Entrevista a Ulrich Köhler (versión completa)
La entrevista al director de EL MAL DEL SUEÑO, que se estrena mañana, salió publicada hoy en Clarín. Aquí hay una versión bastante más larga de lo que entró allí (es la desgrabación casi completa de la entrevista), cedida gentilmente por su autora. El filme sale en ocho copias, entiendo que en 35mm., y es […]
La entrevista al director de EL MAL DEL SUEÑO, que se estrena mañana, salió publicada hoy en Clarín. Aquí hay una versión bastante más larga de lo que entró allí (es la desgrabación casi completa de la entrevista), cedida gentilmente por su autora. El filme sale en ocho copias, entiendo que en 35mm., y es más que recomendable. Mi crítica saldrá publicada mañana.
Aquí, la palabra de su autor, uno de los principales nombres del Nuevo Cine Alemán, Escuela de Berlín o como lo quieran llamar…
Por Isabel Arias
Cuando Ulrich Köhler era chiquito, su familia hizo las valijas, dejó Alemania, y se fue a vivir -literalmente- al Congo. Sus padres, trabajadores sociales, se instalaron en África para llevar adelante tareas de ayuda humanitaria, y allí pasó cuatro de los primeros años de su vida. De vuelta en Europa, una temprana toma de conciencia lo alejó de aquel recuerdo ideal de una infancia feliz: con sólo 9 años, ya podía darse cuenta que la suya había sido la realidad de unos pocos y privilegiados europeos que viven en condiciones totalmente diferentes a la mayoría de los africanos.
Más de tres décadas después, Köhler volvió a África para filmar “El mal del sueño”, su tercera película. “Hay algo de autobiográfico, es cierto, pero en verdad que yo no quería filmar ahí porque es muy complicado, hay muchas moscas que pueden trasmitir el mal del sueño (tripanosomiasis, la enfermedad trasmitida por la mosca tse-tse), y tenía al equipo, a los actores, a todos ahí… me iban a odiar. Recorrí más de 100 hospitales en Camerún buscando dónde filmar, y al final yo mismo empecé a odiar el guión… ¿por qué quise rodar una película de doctores, por qué no una de biólogos que trabajan en el campo?”
Probablemente porque África da en el clavo de su historia, y en la opinión que se fue haciendo a lo largo de su vida sobre las condiciones en la que se vive en esos países.
En tu película se ve muy claro cómo Europa imagina que puede ayudar, y cómo en verdad puede hacerlo, bastante más limitadamente.
Leí mucho sobre el tema, tengo mi experiencia personal en relación a eso, hablé con muchos expertos en el área, personas de Camerún, de Europa, y creo que hay muy poca gente optimista en ese sector. Obviamente hay muchos intereses europeos en eso, intereses occidentales de vivir de esa ayuda, que por supuesto quieren mantener su influencia política, lo cual mantiene el sistema estable, y no debería serlo… Al mismo tiempo no sé cuál sería la alternativa. No podría decir, como sí lo hace un personaje en la película, “paren con toda la ayuda”, porque creo que eso también es demasiado sencillo para el caso.
Después de ver el film, queda una sensación de incertidumbre.
En general no soy muy optimista en relación a las intervenciones, creo que es muy difícil ayudar a un otro. Muchas veces, cuando se quiere ayudar a alguien, uno no se da cuenta de cómo está realmente el otro, y solo está proyectando su manera de mirarlo. Es como tener un alcohólico en la familia, tal vez él está bien, y tratando de ayudarlo no vas a parar su alcoholismo pero sí vas a darle una mala conciencia en cuanto a cómo bebe. Creo que algunos aspectos de la ayuda obviamente sirven, especialmente en emergencias, virus, epidemias; pero también creo que el continente está atrapado en la dependencia, y que hay una clase media que surge en África que tiene la voluntad de cambiar las cosas, pero en tanto nosotros (los europeos) tengamos mucha influencia, las cosas no van a mejorar.
Aparecen claros los límites de los intercambios culturales.
Para mí es importante decir que la película no se trata de razas ni nada de eso, sino de en dónde creciste, en qué contexto social, en qué cultura te embebiste mientras crecías, qué economía te sostenía… Creo que hay límites para entendernos entre todos cuando las diferencias son tan grandes. Es obvio que cuando ganás cincuenta veces más que el promedio de lo que se gana en un país, la gente se interesa en tu dinero, o si una mujer se casa con vos y de repente tiene una vida completamente diferente, no está interesada en vos por razones románticas, y así…
La película tiene un salto temporal, puede verse el efecto del paso del tiempo a través de los personajes.
Para mí un personaje en una película es alguien a quién podrías conocer en la vida real, no es alguien que dice “hola” y después te da un sermón de dos horas con su biografía, sino que vos lo tenés que descubrir en la manera en que se comporta, cómo se viste, cómo habla, lo que dice y lo que no dice. Entonces esa elipsis de tiempo es como si vos no hubieras visto a alguien por tres años y lo encontrás de esa manera. Obviamente tengo ciertos pensamientos en relación a qué pasó en el medio, creo que la película da bastantes señales en relación a eso. Me parece que ése es el tema de la película justamente, cuán lejos podés moverte de tu contexto social sin perderte a vos mismo. (SPOILER) Y creo que en tanto Ebbo estaba junto con su familia era un hombre feliz, o por lo menos más feliz que en la segunda parte. Y apenas termina de cortar los lazos con Europa, y trata de volverse africano, se pierde de sí mismo, porque no puede.
No puede, pero sigue allí.
Si, sigue allí y se acerca más a Gaspard, que es otro europeo que también está hace tiempo allí, pero que vive las cosas de otra manera. No me interesa juzgar moralmente a los personajes, creo que cada personaje tiene aspectos que puedo encontrar en mi propia personalidad, pero en cierto modo para mí Gaspard es el personaje más honesto porque es abiertamente neocolonial, y usa su poder de una manera rústica, no se esconde detrás de una máscara moral o humanitaria. A su manera, Ebbo es alguien que tiene sus ideales y los pierde en el camino.
¿Estaba todo escrito, o hubo improvisación?
En realidad quería improvisar un poco mas, pero teníamos un plan de rodaje muy apretado, había un montón de actores de Camerún con roles pequeños, algunos sólo rodaron dos o tres días, así que no tuve demasiado tiempo para eso. Y con los personajes principales también, todo estaba escrito. Hay solo una escena, cuando Alex llega a Camerún y trata de comprar cigarrillos, ésa fue más improvisada. Y fue hecha en una locación real, como casi toda la película.
Contanos del hipopótamo.
Es una historia de mi infancia. Cuando vivía en el Congo, en una aldea muy pequeña, al borde de un río, en el que había hipopótamos, íbamos con mi papá y seguíamos a los hipopótamos en pequeños botes hechos con un solo pedazo de madera. La gente de la villa decía que eran peligrosos y mi padre no lo creía. Pero una vez que nos fuimos, el hipopótamo mató a una estudiante de medicina … la gente decía que había sido el director del hospital que se había convertido en el hipopótamo y la había matado porque estaba celoso de esa mujer. Entonces es una historia real, la escuché cuando era chico. Cuando mostré la película en el festival de Berlín, había allí una mujer que estuvo en Congo cuando eso pasó, después de mí, y que era realmente parte de ese grupo que fue atacado por el hipopótamo. También la historia del hipopótamo para mí era una manera muy elegante de salir de la película, de dejar algo abierto, alguna esperanza, si se quiere, para el personaje…
Hay algo que hace pensar En el corazón de las tinieblas, de Conrad.
Sí, la idea de la segunda historia vino de una gran novela, Season of migration to the north. de Tayeb Saleh. Él da vuelta a la novela de Conrad, usa esa misma historia para contarla del otro lado, porque habla de un hombre de Sudán que creció en el sistema colonial, y que después va a Inglaterra a estudiar, y más tarde, a los cuarenta o algo así, cuando ya es un hombre que ha vivido en el mundo occidental, vuelve a su pueblo, y se da cuenta que no encuentra sus raíces, que no puede adaptarse más a su cultura de la misma manera. Fue muy importante leer esta novela durante el desarrollo del guión.
¿Qué relación tenés con la película, y con el retrato que pinta sobre la situación en África?
Mi relación es: yo sólo soy un director de cine, hago preguntas, no tengo que dar respuestas. No creo haber hecho la película por razones altruistas. Mi película es puramente personal, tiene que ver con mi relación con ese continente, con la industria de la ayuda, o con gente que está trabajando en eso. No creo que la película sea de ninguna manera un programa de ayuda…