La crítica de cine y las redes sociales
Una nota de The Guardian y una serie de comentarios y respuestas que la siguieron (ver aquí) volvieron a abrir un debate repetido que, más allá de ir girando de eje, sigue siendo el mismo desde hace ya bastante tiempo. La pregunta, reformulada ahora, es así: en la era de las redes sociales, ¿siguen teniendo […]
Una nota de The Guardian y una serie de comentarios y respuestas que la siguieron (ver aquí) volvieron a abrir un debate repetido que, más allá de ir girando de eje, sigue siendo el mismo desde hace ya bastante tiempo. La pregunta, reformulada ahora, es así: en la era de las redes sociales, ¿siguen teniendo importancia los críticos profesionales? La pregunta contiene su propia respuesta: teniendo a mano a cientos de seguidores en Twitter o amigos en Facebook, ¿no tiene más sentido para la gente basar sus elecciones a partir de las opiniones de sus pares y no necesariamente de críticos cuyos gustos no necesariamente coinciden con los propios?
Se trata, en principio, de una pregunta con trampa, o de una que ve sólo un lado de la ecuación. Es cierto que la socialización virtual de las opiniones («Everyone’s a critic» es el título de la nota de The Guardian) se acrecienta con la existencia de estas redes, pero lo que ellas hacen no es más que agregar una capa virtual al viejo y conocido «boca a boca», en el que los espectadores comparten las opiniones respecto de un filme y se alientan (o no) a verlo muchas veces desestimando las palabras de los críticos.
De hecho, la nota justifica esa postura dando ejemplos que podrían haber sido similares hace 20 o 30 años al decir que las películas más exitosas (o los libros, o los discos) no son necesariamente los que la crítica elige como los mejores del año. No hay nada nuevo en esto: en los casi 20 años que llevo trabajando siempre fue así. Las redes sociales pueden acelerar o magnificar los resultados de un «boca a boca», pero el hecho y el efecto es el mismo.
Si se lo piensa seriamente, en realidad, el furor de las redes sociales modifica la labor del crítico y la relación entre críticos y público, pero de otra manera. En principio, posibilita la existencia de más críticos. Como se ve a diario a partir de la proliferación de blogs o comentarios en las redes sociales, mucha gente con curiosidad y buena capacidad analítica escribe, comenta y expone sus opiniones en internet.
Esta «democratización» de la crítica de cine es más que bienvenida: genera una mayor cantidad de opiniones, permite un ida y vuelta inédito entre las partes y, si bien uno se topa con algunos que a veces buscan más la confrontación que otra cosa o que poseen discutible capacidad analítica, eso también sucedía en la era pre-internet. Que nadie imagine un mundo de críticos de cine excesivamente serio, profesional y preparado antes de las redes sociales. Al contrario, uno tiene la sensación a partir de esas redes, que afuera de los ámbitos «profesionales» de la crítica hay gente que quiere, sabe y puede tomarse el cine mucho más en serio que algunos que trabajan de eso.
Otro de los aspectos positivos, al menos para mí, de las redes sociales, es lo que yo llamaría la «humanización» de la figura del crítico. En películas como RATATOUILLE, por ejemplo, daba la impresión de que el crítico era una personalidad misteriosa y alejada del mundo de la que poco y nada se sabía y que parecía aplicar sus tajantes conceptos como salidos de una suerte de «más allá», del saber crítico puro. Una especie de portador de las tablas de la ley de la crítica. De hecho, la propia película terminaba dando una vuelta de tuerca a este preconcepto.
Los blogs y las redes sociales sirven también para descubrir que detrás de cada texto escrito sobre una película por un crítico, digamos, profesional, hay una persona, con sus gustos, sus pasiones, sus preferencias, sus fastidios. Si bien este texto puede sonar algo autoreferencial, para mí es una enorme ganancia para el crítico la posibilidad de interactuar, de responder, de prenderse en debates y de sostener sus opiniones (o no) ante lectores con los que antes raramente podía entablar una conversación.
Este ida y vuelta entre críticos y espectadores, o críticos-espectadores, resulta en una enorme ganancia para el crítico, ya que le permite una reacción directa y una comunicación más personal con algunos de sus lectores, lo cual también «humaniza», da una cara, un nombre y apellido, a esa «masa» muchas veces imposible de definir que son «los lectores». Y, calculo, también resulta beneficiosa para el espectador, que consigue personalizar a quien emite esas opiniones, poder darse cuenta si hay o no una real conexión o entendimiento entre ambos, aún desde las diferencias, que antes parecían tajantes e insalvables.
Otro de los temores o cuestiones que parece expresar la nota de The Guardian es la posibilidad de que los críticos, para satisfacer a sus lectores, elijan «seguir la corriente», apoyar lo que la mayoría apoya, tratar de no tener opiniones poco populares, propias y personales que podrían ser muy distintas a las de sus followers. Tampoco veo aquí la diferencia con la era pre-internet: existirán siempre críticos más cercanos a un pensamiento, si se quiere, «medio», y los que también se interesan por formas cinematográficas no necesariamente populares. Cambiar eso sólo para contentar a los followers, como si eso fuera a asegurarle a uno mayor cantidad en una carrera absurda, sería absolutamente imbécil. Lo que marca y destaca a un crítico es su línea de pensamiento y la capacidad de expresarla y/o defenderla, más allá de que su opinión sea o no compartida por la mayoría.
Me da la impresión de que, más allá de que existen algunos «peligros» posibles en relación al avance de las redes sociales (tal vez el peor para mí sea la banalización de los conceptos críticos al tratar de apretarlos en unos pocos caracteres), su existencia es un empuje para la discusión y el debate cinematográfico, genera una experiencia compartida que no sólo se limita al círculo cerrado de los críticos y permite una pluralidad de voces que antes era imposible imaginar. Si eso va a causar la pérdida de trabajos, es imposible saberlo del todo. Es cierto que algunos editores piensan que esta democratización y el uso de las redes sociales tornan innecesaria la crítica cinematográfica tradicional. Pero me parece una mirada muy simplista. Creo que, por el contrario, estas mismas redes son las que hacen circular más esas mismas críticas, las ponen en funcionamiento, dejan de estar «congeladas» en el papel. Si hay un cambio que hacer, llegado el caso, tendrá que ver con las formas y/o formatos. Pero creo que la necesidad de la crítica de cine es más que evidente. Tal vez ya no tanto como palabra concluyente sobre un tema, pero como el disparador de una discusión que abre cada vez más y más puertas.
PD. Ahora, haciendo honor a esta defensa del ida y vuelta, opinen, no sean chantas…
Muy buena nota, y tenes razon. (Mi Blog es clara prueba jaja).
Totalmente de acuerdo con que humaniza a el critico, llegue a «conocer» a muchos de ustedes a traves de Twitter y sus respectivos blogs o paginas y me da una idea mas redonda de la persona, no solo lo que opina de ciertos films.
Una vez en la facultad vino el secretario de redacción de uno de los diarios más antiguos y prestigiosos de BsAs y qué nos dijo a nosotros estudiantes de periodismo? Que cualquiera podía hacer periodismo, que no se necesitaba estudiar, que un médico o un electricista o un ingeniero, cualquiera, podía escribir en un diario. Terrible!
No creo que los críticos profesionales sientan o deban pensar que su trabajo está en peligro. Como muchos otros, voy a seguir leyendo a los críticos y tomando opiniones de otros como yo (no críticos profesionales pero sí aficionados de la crítica) como eso, simples opiniones de otro como yo.
Escribir una reseña en un blog no me hace crítica de cine. Así como tampoco creo que sea periodismo una nota en un diario escrita por un médico o un electricista.
Sí me agrada poder tener estos intercambios con ustedes. Releo algunas de las críticas que archivé de Lerer o Battle y no puedo creer que a veces respondan personalmente los mensajes que dejo acá. Ese fanatismo pavote de estrella de rock/fan. Me gusta.
Muy buen análisis Diego. Estoy de acuerdo en que las redes sociales ayudan al feed-back con la gente, incluso yo pude «conocerte» mucho más al seguirte en TW y leerte en Micropsia, que en tus críticas para Clarin.
Otro aspecto positivo, ya no de las redes sociales sino más que nada de internet, es el aumento considerable de webs o blogs «críticas» de cine. En mi opinión la diversidad jamás representa algo negativo, sino todo lo contrario. Cuantas más opiniones haya -más allá de las «calidades analíticas»- va a favorecer y enriquecer el debate.
Un abrazo!
Creo que el auge de Internet aceleró (por no decir «provocó») la des-sacralización del ejercicio periodístico y, de rebote, de la crítica cinematográfica profesional. Para mí, este fenómeno es más saludable que nocivo, no tanto porque ahora todos podamos ser críticos (como sugiere el artículo de The Guardian) sino porque -como bien señalás- fuera del ámbito “profesional” descubrimos gente que quiere, sabe y se toma el cine más en serio.
En cambio, lo que sí me «preocupa» de la relación entre cine y redes sociales es cierto fenómeno de evangelización que básicamente remite a una nueva estrategia de prensa/difusión/promoción, a mi juicio contraproducente.
Pero éste es otro tema de discusión, ¿no? :)
Saludos.
En realidad nunca tuve muy en claro la labor de un critica,esa cosa de juzgar una pelicula respetando un parametro establecido(por quien???)para al final darle mayor importancia al gusto personal,como simples espectadores.
Lo que si noto y realmente me aborrece es que muchos criticos defenestran una pelicula solo por ser taquillera(por ej los del amante con campanella)
«Necesitamos menos críticos» y «Be stupid» es casi el mismo slogan.
Un crítico que tiene opiniones populares para tener más seguidores, dejame corregirte ahí -según lo que pienso yo-, no es alguien que tiene un pensamiento propio cercano al pensamiento medio. Es un cretino que escribe o dice algo buscando una aceptación que devenga en dinero , en fama, en reconocimiento o fines aún menos nobles.
Yo entiendo a la crítica como parte de la Institución, como parte fundamental de cualquier arte, sea pintura, cine, literatura, música o el que fuere. El crítico es aquél que posee una serie de conocimientos («compentecias», como se le llama en el ambiente universitario), y con eso, siguiendo una línea de pensamiento, que por supuesto no tiene por qué condecirse con la todos los críticos, hace un análisis de una obra artística, o de un hecho artístico en sí. Y creo que en cierto modo, en el caso de algunos críticos, la completa, o mejor dicho, la complementa.
Para ser crítico hay que tener conocimientos de distinta índole. Para ser arista, no.
Hay críticos que confunden su rol y critican una obra con la altura que supondría el hecho -siempre falso- de que no sólo ellos podrían haber hecho la película, sino que además saben qué estuvo mal, lo que los supone mejores. Hay directores de cine que se piensan que cualquier cosa que hagan es una obra de arte. Pero esto es tan verdad como que hay médicos que te atienden como si te estuviesen haciendo un favor (aunque les pagues), que hay kiosqueros que siempre te quieren cagar con el vuelto o que hay jugadores de fútbol con mala intención.
O sea, boludos e hijos de puta hay en todos lados. No en un lugar en particular, ni en una profesión. Mucho menos eso quiere decir que todos sean iguales.
En muchas profesiones (me refiero a las actividades que se realizan por plata) no es necesario estudiar para realizarlas. Una vez un periodista muy reconocido decía que para ser periodista se podía estudiar casi cualquier carrera que te ayude a tener un espíritu crítico de los hechos, que te ayude a razonar, a escribir correctamente. Sin ir más lejos, hace cien años, un cadete de un diario aprendía el métier de a poco, leyendo, mirando, y después se convertía en periodista, así como un músico aprende yeites en una zapada. Eso no quiere decir que conocimientos formales, catedráticos o universitarios no sean necesarios, o no te hagan mejor. Pero de ninguna manera son excluyentes en algunos ámbitos (por supuesto, un médico no puede operar sin saber una cosa o dos)
Por último, internet es una herramienta genial, y a la vez es caldo de cultivo para la reproducción de boludos. Pero tengo la intuición de que estos están en gran número en cualquier lado.
(Nunca quiero escribir cosas largas porque pienso que no tengo demasiado para decir y además nadie las lee. Esta vez no me pude contener)
Eso es todo. La mía, como la de casi cualquiera, es una opinión más.
Pienso que la crítica cinematógrafica debe tomarse en serio. Es cierto que debido a la proliferación de blogs personales ha inducido a personas a generar comentarios inútiles, de igual forma, existen otros, concordando con tu apreciación, quienes AMAN, SUFREN , IDOLATRAN y LLORAN el cine más que un crítico profesional.
Lo que los difiere de los críticos profesionales es que no han estudiado para ello. Por ello, saben lo que quieren decir, pero al expresarlo, fallan.
Yo he manejado mi blog a través de ensayo-error, empecé a escribir siendo cinéfila y me fui dando cuenta que podía escribir de manera más perfeccionista y rigurosa cada vez más.
Algunos que comienzan escribiendo este tipo de diarios personales, terminan como críticos profesionales y otros simplemente les gusta comentar.
La diferencia entre el uno y el otro radicará en el perfeccionismo, talento y actitud que tenga para llegar a ello.
Y sobre si, un crítico debería seguir al resto me parece estúpido. Un crítico profesional es el que tiene las bases suficientes, el carácter impenetrable y la objetividad posible (aunque ésto es humanamente imposible al 100%) para decir esto es bueno por estas y tales razones. Y me vale si están de acuerdo conmigo o no!!!
Abrazos gigantes!!!
el ver peliculas se ha convertido para algunas personas y cada ves con mas fuerza una parte esencial de nuestro descanso yo personalmente prefiero ver una pelicula que estar en las redes sociales y me he encontrado con que no hay nada peor que descargar una película y durar horas haciéndolo o que además de esperar por tanto tiempo tener que ver solo la mitad de la película, existe un sitio donde las películas son de alta calidad y con una gran variedad de genero de películas te lo recomiendo además accede a un acceso ilimitado de películas y nunca mas pagar por una película es una excelente opción mira este link que te lleva al sitio o copia lo y pega lo en tu navegador y veras delo que te estoy hablando http://tinyurl.com/peliculas-cine