Entrevista a Olivier Assayas (versión extendida)

Entrevista a Olivier Assayas (versión extendida)

por - Críticas
12 Jun, 2011 08:31 | comentarios

Por motivos de espacio, como usualmente sucede, la entrevista que le hice en el marco del Festival de Cartagena a Olivier Assayas fue publicada hoy en Clarín con una extensión mucho menor a la original (menor aún en la versión online, a falta de publicación de recuadros). Uno de los motivos por los que cree […]

Por motivos de espacio, como usualmente sucede, la entrevista que le hice en el marco del Festival de Cartagena a Olivier Assayas fue publicada hoy en Clarín con una extensión mucho menor a la original (menor aún en la versión online, a falta de publicación de recuadros). Uno de los motivos por los que cree este blog, tiempo atrás, fue poder dar a conocer esas largas desgrabaciones que uno, inevitablemente, tiene que editar y recortar para publicar en el diario, especialmente las de figuras como Assayas, que seguramente tienen más interés para los cinéfilos lectores de sitios como éste.

Hay algo gracioso en este caso. Asi como Assayas debió reducir a la mitad la extensión de CARLOS para llevarla al cine de la televisión, yo tuve que hacer algo más o menos similar para llevar la entrevista al diario. Así que esta sería «La entrevista al director de CARLOS» en versión… miniserie.

La pueden leer en episodios, si quieren.

Aún antes de su estreno mundial en el Festival de Cannes 2010, la gente ya hablaba de Carlos, el filme de Olivier Assayas centrado en la figura de Illich Ramirez Sánchez, más conocido como Carlos “El Chacal”, un terrorista internacional de origen venezolano que fue célebre en los años ’70 por sus llamativos y espectaculares atentados. Uno de los criminales más buscados de esos tiempos –ahora cumple una sentencia perpetua en Francia-, Carlos fue una figura legendaria y hasta romántica, y la idea de hacer una película sobre él era discutida.

Pero Olivier Assayas decidió aceptar la invitación del Canal Plus francés y se puso al frente de un filme que luego transformó en miniserie de cinco horas y media, versión que presentó en Cannes tras otra sonora controversia. La versión que se estrena en cines (aquí y en todo el mundo) es una más corta, que el propio Assayas reeditó y controló en todos sus aspectos, de 165 minutos.

En el Festival de Cartagena, Colombia, donde era uno de los invitados especiales, Assayas se sentó a solas a conversar con Clarín en uno de esos antiguos y encantadores patios caribeños, repletos de palmeras, que podrían pasar como salidos de alguna escena de la película. Amable y generoso, como siempre, el realizador de “Irma Vep” y “Las horas del verano” se explayó acerca del filme que se estrena el jueves en la Argentina.

¿Cómo llegás a hacer dos versiones de la misma historia?

De entrada quise hacer una versión para cine, pero era obvio que no había forma de convencer a los financistas de estrenar una película de cinco horas y media de duración. Pensamos en hacerla y estrenarla en dos partes, como Che. Pero el canal que la financió quería una sola película, era más fácil para vender. Y terminé aceptando porque necesitábamos la plata, siempre sabiendo que iba a existir una versión larga que iba a ir a festivales, a pasarse por cable, a ir a DVD y que tendría vida propia. Y luego otra, más corta, que en ese momento no tenía idea de cómo iba a hacer.

No la hiciste pensando en esa posible versión…

No, para nada. Filmé todo como una sola película. No había jerarquías entre las escenas ni cuidaba una cosa más que otra. Era una sola película y recién en la sala de montaje nos sentamos a ver cómo hacer la versión más corta. Y me encantó la experiencia, no fue frustrante para nada. Fue un muy buen ejercici ver cómo hacer una película satisfactoria de la mitad de la duración que la otra…

Siempre bajo tu control…

Sí, por supuesto. Pasé más tiempo trabajando en la versión corta que en la larga. En la miniserie todo caía en su lugar naturalmente, lo que quedó fue casi el primer corte. Para la version de cine había que encontrar el balance correcto, el arco, era un ajuste fino que tomó semanas y semanas. Empecé antes de Cannes para mostrar esta versión corta al mercado. Pero no estaba del todo conforme. Después de la gran recepción que tuvo Carlos en el festival me permitieron volver sobre ella y seguir trabajándola.

Esa proyección en Cannes fue uno de los eventos de esa edición del Festival. ¿Te imaginabas que iba a funcionar tan bien?

Desde que le mostré la película a Thierry Frémaux, el director artístico del festival, y él decidió mostrarla en principio en competencia, tuve confianza y la sensación de que funcionaba bien. Suelo estar mucho más asustado con mis películas (risas).

¿Cuánto conocías de Carlos “El Chacal” antes de hacer la película?

Muy poco, lo básico. Leo los diarios, me interesan las noticias y la historia contemporánea. Tenía una noción del mito de Carlos pero no conocía la verdad. Al investigar me di cuenta de que lo que sabía era una fabricación de la prensa y que su historia real era mucho más interesante. Y me sorprendió mucho que nadie hubiera hecho una película sobre él antes. Cuánto más material veía, pensaba, “Dios, es una historia increíble, ¿cómo nadie la filmó?’

Tu cine toca temas políticos sólo tangencialmente. Esta es diferente…

No es una película política, es sobre la política. No se hace mucho cine sobre cómo eso funciona en el mundo real. Muchas películas dan discursos, se expresan a favor de una u otra cosa. Yo no quiero hacer una película para convencer de ciertas ideas a nadie, quiero analizar su funcionamiento, cómo se conecta lo que pasa tras bambalinas con lo que ves. Lo fascinante y complicado era tratar de meter eso en un filme casi de acción. Pero la extensión me permitía meter mucho.

Es, a la vez, una película con mucha acción. ¿Fue muy complicado eso?

“Carlos” tiene más acción que mis películas anteriores como “Boarding Gate” o “Demonlover”. Son armas, tiroteos, granadas y nunca había hecho algo asi antes. Acá son el corazón de la película, y era muy importante para el ritmo del filme que salieran bien. A mí no me gusta ensayar ni hacer storyboarding. Le describía las escenas al cameraman y a los actores, sin marcaciones ni nada. Así que se largaban a seguir la cámara a improvisar sobre lo que sucedía. A veces salía mal y, otras veces, perfecto en la primera toma. Tenía que confiar en el caos. El caos fue mi mejor aliado.

¿Usaste alguna referencia cinematográfica específica?

No realmente. Hay algo de “Scarface” (Assayas no aclara cual de las versiones). Es como una película de entretenimiento pero con un condimento político y que encima en este caso se basa en un hecho real. También “Che”, de Soderbergh, que no es una historia similar, pero si una película de más de cuatro horas sobre una figura mítica de la política, en idioma español y que lidia con temas de estrategia política. Podés ver Che como un ensayo sobre las estrategias de la guerrilla, una exitosa y una fracasada.

¿Cómo llegaste a Edgar Ramírez para hacer el papel?

Fue obvio. Yo no lo conocía y no escribí la película para ningún actor. De hecho, me ponía nervioso pensar que si no conseguíamos una persona que pudiera hacer el papel no se podría hacer la película. Tenía que ser de Venezuela, hablar cuatro lenguajes, tener unos 30-35 años, con carisma, un buena actor, físicamente sólido. Dificilísimo. Cuando apareció Edgar supe que era él y supe que se podía hacer la película. Edgar fue genial, además, porque yo no conozco Venezuela, ni su cultura, ni tanto de su política, y el hecho de que un venezolano esté en la película era genial. El conocía las raíces de Carlos, tenía un entendimiento innato del personaje que yo no tenía. El aporte creativo de Edgar en la película es tremendo.

¿Es más fácil después de Carlos? ¿Te llueven las ofertas?

Después del éxito de “Las horas…” (que hizo más dinero que todas mis películas anteriores juntas allí), de los Estados Unidos me ofrecen un montón de cosas que no me interesan. La película de Julian Assange, el de Wikileaks, la podría hacer mañana, pero no sé si podría funcionar allí. Ahora estoy haciendo una película sobre adolescentes en 1970, también bastante autobiográficas, más en el estilo de mis películas anteriores. Pero no es fácil financiarla.

Diego Lerer

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RECUADROS

Piratería

Con las demoras en llegar al resto del mundo, es inevitable que muchos fans de Assayas, tras las grandes críticas que recibió Carlos, intenten conseguirla… de otros modos. Lo que piensa Assayas de la piratería será controvertido para algunos. “Para mí, es genial, no me importa. Cuando hago una película como Carlos, la hago para una gran corporación que me paga un salario. La carrera del filme no me cambia. Si la ven en cine, en DVD o pirata es lo mismo para mí. De alguna manera me gusta que la pirateen. Significan que se toman el trabajo de buscar una película tuya, bajarla, subtitularla y les agradezco esa dedicación”.

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“No quiero filmar en Hollywood”

Las últimas películas de Assayas las financia la TV o museos. ¿Por qué? “Me cuesta conseguir dinero. Desde que hice Clean, me perciben en Francia como un cineasta internacional y no me dan. Debo ser el único realizador no subsidiado allí, un caso único. No quiero hacer películas en Hollywood porque mi cultura es la del cine independiente. Quiero libertad, no puedo trabajar para un estudio. Así que tengo que aprovechar lo que me llega y darlo vuelta. Las horas… vino de un lado raro, pero terminó siendo una película muy personal.”

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La controversia en Cannes

Anunciada en competencia en aquel Cannes, Carlos fue luego sacada por un tema “técnico” que Assayas explica: “Reglas estúpidas de Cannes para los filmes franceses que dicen que no aceptan una producción de la televisión en competencia porque así le está sacando el espacio a una película hecha por una productora de cine. De haber sido producida por la TV de otro país, no habría habido problema. Es una regla que afecta sólo a producciones francesas”.