Diario de Londres: Parte 1
La cobertura del festival de cine de Londres debería comenzar hablando de alguna película. O del festival en sí. O de la impresionante ciudad que lo aloja. Pero esta vez no va a ser así. Va a empezar hablando de música. Básicamente, porque al llegar a Londres el jueves preferí arrancar por ese lado antes […]
La cobertura del festival de cine de Londres debería comenzar hablando de alguna película. O del festival en sí. O de la impresionante ciudad que lo aloja. Pero esta vez no va a ser así. Va a empezar hablando de música. Básicamente, porque al llegar a Londres el jueves preferí arrancar por ese lado antes que meterme directamente en una sala de cine tras otra. La ocasión era, en algún punto, especial. Babasónicos tocaba en vivo en Londres por primera vez en toda su carrera y era una oportunidad, en un punto, histórica. Además, claro, de poder verlos tocar en un lugar chico, cerca, como seguramente hace muchísimo tiempo no pueden tocar en la Argentina.
Y el viaje, largo, a Brixton (tocaron en un lugar chico, llamado Brixton Jamm, en el que entrarían unas 300 personas y había alrededor de 200) valió la pena. El hecho de tocar en esas condiciones –un escenario pequeño, con los músicos apretados en sus puestos para darle algo de espacio a Adrián Dárgelos, sin la parafernalia escénica que acompaña habitualmente sus shows- sirvió para que entregaran una performance más cruda y directa, sucia si se quiere (el sonido del lugar no era gran cosa) y algo caótica, pero levantada por esa energía extra que se logra en un show en contacto casi directo con el público, sin lo “teatral” de una puesta en un estadio.
Cuatro o cinco temas de su último disco (Flora y fauno, Fiesta popular, Deshoras, Muñeco de Haití, etc.) y un repaso por temas clásicos (Deléctrico, Putita, Microdancing, Irresponsables, Sin mi diablo, Yegua, Los calientes, El ídolo, El colmo y varios etcéteras) en un set que alternó sus momentos bailables con otros más rockeros, como habitualmente es el caso de Babasónicos, pero con un sonido áspero que hizo que todo fuera más compacto y desprolijo, algo que a la banda le viene muy bien cuando, al ser un “acto de estadios”, muchas veces se opta por un cuidado del detalle que muchas veces juega en contra de la espontaneidad y el error. Que ese error haya estado presente hizo todavía más vital y fascinante el concierto, parecido a lo que podría haber sido tocar en un pub hace, no sé, quince años.
Obviamente que casi todo el público era latino, con gran mayoría de argentinos y bastantes mexicanos. Y si no hubo más gente, calculo, es por la locación del show (cerca del Brixton Academy) y por el precio de las entradas, que no eran nada baratas. O al menos no lo que se paga aquí normalmente para ver una banda en un pub, salvo que en los últimos años (desde mi última visita) los precios de los shows se hayan triplicado…
Como esto ya se hizo algo largo para empezar a hablar del festival de cine y de las cuatro películas que vi el viernes, las dejo para un próximo post. Van de lo excelente (HORS SATAN, de Bruno Dumont) a lo decepcionante (LOW LIFE, de Klotz/Perceval), a dos indies norteamericanas que me dejaron distintas sensaciones. Una muy positiva (TAKE SHELTER) y otra, indefinida, confundida, rara (MARTHA MARCY MAY MARLENE). Mañana será el turno de expandirme sobre ellas. Ahora los dejo con Babasónicos y los videos…