La competencia del Festival de Venecia y el crítico de Variety
Ayer se anunció la programación completa de la competencia del Festival de Venecia (ver aquí) y la aprobación de todos fue inmediata. No recuerdo haber leído ni un solo texto en contra o crítico de la selección, lo que me preocupa un poco. Es cierto, uno lee los títulos a ser presentados y los directores […]
Ayer se anunció la programación completa de la competencia del Festival de Venecia (ver aquí) y la aprobación de todos fue inmediata. No recuerdo haber leído ni un solo texto en contra o crítico de la selección, lo que me preocupa un poco. Es cierto, uno lee los títulos a ser presentados y los directores en juego y parece haber un balance casi perfecto entre autores populares, cineastas de renombre, algunos directores de más riesgo, un touch de cine asiático, en un todo aparentemente perfecto. Pero yo me permito sembrar alguna duda.
En principio, me asombra el dominio “angloparlante” de la selección y la predominancia del “autor accesible” que hay en la contienda, entregando casi un programa armado al gusto de las Variety, Screen y demás revistas similares. Me da la impresión de que no habrá errores ni excesos, nadie saldrá herido de la batalla y muy probablemente todos estemos contentos y volvamos sanos y salvos a nuestras casas, pero no estoy del todo seguro de que me cierre esa idea. Creo que los festivales deberían ejercer una cierta presión y exigencia sobre el espectador. De otra manera sería un festival de preestrenos, y para eso está el “inclusivo” Toronto.
No me molestan los errores ni los bochornos en las competencias. Prefiero toparme con un desconocido que hizo un filme intragable que confirmar que William Friedkin ya no filma como antes. Tal vez no sea así, pero: ¿qué descubro sabiendo que el tipo hizo una película buena y/o competente?Entiéndase: tal vez la programación sea excelsa y los nombres están ahí para probarlo (Cronenberg, Polanski, Ferrara, Friedkin, Garrel, McQueen, Arnold, Clooney, Alfredson, Lanthimos, Sokurov, Satrapi, Solondz, Sion Sono), pero a la vez siento que bordea el Grandes Exitos del Cine de Hoy. Parte de la lógica de un festival debería ser torcer ese rumbo directo al bronce, apostar a descubrir algo, una zona inédita, una cinematografía, un estilo, un tema, un movimiento.
Tal vez sea una gran competencia y un gran festival. De hecho, estoy casi seguro que lo será: todos quedaremos contentos. Estas jugando con un seleccionado de grandes nombres y tiene que ser una catástrofe como para no salir más o menos hecho. Pero me parece que el desafío debería ser otro: abrir un poco la cancha, apostar a un grado de riesgo, a una zona insegura, ese espacio que todo festival debe tener y al que yo llamo: “fastidiemos al crítico de Variety”. Acá no lo veo fastidiable en casi nada (Sion, tal vez, o si algún conocido la pifia feo), y si no fastidiamos al crítico de Variety un par de veces algo no funciona.
Se me dirá que para eso está Orizzonti, pero no estoy seguro de que eso sea así. Primero, porque la apuesta de Orizzonti es otra: allí se generó un espacio, admirable, para un cine experimental, en los márgenes, en donde lo que se pone en disputa es el cine narrativo, sus sistemas, su lógica, su formato. Orizzonti me parece una sección de identidad propia y -por más que no siempre coincida con las elecciones que ahí se hacen- en principio es bastante lograda: medios, cortos, documentales, experimentos, videoarte, etc. No es “el Nacional B” de la Competencia: es otra cosa.
Yo tengo la impresión de que el éxito del festival ya está asegurado y que los “medios de la industria del cine” aprobarán las películas aun más de lo que merecen solo para festejar la decisión de programarlas así, con una competencia que “no fastidie al crítico de Variety” y un Orizzonti al que el crítico de Variety no irá (bah, si irá, pero lo hará alguno que sabe lo que va a ver allí y no se fastidiará fácil), y en donde las reglas y distinciones sean claras y no haya lugar para la equivocación o el error.
El problema, para mi, es que sin ensayo y error nada cambia. Sin error, sin riesgo, el espectador no se sacude ni se altera. Y eso, me temo, ya existe. Se llama cartelera comercial.
Coincido en líneas generales y creo que va a ser un gran festival el de este año. Lo que a mí me preocupa -y no tiene nada que ver con tu nuevo trabajo allí, porque sé lo que te moviste para conseguir todo el material disponible- es el supino desinterés de Muller y compañía por el cine latinoamericano. Y no es de este año. Por más que haya competido la chilena Post Mortem en 2010, desde que está Muller el cine latinoamericano «brilla»… por su ausencia.
A propósito, acabo de escribir esta editoria en OtrosCines.com: http://www.otroscines.com/editorial.php?idnota=5618
Abrazo
Mi impresión relativamente interna de la cuestión es sencilla. A diferencia de Cannes, por la temporada en la que está, Venecia recibe una enorme oferta de títulos estadounidenses, a los cuales les resulta muy difícil negarse. A la vez, hay una importante cantidad de títulos europeos, más algunos del sudeste asiático que -no descubrimos nada diciendo esto- son la debilidad o el interés especial del director. Eso ocupa todas las plazas de la Competencia.
En medio de esto aparecen las otras cinematografías, como la latinoamericana o la de Africa (el norte, especialmente, o países árabes), o del resto de Asia, a la que le resulta muy difícil competir -o poder conseguir un lugar- cuando tenés a Cronenberg, Friedkin, Polanski, Clooney, Sokurov, Garrel, etc, etc.
No estoy defendiendo esa lógica (de hecho, mi nota es bastante crítica al respecto), pero forma parte de ella, como si ese otro cine fuera un Nacional B y la competencia solo estuviera reservada a «equipos de Primera». Y Orizzonti, apuntando hacia donde apunta, juega directamente a otro deporte, por lo que siento que buena parte del cine latinoamericano disponible (muchas películas solidas, pero chicas, «humildes», discretas en su ambición, por decirlo de cierta manera, pero que son narrativas y no experimentales) queda afuera de ambas.
Es un problema, claro que lo es. Para mí, en lugar de tener 10 o más películas angloparlantes, deberían abrir un espacio para otras áreas (este año solo logró colarse una película israelí). A eso, sumale un mínimo clásico de tres italianas y las de autores europeos (Garrel, Sokurov, Satrapi, Lanthimos) y, si tomás en cuenta que el resto de los huecos lo cubre «el reparto asiático», ya no te entra más nada. De hecho, ni Terence Davies, ni Kore-eda, ni bastantes otros más que irán a Toronto/San Sebastian, entraron.
Esa, para mí, es la gran complicación. Y títulos latinoamericanos hay (muchísimos y algunos muy buenos), aunque tal vez falte alguna película con «ambición de competencia» dentro de esta lógica. No tengo los archivos a mano, pero creo que esto sucede desde mucho antes de Müller. Y nos molesta a nosotros y a nadie más. Ergo, el crítico de Variety -por seguir la metáfora de la nota- no se queja. Al contrario, se alegra de evitarse una película que seguramente demolerá o ignorará en su cobertura diaria.
Es una pena…
Hola Diego,
Aquí va un comment tardío y a la contra. Y es que yo no veo ese plantel de supuestos «grandes nombres» en la sección oficial. Ferrara es un tipo al que ya le resulta casi imposible filmar en USA, aunque sigue rodando grandes películas y documentales interesantes. Friedkin está absolutamente desprestigiado, aunque a mí me sigue interesando. Garrel viene de ser abucheado con saña en Cannes. Solondz no tiene garantizado su estreno ni siquiera en USA. Cronenberg es un grande (un Dios, diría) para nosotros, pero no creo que estuviese en los Top 10 de final de año de Variety o Hollywood Reporter, aunque en realidad no los hacen. McQueen no tengo claro que tuviese garantizado un puesto en la oficial de Cannes, y Polanski, últimamente, se había convertido en un «elegido» de Berlín, que es como decir «nada».
Vengo de leer la columna de Wolf en Otros Cines y creo que la mayoría de estos títulos (excepto Cronenberg y Polanski) forman parte justamente de esa «liga media» que es la auténtica víctima del panorama de distribución y exhibición actual. Si alguna ganase el León de Oro, quizás podría llegar a estrenarse en un buen número de países. No me parece una mala jugada.
Y luego está la Orizzonti más delumbrante que recuerdo: Naderi (aunque sé que no te gusta mucho), Ross McElwee, Torres Leiva, Ben Rivers, Glawogger, Karmakar, Tsukamoto…
Entiendo que vas al ir al festival, ¿verdad? ¡¡Nos vemos!!
Manu
Manu, como va?
Tal vez es verdad lo que decis respecto al mercado norteamericano: muchos de estos directores tienen mucha prensa, pero no necesariamente estreno asegurado allá. De cualquier manera, siento que hay directores que están ahi por «portación de apellido». A mi me gusta Friedkin, y con Ferrara y Solondz en general me llevo bien (con excepciones), pero son nombres consagrados, uno ya sabe qué esperar de ellos. Y Polanski estuvo en Berlin porque era una película que consideraron menor. Estuvo en Cannes con EL PIANISTA, sin ir más lejos… Y Cronenberg ya recuperó su «chapa» de autor (pensar que EASTERN PROMISES arrancó en San Sebastián, te acordas?)
Y creo también que los europeos (Garrel, Sokurov, McQueen, Arnold, Lanthimos) dan todos la talla autoral requerida para Venecia, más allá de que nos gusten o no, eso no está en discusión. Sigo creyendo que faltan una o dos rarezas, porque el israelí (lo sabés), no lo es ni mucho menos. Aunque agradezco que no esté Alex de la Iglesia, je!
Con ORIZZONTI estoy de acuerdo, hay cosas geniales ahí. Pero siento que está muy corrido en algunos casos hacia «visual artists» (digamos) y hay muchas películas que quedaron en un limbo entre ambas secciones. Tengo decenas de ejemplos…
Obvio que nadie discute a los que citaste de Orizzonti y la sección me parece la mejor de todas (Torres Leiva, especialmente, je!), pero insisto que se pierden una zona del cine (algo intermedio entre las dos secciones), que creo es la que está aprovechando Locarno con varias películas que están allá y que vi.
Es una decisión y la entiendo. ¿Si la comparto? Hasta un punto. Digo, en un formato así, el cine rumano -por ejemplo- cuando arrancó, se les escaparía seguramente. Lo mismo que el cine argentino. Bah, de hecho, se les escaparon ambos, je!
Si, claro, allí estaré, Consultant Badge and all…
abz
d
Bueno, ahora siendo conciliador, debo admitir que a mí ni Arnold, ni Lanthimos, ni Solondz me resultan para nada sugerentes. Me enfrié bastante con Sokurov y los últimos documentales de Ferrara no me parecen tan buenos. Además, tienes razón en lo de la falta de descubrimientos, a priori… Y a pesar de todo, intuyo que el festival va a ser enorme.
¡Genial lo de la Consultant Badge! ¿Brilla en la oscuridad? ¿Convierte la pésima cómida de los stands en platos delicatessen?
Abrazo y hasta pronto!!!
Manu