Ventana Sur: cine y mercado
Hoy comienza Ventana Sur, el mercado cinematográfico latinoamericano que se ha logrado transformar en un evento fuerte del calendario anual, gracias a una importante inversión, inteligentes acuerdos y la presencia siempre «atractiva» de tener como socio en la aventura al Festival de Cannes a través de su ya mítico Marché. Es un evento extraño, el […]
Hoy comienza Ventana Sur, el mercado cinematográfico latinoamericano que se ha logrado transformar en un evento fuerte del calendario anual, gracias a una importante inversión, inteligentes acuerdos y la presencia siempre «atractiva» de tener como socio en la aventura al Festival de Cannes a través de su ya mítico Marché. Es un evento extraño, el mercado, para los que estamos más acostumbrados a festivales convencionales. En su faceta más comercial, consiste en una sucesión de proyecciones, reuniones, charlas (formales e informales) entre los que producen/dirigen y los que compran/distribuyen, local e internacionalmente, con la intención de vender filmes en el exterior, conseguir financiamiento para otros. Y así. Un Mercado, ni más ni menos que eso.
Las particulares circunstancias políticas actuales de la Argentina respecto al mercado audiovisual sin duda le darán un toque distintivo al asunto. Se apuntará más a la televisión, se empujará más la venta que la compra. Es difícil saberlo. Lo cierto es que es un momento que debería ser aprovechado para fomentar la distribución y la difusión del cine argentino en el mundo y no para entrar en contiendas y disputas que están demasiado candentes como para ser analizadas en seriedad.
Igual, creo que no será así. Ya se vislumbran unos anuncios para dentro de unos días y es esperable que sean sensatos, que piensen en la posibilidad de la inversión extranjera en la producción local desde una perspectiva lógica y proteccionista, pero no al punto de levantar la mesa y tirar todo por el aire. Se puede hacer, claro que sí, pero las consecuencias pueden llegar a ser complicadas. Quiero decir: siempre fui de pensar que deben existir cupos, cuotas, que se debe proteger la exhibición, producción y distribución del cine argentino. Pero hay muchos «agentes» en este negocio, y si las condiciones son extremadamente, digamos, «violentas», es complicado que se llegue a buen puerto.
Por lo pronto, también sería útil poner en práctica muchas de las cosas que ya son parte de la ley de cine y que no se cumplen, como se vio en el caso de LAS ACACIAS. También sería ideal comparar con la situación de otros países latinoamericanos y tal vez poner en práctica alguna acción en conjunto, como parte del Mercosur por ejemplo. Sin entrar en detalles especificos, Brasil consiguió que las majors estadounidenses pongan dinero en la producción local. Y parece que mal no les va. Eso sí: no me imagino que les impongan hacer una película brasileña por cada estadounidense que estrenan porque es sencillamente impracticable. Bah, salvo que las majors estrenen, cada una de ellas, una o dos películas por año.
Seguramente todo esto será tema de charlas, debates, pasillos y rumores allá en Puerto Madero, sede de Ventana Sur. Y también lo que sucede con las nuevas, pocas, películas que llegan con intención de darse a conocer tanto a compradores, agentes de venta o festivales. Allí es donde se concentra mi trabajo. Más allá de una cobertura periodística que puedo hacer del encuentro, como delegado del Festival de Venecia tendré que ver la mayor cantidad posible de nuevas películas en función de una posible exhibición allí. Es una tarea compleja: una especie de competencia con otros festivales para ver quien encuentra una perlita. O tal vez nada, tal vez las películas no obliguen a ningún festival a pelearse por ellas.
La producción de cine avanza, hay muchas películas que recién comienzan a filmarse, los espacios para el cine latinoamericano en los festivales internacionales grandes (Berlín, Cannes, Venecia, Toronto, San Sebastián) son relativamente acotados, y es el tiempo y las películas que van apareciendo las que definen una programación. De cualquier manera, es un interesante desafío el que empieza ahora.
Sí, también empieza la final de la Copa Davis. No me lo recuerden…
Diego,
Festejo la realización de este evento, creo que como citas en el caso de Las Acacias hay muchas cosas por hacer todavía para garantizar la exhibición de cine argentino pero sin dudas, este evento merece ser festejado.
Creo que el impulso a la creación de un mercado de cine centrado en producciones latinoamericanas es una política que va a tono con un momento de integración latinoamericana y es producto de una política pública. Esto siempre se lleva a cabo entrando en contiendas y disputas. Proteger la producción y distribución del cine argentino implica llevar a cabo intereses y dejar de lado otros.
En el Encuentro de Comunicación que se realizó en el marco del Festival de Cine de Mar del Plata, el acuerdo fue que el año que viene se vuelva a realizar el encuentro pero se amplíe la temática al cine latinoamericano. Allí creo que habrá oportunidades para comparar las situaciones de otros países del continente en materia cinematográfica.
Diría que Ventana Sur es un impulso a la creación de un mercado como vos decís «ni más ni menos que eso» pero le agregaría signos de admiración!!!
Saludos
Emilia
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