Cine argentino en festivales: las variaciones estéticas

Cine argentino en festivales: las variaciones estéticas

por - Críticas
06 Mar, 2011 03:49 | comentarios

En Cartagena se presentaron en competencia ROMPECABEZAS, de Natalia Smirnoff, y POR TU CULPA, de Anahí Berneri. Paralelamente, en el FIC UNAM mexicano se daban EN EL FUTURO, de Mauro Andrizzi e INVERNADERO, de Gonzalo Castro. En Miami, que acaba de comenzar, compiten AGUA Y SAL, de Alejo Taube; SIN RETORNO, de Miguel Cohan y […]

En Cartagena se presentaron en competencia ROMPECABEZAS, de Natalia Smirnoff, y POR TU CULPA, de Anahí Berneri. Paralelamente, en el FIC UNAM mexicano se daban EN EL FUTURO, de Mauro Andrizzi e INVERNADERO, de Gonzalo Castro. En Miami, que acaba de comenzar, compiten AGUA Y SAL, de Alejo Taube; SIN RETORNO, de Miguel Cohan y LA MIRADA INVISIBLE, de Diego Lerman. Y, a la vez, la Semana de la Crítica Fipresci en Buenos Aires presenta DE CARAVANA, de Rosendo Ruiz; el estreno mundial de AL FINAL LA VIDA SIGUE IGUAL, de Raúl Perrone; ANTES DEL ESTRENO, de Santiago Giralt; SOMOS NOSOTROS, de Mariano Blanco, y LOS LABIOS, de Santiago Loza e Iván Fund (o, como me gusta decirles ahora, «Lost and Found»).

Es curioso que en los tres festivales (no cuento el nuestro, que es una muestra), con fuerte presencia latinoamericana en cada caso, se exhiban siete películas argentinas todas diferentes. En realidad, más que curioso, deja en claro cuál es el perfil que busca cada festival. Si el FIC UNAM se pone en el extremo más «artie» (léase, «baficico») de este espectro, Miami parecería, hasta un punto, ocupar el otro, con Cartagena en el medio de los dos.

Y esa divisoria de películas no solo sirve para analizar el perfil de los festivales. Es también una muestra de los parámetros dentro de los que se mueve el cine argentino 2010/2011. Hasta la llegada inminente del BAFICI (y luego los festivales internacionales), estas siete películas y algunas otras (no muchas) más, han sido las que  más circularon por el mundo.

En las programadas por el FIC UNAM se nota una clara intención de buscar en los márgenes, fuera de lo que pasa por el INCAA, con formatos y estéticas muy personales y hasta experimentales. Miami tiene en SIN RETORNO a la película, si se quiere, más del tipo «autor industrial» del grupo, y algo parecido pasa con LA MIRADA INVISIBLE. El caso de AGUA Y SAL es diferente. Cartagena trae dos películas que vienen ya cerrando su «año del canapé» tras debutar en Berlín 2010: imagino que Berneri y Smirnoff deben haber compartido decenas de aviones y hoteles a esta altura. Soy testigo de aquel Berlín y de este Cartagena, por lo menos. Y, si sumamos lo que hicimos con FIPRESCI, habría que ubicar nuestra programación entre el FIC UNAM y el resto: de riesgo, en los márgenes de la industria, pero con algunos títulos con expectativas comerciales. Al BAFICI, cuya programación se anuncia la semana próxima, no lo podemos sumar: su programación de cine nacional es tan grande que, si bien hay una selección, las proporciones no son las mismas.

Si bien ninguna de las películas citadas (ni CARANCHO, de Pablo Trapero, otra de las grandes pelis festivaleras de 2010) se han llenado de premios en sus giras por el mundo, al menos dejan entrever que, entre las más de cien películas que el cine argentino produce al año, hay unas quince o veinte que merecen la atención internacional, y que –principalmente– muestran facetas bastante diversas de lo que se hace en el país.

Del cine de autor más radical al que no lo es tanto, del que busca cierta presencia comercial al que tira todo por la borda, desde formatos narrativos tradicionales a otros completamente novedosos y hasta vanguardistas: no se puede decir que haya un solo cine argentino (obviemos a esta altura hablar de nuevo), sino varios y variados.

Lo que sí siento es que todavía está faltando alguna película que quiebre para el lado, si se quiere, «indie», de la manera que lo hizo EL SECRETO DE SUS OJOS para el lado del cine de autor comercial. Imagino que ninguna tendrá esa repercusión y ni lo espero tampoco. Pero siento que desde LA MUJER SIN CABEZA, de Lucrecia Martel y, en menor medida, HISTORIAS EXTRAORDINARIAS, de Mariano Llinás, y LIVERPOOL, de Lisandro Alonso, las películas argentinas de los últimos dos o tres años, más allá de su calidad o no, no han entrado «en la discusión» de la cinefilia internacional.

Se habla de algunas, se las comenta, algunas gustan más, otras menos, pero ninguna produce un impacto de esos que perduran y rebotan. ¿Tendremos una este año? ¿Saldrá de BAFICI, de Cannes, de Venecia, de algún otro festival?

Veremos. 2011 recién empieza.