El hombre que le disparó a la balanza de la libertad
Algunos lectores seguramente vieron y recuerdan una película argentina llamada EL VIENTO SE LLEVO LO QUE, de Alejandro Agresti, que -parece mentira ahora- ganó la Concha de Oro del Festival de San Sebastián hace ya más de una década. Esos mismos recordarán, más que cualquier otra cosa, el punto de partida, la idea central de […]
Algunos lectores seguramente vieron y recuerdan una película argentina llamada EL VIENTO SE LLEVO LO QUE, de Alejandro Agresti, que -parece mentira ahora- ganó la Concha de Oro del Festival de San Sebastián hace ya más de una década. Esos mismos recordarán, más que cualquier otra cosa, el punto de partida, la idea central de la película: un pueblo alejado en el que las películas se proyectaban con los rollos cambiados generando en sus habitantes una lógica bastante absurda no sólo en su experiencia cinematográfica sino hasta en sus comportamientos.
Recordé esta «broma» el otro día viendo una película subtitulada bajada de internet. Veo cosas bajadas de internet, como cualquiera, aunque en general lo reservo para películas que no se estrenan en la Argentina (o van directo a DVD) o series. Raramente veo estrenos comerciales y me rehúso a ver películas que no tengan, mínimamente, una calidad DVD. Al margen del tema que me convoca ahora, creo que la experiencia cinematográfica puede llegar a tornarse espantosa si la gente se acostumbra a ver cosas filmadas con camcorders sólo para poder ver en casa, por unos pocos pesos, algo en simultáneo con su estreno.
Además de eso (ya de por sí, tremendo) hay algo que me preocupa aún más: el subtitulado. Tengo un manejo del inglés pasable y veo películas sin subtítulos ya hace muchos años por lo cual en general no los bajo, sino que las veo directamente en su idioma. Uno se pierde cosas, claro, y puede comprender mal o costarle seguir a la perfección un argumento, pero el esfuerzo en general rinde sus frutos y el inglés va mejorando con la experiencia y el acostumbramiento. Es por eso que la experiencia del otro día, al bajar un filme ya subtitulado en la imagen, me shockeó. El subtitulado era, literalmente, espantoso: traducían lo que querían, como querían, ponían cosas que no tenían relación alguna con lo que se decía, generando diálogos que no eran los reales y creando una trama casi paralela a la verdadera. Si saben un poco de inglés y hacen el esfuerzo de comparar lo que escuchan con lo que leen, se dan cuenta rapidamente que algo no funciona del todo bien.
Se entiende que el subtitulado es una reducción del texto, aun el hecho profesionalmente a partir de una lista de diálogos. Y, también, se entiende que este tipo de subtitulado lo hace gente con ganas de compartir, democráticamente (algunos lo harán por dinero, otros no), y nadie les toma examen de idiomas. No estoy aquí criticando lo mal que subtitulan: ese es un problema que deberán resolver los que suben películas preocupados por tener la primera copia subtitulada online y no esperar a brindar una mejor. Lo que me resulta curioso y potencialmente problemático es la posibilidad de estar creando una aldea similar, pero global, a la de la película de Agresti, en la cual la gente entienda cualquier cosa de las películas a partir de subtitulados absurdos y caprichosos y, si seguimos el mismo juego que el de aquel filme, generar una sociedad donde la gente actúe con la absurda lógica de esos subtítulos arbitrarios.
No hablo acá necesariamente de que utilizan un Google Translate. Hablo de gente que toma la decisión de suponer qué es lo que la otra persona dice y subtitular en consecuencia. Y de un espectador que da por sentado que ese subtítulo es preciso y traduce lo que allí se está diciendo. Suele molestar una falta ortográfica, pero no muchos se plantean si lo que se subtitula es correcto. La ortografía, créanme, es lo de menos. De hecho, está bueno que existan esos errores, ya que al menos nos recuerdan que es un subtitulado tentativo, amateur, y que podemos dudar de lo que allí leemos.
Me imagino que en las corridas por tener la primera copia subtitulada de una serie a la madrugada siguiente a su emisión (conozco muchos fans que desesperan a la 1am cuando no aparece el torrent o el link a la descarga directa del S03 E12 de alguna serie que terminó de emitirse dos, tres horas antes), los que subtitulan lo hacen a velocidad crucero, sin preocuparse demasiado en detalles como, bueno, poner en los textos algo más o menos similar a lo que dicen los actores. Ese acto competitivo, de ser los primeros, termina siendo el mas cruel, el que peores resultados genera. No veo Cuevana pero imagino que allí pasa algo parecido.
Pensaba que las películas que ya tenían un tiempo dando vueltas no sufrían tanto estos problemas, pero me pasó lo mismo con la que vi, que de novedad no tenía nada. Mientras se hagan «de oído» y por gente de un inglés, digamos, apenas discreto, esos problemas persistirán. Este texto no va por el lado de una defensa de la industria contra la piratería, ni nada por el estilo (ese será tema de otro post, llegado el caso). Pero me preocupa que las películas, al menos, se vean más o menos bien y se comprenda el sentido de lo que se dice en ellas. Digo, aunque un significado cambiado en la traducción pueda ser una experiencia si se quiere surrealista o cómica, no es del todo recomendable de manera constante si uno no quiere terminar viviendo en un pueblo como el de Ulises Dumont en esa película bastante indigesta.
¿Soluciones? Difíciles de encontrar. En principio, estudiar inglés (en el caso de otros idiomas, no sé bien que pasa porque yo suelo bajar subtítulos en inglés y también me pueden estar engañando a mí así, por lo que imagino que la experiencia será parecida). Si no alcanza con el inglés para escuchar sin tener que leer, recomendaría bajar subtítulos en inglés y ahí sí hacer un chequeo, ayudarse con el texto. Tercera opción: leer en castellano tratando de prestar atención a si tiene lógica y sentido lo que se esta diciendo. Y la última: o chequear quien o quienes son los subtituladores (ya hay «marcas» al respecto, todos lo saben) o resignarse y entregarse a que sea lo que sea. Es parte de «la magia» del cine.
Pregunta a los lectores: ¿Cuál es su experiencia con el subtitulado online? ¿Cómo lo llevan? ¿Alguna anécdota para compartir?
PS. Para los que se preguntan el porque del titulo, es una mala traducción (ni siquiera literal) de THE MAN WHO SHOT LIBERTY VALANCE, de John Ford.
Debo decir que en mi caso particular tengo una relación casi diaria con los subtitulos y los portales de subtitulos ya que el 90% de las películas y series que miro son bajadas de la web.
Vivo en italia y acá es imposible ir al cine porque te doblan todas las películas extranjeras, solo voy al cine a ver peliculas italianas (como la última de Moretti) o algun super blockbuster (como Iron Man 2 porque la salida es con amigos).
Volviendo al tema de los subs creo que la experiencia ayuda a saber elegir el mejor de acuerdo a la version del film, el creador del sub y la popularidad entre otros usuarios, aunque solo los uso como ayuda en casos de incomprensión de algun diálogo los encuentro «casi» aceptables a la mayoria de ellos.
Ahora otro tema es si se ven peliculas asiaticas o de algun lenguaje incomprensible, ahi si que se tiene que confiar a ciegas en lo que se lee y basta.
La historia de «El viento se llevo lo que» me hizo acordar a un caso real que sucedió hace pocas semanas aca en Italia con la pelicula «The Tree of Life» de Malick, resulta que por una semana entera la pasaron con los rollos cambiados y nadie se dio cuenta, solo en una película de Malick podía pasar… #thelifeofthetree
En páginas como subdvix los usuarios dejan comentarios en general confiables sobre la calidad del subtítulo. Y si no hay que bajar enreferentes tipo Argenteam o los pibes de 24fps. Hay mucho googletrans pero también hay mucha gente que labura gratarola y de puta madre (una anécdota que trasciende los subs, en la última de Hornby, el board de un foro de Internet es el tablón…)
Es verdad que hay gente que labura muy bien. Pero tengan en cuenta, igual, que mucha gente que compra DVDs truchos o baja pelis no tiene el «know how» que tienen muchos lectores de sitios como este, cinéfilos que saben diferenciar y buscar subtítulos según quienes lo suben…
Hola!
Puedo ser un especímen de los que habla Peacock. Lo que no veo en cine o televisión lo veo en dvd (piratas la mayoria de las veces) o haciendo streaming.
En el caso de las copias de dvd, digo piratas porque directamente compro la copia por lo mismo o menos de lo que me sale el alquiler. Las copias suelen ser en calidad dvd y no están rayadas (era el clásico del videoclub y ninguno se hizo cargo alguna vez, menos que menos dejaron de alquilar las copias en mal estado). Vivo en una ciudad de la provincia y hay sólo dos videoclubes.
Soy completamente inepta para «bajar» series o películas, no sé hacerlo, tampoco me preocupé por aprender. El streaming me parece práctico y por eso refunfuño cuando colapsa Cuevana. Calculo que cuando llegue netflix seré usuaria.
Considerando esto, no tengo demasiada opción en cuanto a la elección porque no elijo. Tanto en el dvd como en el link el subtítulo es uno sólo. Sufro con los subtítulos mal hechos, pero en la mayoría de los casos la idea en gral (aunque no a veces el diálogo completo) está ahí. Aunque reconozco que no los leo, los usa el que ve conmigo y no domina el idioma y es un garrón que no se le busque la vuelta al juego de palabras o al chiste o diálogo interesante. Porque yo lo capto y el otro no. En al mayoría de los casos, pareciera que ni se quieren complicar la existencia y si no tienen idea de qué dijeron o cómo traducirlo dejan escenas sin subtítulo y listo.
El colmo es el tema nombres en algunas de las copias que he visto. Ejemplo: Crazy Heart, el personaje de Jeff Bridges es Bad Blake. Deben haber puesto bien el nombre de su personaje creo una sóla vez, después era Blain, Blane, Bat Blain y unos cuantos más que no me acuerdo. No lo podían googlear y retener la información??
No domino ningún otro idioma que no sea el inglés, así que del francés o italiano o japonés, etc. no puedo hablar y tampoco me quejo.
También hay gente que «no tiene el “know how” que tienen muchos lectores de sitios como este» (sic) y garpa treinta mangos para ver proyección de un DVD5. Y en ese sentido no queda más opción que retomar el iluminismo y confiar que mediante la educación el espectador sabrá diferenciar un telesync con subs emparchados de una edición de Criterion al que un fanático le agregó subtítulos sin chamuyo ni faltas de ortografía. Los llamados costum (o sea, los DVD que originalmente no traen subtítulos en castellano y entonces le emparchan uno) suelen llevar riesgos y en ese sentido no hay mucho que hacer.