantalla gigante (Malba o Lugones). Si la proyección es en fílmico mucho mejor por supuesto.
Es cierto que vivimos mascando el mismo chicle, rememorando experiencias que nos retrotraen a una epoca mas inocente, en que no pensabamos tanto las obras y las disfrutabamos mas, pero es cierto que, por lo menos a mi me pasa, necesito de estas experiencias para volver a creer en el cine de vez en cuando. Sacando pocas excepciones, los estrenos de este año fueron pésimos. Creo que Volver al Futuro es por lejos lo mejor de la cartelera (lo mas cercano debe ser Enredados). Pero yo pienso que los «criticos» y «cinefilos» buscamos en realidad la experiencia «Ratatouille», revivir aquella sensacion que provoco que nos dediquemos a esto el resto de nuestras vidas. Y por lo menos, nuestra generacion (quizas tenemos 10 años de diferencia, pero hay puntos en comun) quedo muy marcada por los productos Spielberg/Lucas/Zemeckis de los ’80.
Es muy triste, que este tipo de cine «popular» sea tan despreciado por los cineclubes. Acaso por haberse dado tanto en televisión no merecen la oportunidad de ser exhibidas en cine? Tambien coincidamos que aquellos que eligen las peliculas de dichos ciclos, ya eran criticos cuando se estreno en 1985.
Honestamente te digo, no pensaba ver Volver al Futuro porque la tengo muy fresca, y en mi opinion no es una pelicula que cambia demasiado de perspectiva en pantalla chica o grande a comparacion de Star Wars (ya tuvo su reestreno y la primera Episodio IV fue un exito) o Indiana Jones. Pero comparandola con Noches de Encanto, Dorian Gray, Los Viajes de Gulliver e incluso algunas peliculas europeas de inminente estreno y las nacionales del 2011, necesito una sobredosis de buen y puro entretenimiento. Me gustaron Somewhere e Imparable, pero no son lo mismo… No tienen la creatividad que tuvo en su momento aun con su clasismo, la pelicula de Zemeckis. El tema pienso que da para mas. Yo sueño algun dia ver Lawrence de Arabia, El Puente sobre el Rio Kwai o Doctor Shivago en filmico, completa en pantalla gigante, en una sala no multinacional y estoy hecho.
Saludos
Un par de cosas:
-El cine popular no es necesariamente despreciado por los cineclubes. Son las «majors» las que no suelen dar copias de películas mainstream que no son nuevas. No soy especialista en el tema, pero más de uno te podrá decir que es más fácil conseguir un 35mm. de Kurosawa que, digamos, «Jurassic Park» para dar en 35mm. en el Malba, ponele… Y si hay algo de «desprecio» de los cineclubes (no lo llamaría asi), es porque me parece que en cierto sentido el lugar y el espacio de los cineclubes es para películas que no podés ver de otra manera. Adoro VOLVER AL FUTURO, pero la ves en tele, DVD, la bajás, lo que sea. No es tan fácil, ponele, con las primeras películas de Oshima, que es lo que pasará la Lugones la semana que viene. No quiero enfrentar una cosa con la otra, sólo valorar el esfuerzo que hace gente que trae películas nunca vistas y que no tiene tanta «prensa» como tiene un flaco conectadísimo con los cines y las distribuidoras que trae un disco duro de VOLVER AL FUTURO…
-La experiencia RATATOUILLE, creo, es otra cosa. Es encontrar una película que te traiga a la memoria, como la «madeleine» de Proust, un recuerdo de tu propia vida. No de otra película. Es, básicamente, salirse de los parámetros previsibles y descubrir algo donde no lo imaginás. Y, como vos decis, no veo la gran diferencia en ver VOLVER AL FUTURO en cines o en DVD.
-Duda, si me hablás de lo importante que resulta ver VOLVER AL FUTURO en cine y a la vez me comentás a SOMEWHERE e IMPARABLE, me jugaría que las viste en otros formatos porque recién se estrenaron ayer! Entonces, no jodamos!!!
-LAWRENCE DE ARABIA o APOCALIPSIS NOW paga con creces en cine. VOLVER AL FUTURO no es LA DELGADA LINEA ROJA. Es genial, pero no pasa nada si la ves en una pantalla de 32′, digo…
Igual, cerrando, no es tanto el tema VOLVER AL FUTURO lo que me hincha, es más el tema de vivir de la nostalgia lo que me tiene un poco harto. Esta peli es un ejemplo, pero tampoco da para tirarle todos los misiles!
Dos cosas,
Comparto un poco lo que decis que es mas loable poder ver una pelicula que no suele encontrarse en DVD o que no dan todo el tiempo en cable, pero tambien es cierto que hay muchos clasicos que SI la dan todo el tiempo y los cineclubes no dejan de pasar justamente para que los fanaticos las sigan viendo. Pienso que estas peliculas mainstream tambien merecen otra oportunidad para nuevas generaciones.
Segundo, y a modo más personal, aclaro que Somewhere la vi en Mar del Plata en la funcion de apertura e Imparable, Noches de Encanto y Los Viajes de Gulliver en funciones de prensa.
Saludos
Bien ahí, Rodo, zafó del entuerto «la viste en otro formato»
Estoy de acuerdo con casi todo. Y digo casi porque queda entre el fuego cruzado «volver al futuro» que podría decir que la amo. Me regalaron un home muy humilde y los estrenamos con amigos viendo volver al futuro 1, 2 y 3, más los extras, una semana antes del estreno. Ninguno de los que hicimos esta maratón habíamos nacido cuando se estrenaba «volver al futuro».
Me parece que es una película que desde que se estrenó, le gusta a todo el mundo. Y haciendo todas las salvedades que hicieron ustedes y que comparto, nunca es igual la pantalla grande que otra cosa. Entonces celebro que se haya estrenado. Imagino que si dentro de treinta años reestrenan «toy story», la voy a ir a ver. Si los distribuidores dejaran de decidir qué es bueno para la gente y qué no (vivo en un lugar en que estrenan únicamente películas pochocleras) y apostaran un poco más a la inteligencia del espectador, quizás el mismo no tendría que ir a ver «Volver al futuro» como forma de ir al cine a ver algo como la gente, sabiendo de antemano que no lo van a estafar. Si no, volvemos al viejo debate de «Be Stupid» o «necesitamos menos críticos» (¿te acordás, Peacock?)
Como decía, no a la nostalgia marketinera, a la vez, «mañana es mejor», y a la vez, «Volver al futuro» para siempre.
Saludos.
sign me up