Toronto: un festival inclusivo
Viendo los anuncios del Festival de Toronto uno puede darse una idea no sólo de cuáles serán algunos de los títulos que se verán allí (no confundir lo anunciado con la programación completa, todavía quedan muchos filmes más) sino, también, entender la diferencia de funcionamiento y de lógica de ese festival con el de Venecia, que terminará […]
Viendo los anuncios del Festival de Toronto uno puede darse una idea no sólo de cuáles serán algunos de los títulos que se verán allí (no confundir lo anunciado con la programación completa, todavía quedan muchos filmes más) sino, también, entender la diferencia de funcionamiento y de lógica de ese festival con el de Venecia, que terminará anunciando la mayor parte de su programación el jueves 28.
Antes de pasar a eso, un comentario acerca del manejo de la prensa de ambos festivales: Venecia marcó su fecha de anuncio el 28 y Toronto el 26, si bien es posterior su arranque. Los de Venecia, sabiendo que el anuncio de Toronto «robaría» la primicia de algunos de sus anuncios, deben haber dejado correr la información que adelantó Variety ayer, en una casi absurda competencia por ver quien dice antes que tiene las mismas películas. No sé hasta qué punto tiene sentido esta competencia de anuncios, pero lo cierto es que -tengo la sensación- más que ayudar, confunde.
De cualquier manera, este texto tiene como objetivo hablar de las películas que se verán en Toronto y de la diferente lógica de programación de cada uno de esos festivales. Como ya comentaba via Twitter, cuando Toronto anuncia algunas de sus películas, sólo hay que fijarse cuáles no están acompañadas de la frase Premiere Mundial para saber, casi con seguridad, cuáles estarán en Venecia (puede haber excepciones, claro). Y, también, cuando uno lee Premiere Mundial en Toronto, da por sentado que esa película NO estará en Venecia.
Este año, salvo una excepción que me parece algo extraña (tal vez sea un error en el anuncio, tal vez se vea antes en Toronto que en Venecia, tal vez sea un error de información mío), queda claro que, aún antes de anunciarse el programa de Venecia, ya se sabe que allí estarán los nuevos filmes de David Cronenberg, George Clooney, Madonna, Todd Solondz, Marjane Satrapi, William Friedkin y Steve McQueen, entre otros, ya que no figuran como Estrenos Mundiales en Toronto y no se han visto antes (ni anunciado en Locarno, digamos). También es claro que Toronto (por cortesía o por acuerdo previo) decidió no adelantarse informando muchos filmes que debutarán antes en Venecia.
Y, también, por figurar como Estrenos Mundiales, sabemos cuáles son las películas que no van a Venecia ya que prefirieron arrancar en Toronto, o bien fueron rechazadas por el festival italiano. En esa situación están las películas de Francis Ford Coppola, Terence Davies, Alexander Payne, Luc Besson, Michael Winterbottom, Fernando Meirelles, Bruce Beresford, Rodrigo García, Sarah Polley, Roland Emmerich, Cedric Kahn, Fred Schepisi, los hermanos Duplass, Marc Forster, Cameron Crowe, Lasse Hallstrom, Pawel Pawlikowski y varias más, como el documental de U2 que la inaugura. Ver los anuncios en OtrosCines, entrando por aquí.
La diferencia radica en algo básico que, entiendo yo, permite que ambos festivales sigan conviviendo en relativa paz cuando se superponen entre sí y obligan a muchos (periodistas, compradores, etc) a elegir entre ir a uno o a otro. Venecia es un festival competitivo a la vieja usanza y sin mercado. Toronto no es competitivo y es, básicamente, un mercado. También hay una diferencia de tamaño. Sin contar Retrospectivas ni cortometrajes, Venecia andará por los 100 títulos en total mientras que Toronto incluye entre 300 y 400. A la vez, uno parece apuntar al espectador europeo y el otro al norteamericano.
Esa diferencia se nota en que, a diferencia de Venecia, la programación de Toronto es cada vez más inclusiva. Uno puede estar de acuerdo o no con los criterios de selección de Venecia, pero es claro que allí pasan el filtro muy pocas películas, en un combo que intenta meter a presión grandes autores europeos, esperados títulos norteamericanos, una buena dosis de cine asiático (la debilidad de Marco Müller) y algún que otro espacio para el resto del mundo cinematográfico. A eso hay que sumarle que Contracampo se ha vuelto una sección más de riesgo, «tipo Rotterdam», por la que no hay tantos títulos «medianos» allí. O se trata de reconocidos cineastas más del tipo experimental, o de primeras/segundas películas con estéticas más o menos radicales. Que Toronto, claro, tiene también, en secciones paralelas.
Toronto es lo contrario que Venecia en ese sentido: inclusivo y generoso, puede parecer menos criterioso en su selección. No he visto sus nuevas películas, pero calculo que Bruce Beresford, Fred Schepisi, Lasse Hallstrom o Roland Emmerich la tendrían difícil tratando de entrar en los pocos espacios que hay en Venecia. De los que no estarán en Italia (digo, si la información que tenemos es correcta), a mí a lo sumo me llama la atención la ausencia de Payne, Davies y, hasta cierto punto, Coppola y Besson (no por el nombre del creador de EL QUINTO ELEMENTO, sino por el tema de la película que hizo, la biografía de la líder de la resistencia birmana). Los demás son, a mi criterio, realizadores más desparejos. Igual, no siempre un rechazo de Venecia (o la elección de un productor de no estar allí) significa que la película sea floja, ni tampoco lo opuesto: también hay películas que Venecia mete por criterios más «glamorosos» que cinéfilos y hay muchos casos que así lo prueban.
Por lo que salió en Variety (leer acá), y que podrá o no confirmarse el jueves, hay una serie de películas que, o bien no están en Toronto, o el festival canadiense no las anunció todavía (más probable es lo segundo que lo primero). Allí figuran títulos como lo nuevo de Philippe Garrel, Alexander Sokurov, Sion Sono, Chantal Akerman, Abel Ferrara, Andrea Arnold, Jonathan Demme, Steven Soderbergh, Mary Harron y Yorgos Lanthimos. Habrá más, bastantes más (una pista: Austria), incluyendo una presencia argentina en la sección oficial que, sumado a lo ya anunciado en la Semana de la Crítica (El campo, de Hernán Belon) y en Venice Days (Otros silencios, de Santiago Amigorena), además de dos coproducciones (El mundial olvidado y Vivan las antípodas!), será una de las más grandes en mucho tiempo en ese festival.
En breve, también, se anunciará el resto de la programación de Toronto que incluirá una cantidad muy importante de cine nacional, ya que además de las películas que habitualmente van dentro de la programación, habrá que sumarles las que participen del programa City to City, que este año como ya muchos saben, será dedicado a Buenos Aires.
Son dos estilos diferentes de armar festivales. Dos estilos que por ahora conviven. ¿Podrán hacerlo así siempre?
Seguramente, en el futuro, surgirá la idea de supervivencia u opertura.